La casa Torreblanca se construyó sobre una planta cuadrada, con tres niveles y torreones almenados al estilo de un castillo. Es justo lo que podría imaginarse al escuchar el apellido de su dueño original, Fernando Torreblanca. Colección Carlos Villasana.
Texto: Raúl J. Fontecilla
La moda de las grandes residencias de estilo europeo, de auge en el porfiriato, quedaba atrás para inicios de los años 20. Sin embargo, una de las últimas en seguir la tendencia aún la vemos en el 104 de la calle de Guadalajara, frente al Parque España de esta capital; el dueño: Fernando Torreblanca , funcionario de Estado y yerno del entonces futuro presidente Plutarco Elías Calles .
Fernando Torreblanca prestó sus servicios a tres presidentes: Álvaro Obregón (de 1920 a 1924); Plutarco Elías Calles (1924 a 1928); y Emilio Portes Gil (desde 1928 hasta 1930). En la década de los años 30 laboró en dos secretarías: Relaciones Exteriores, donde llegó a ser Subsecretario; y de Salubridad, donde laboró treinta años como Presidente de la Junta de Asistencia Privada.
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Al momento de construirse la Casa Torreblanca, la zona que hoy conocemos como las colonias Roma y La Condesa contaba con mucha menos urbanización, como se aprecia en la primera foto. Colección Carlos Villasana. Hoy en día el edificio principal de la propiedad ya no resalta en el paisaje como hace cien años, en parte por sus árboles y en parte por el resto de edificios. Google Maps.
Torreblanca nació en la capital en junio de 1895. Trabajó desde sus 15 años como secretario particular y, en 1915 conoció a Álvaro Obregón cuando los simpatizantes de Carranza se trasladaron de la Ciudad de México a Veracruz, tras la llegada de las fuerzas de Villa y Zapata .
Fernando Torreblanca (izq.) trabajó desde joven para Álvaro Obregón (centro) y su sucesor, Plutarco Elías Calles (der.), lo cual determinó el resto de su trayectoria como funcionario público. Imagen: Mediateca INAH
A raíz de lo anterior, adquirió el trabajo que definiría el futuro de su trayectoria profesional, con el cargo de secretario particular del general Obregón . Alcanzó el grado de oficial primero en la oficina de Estado Mayor y, luego del triunfo en las elecciones de 1920, fue nombrado Secretario Particular de la Presidencia de la República desde el inicio del mandato de Obregón.
En 1922 contrajo matrimonio con Hortensia Elías Calles , la hija del futuro presidente Calles. Hortensia se distinguió por ser muy allegada a su padre, al grado de asumir responsabilidades de primera dama cuando su madre murió en 1927. De este modo, es posible entender que Fernando Torreblanca se volvió uno de los hombres más cercanos a los jefes de Estado mexicano durante toda una década.
Fotografía de Fernando Torreblanca y Hortensia Elías Calles de Torreblanca, como recién casados. Imagen: Mediateca INAH.
El enlace Torreblanca-Elías Calles dejó su huella en las páginas de este diario, pues desde julio de 1922 se anunció el evento matrimonial con retratos de ambos. Se le dio seguimiento a cada ocasión con relación a la pareja, desde breves notas sobre las comidas ofrecidas por las respectivas amistades del novio y la novia, hasta el “viaje de bodas” que los recién casados realizaron de California hasta Nueva York, Estados Unidos, pasando por Canadá.
Con dos retratos y letras grabadas se anunció en este periódico el compromiso de Hortensia Elías Calles y Fernando Torreblanca. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Ese mismo año comenzó la construcción de esta casona que perdura hasta hoy, a cargo del ingeniero civil y electricista por el Instituto Industrial del Norte de Francia, Manuel Luis Stampa , de acuerdo con el expediente Memoria descriptiva y planos de la Residencia .
Al ser la sede actual del Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca (FAPECFT), es posible encontrar en su interior documentos que atestiguaron todo el proceso de construcción, desde la cimentación hasta su decoración.
Decoración interior que sorprende
Dos metros y medio de verjas de hierro y árboles, de al menos el doble de altura, dificultan ver a simple vista desde la glorieta de avenida Veracruz esta construcción con el número 104 de la calle de Guadalajara : una casa principal de tres niveles, color blanco, más un edificio completo que se destinó originalmente en la parte de atrás para el personal de servicio.
Así luce hoy el edificio que se destinó para el personal doméstico el siglo pasado. En el segundo nivel, los espacios que eran recámaras ahora se usan como oficinas en las que profesionales organizan los expedientes que integran la colección. Foto: Carlos Mejía/EL UNIVERSAL.
La fachada de la casa cuenta con una distintiva escalinata de dos rampas de arranque (es decir, en forma de T), hecha en granito gris, procedente de Alemania. La cimentación se realizó en una placa de concreto armado con varilla de hierro, técnica que para entonces se consideraba “de alta calidad”.
Sus muros son de tabique macizo y el basamento de piedra de chiluca , una piedra de color gris oscuro muy parecida a la cantera , y que se había usado desde siglos atrás en la arquitectura mexicana. De hecho, decoraciones como las hojas y flores en relieve fueron hechas en cantera de Huitzo , Oaxaca.
Esta fotografía de la casa principal fue tomada durante el proceso de construcción, en un punto en que ya se contaba con las tres plantas y parte de los torreones; restaba por edificar el techo y las almenas que lo rematan. Fototeca FAPECFT.
Sin embargo, los detalles más sorprendentes tal vez sean los de la decoración de los interiores. Se ocupó vidrio francés biselado para los canceles, las puertas vidrieras y las ventanas; la mesa del comedor era de nogal y bronce; las camas tenían edredones de seda y pluma, además de cojines de terciopelo.
Por si fuera poco, por conducto del comerciante Jorge Trad, se mandaron traer tapetes persas auténticos, desde ciudades como Hamadán y Kermán, en el lejano Irán . Los tapetes “persas” son fáciles de identificar gracias a sus diseños, por lo general típicos de sus respectivas regiones de origen en Medio Oriente.
Uno de los espacios de la Casa que el personal del FAPECFT procura conservar por su valor artístico y estético es el "saloncito", dondo se aprecia uno de los tapetes persas. Foto: Carlos Mejía/EL UNIVERSAL.
Uno de los ornamentos insignes de este inmueble, que ha resistido el paso del tiempo en condiciones excelentes, son sus vitrales esmaltados al fuego, fabricados por la Doraduría de Claudio Pellandini , ítalo-suizo, cuyo legado encontramos también en el castillo de Chapultepec o el Palacio Postal , por mencionar un par de ejemplos.
El esmalte al fuego es una técnica para lograr que la gama de colores del vitral sea brillante.
Este es el vitral de mayor tamaño en la Casa Torreblanca, que con su tamaño y sus colores tan vivos ilumina el área del desayunador. Foto: Carlos Mejía/EL UNIVERSAL.
De este modo, ilustraciones italianas de alegorías medievales se incorporan al estilo ecléctico del inmueble, como las influencias europeas en la arquitectura de la casa, o los jardines del terreno irregular, diseñados originalmente al estilo inglés .
Por su parte, el edificio del personal tiene dos niveles y contó con una bodega, un garage , una caballeriza, y cinco habitaciones. Resulta curioso que cuatro recámaras eran para el personal en general, y la última (de mayor tamaño) para el chofer.
La casa y su vida familiar
Al pasar bajo la escalinata de la entrada se llegaba a un salón de billar , de acuerdo con los planos originales. A la derecha se encontraban la cocina, la despensa y una oficina; mientras que a la izquierda había una biblioteca de cinco por siete metros, un despacho y un toilet .
La mayor parte del mobiliario y utenisilios de la cocina data de la década de 1920 y se conserva en gran estado. Foto: Carlos Mejía/EL UNIVERSAL.
Luego de subir la escalera principal, el visitante podía ver de nuevo la influencia europea del diseño: lo primero que se observaba era el hall , que conducía por la derecha al comedor, al serre , y a otra oficina. Por el otro lado se hallaba el salón, que a su vez tenía la puerta a otro “saloncito” y a la terraza.
El salón de billar, o simplemente salón de juegos, tenía una atmósfera que recuerda a los establecimientos de entretenimiento y de comida más antiguos de la capital. Cortesía Fototeca FAPECFT D.R.
Por último, en el tercer nivel de la casa estaban las cinco recámaras de la familia, así como dos baños completos. Se sabe también que uno de los sanitarios del segundo nivel y la recámara sobre éste tenían acceso a uno de los torreones almenados que llevan a la azotea y que dan a la casa la silueta de torre que hace una clara referencia al apellido de su dueño original.
Al estar de pie frente a la escalinata de la fachada principal, resulta imposible ignorar el porte de los torreones almenados que armonizan con una gran variedad de ornamentos arquitectónicos. Foto: Carlos Mejía/EL UNIVERSAL.
Fernando Torreblanca dio muestras de tener la disposición de ser hospitalario: hacia 1928, tras el asesinato de Álvaro Obregón , recibió a Álvaro y Mayo, los hijos ya huérfanos del general, para entonces adolescentes. A ellos se sumaban los sobrinos de doña Hortensia , hijos de su hermano Rodolfo, y los hijos del matrimonio.
Consciente de que su trabajo con Obregón abrió puertas para oportunidades laborales en dependencias como la SRE (cargo al momento de la foto), Fernando Torreblanca recibió a los hijos del general tras su muerte. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
En lo personal, don Fernando era “bonachón y alegre, pero también estricto”. Los momentos más vibrantes de la vida familiar se debían a la personalidad de doña Hortensia , a quien cuyos conocidos definían como “magnética, generosa y entusiasta”, tal y como registra el libro Vivir en la Roma: paisaje y testimonio de una colonia centenaria .
El proyecto de la Casa Torreblanca contempló la vida social que llevaba la familia gracias al ánimo distintivo de doña Hortensia (der.). Imagen: Mediateca INAH.
Además de que el matrimonio conocía a gran parte de la clase política de la década de los 20, doña Hortensia contaba con ánimos de invitar a las amistades y conocidos de la familia. Así lo atestigua un gran número de fotografías de los eventos sociales y familiares llevados a cabo en la Casa Torreblanca . Quizá uno de los ejemplos más distintivos sería la foto de la visita de María Félix , Jorge Negrete y Pedro Vargas , en 1953.
Reunión en la casa Torreblanca-Elías Calles: Jorge Negrete, Hortenisa Elías Calles de Torreblanca, Pedro Vargas, María Félix, Natalia Elías Calles, Norma Torreblanca Elías Calles, Artemisa Elías Calles, Fernando Torreblanca y Myrna Torreblanca Elías Calles. Texto e imagen: Cortesía Fototeca FAPECFT D.R.
En 1939 la casa se rentó durante seis meses como vivienda, excluyendo la biblioteca y un despacho, como da fe el expediente Casa Guadalajara (Alquiler) 1938 . Esta situación coincidió con el periodo de 1936 a 1941, cuando la familia acompañó al ex presidente Plutarco Elías Calles en su exilio , en San Diego, California.
Fotografía grupal por la ocasión de la comida ofrecida al general Plutarco Elías Calles con motivo de su onomástico, el 28 de junio de 1941. Cortesía Fototeca FAPECFT D.R.
Como es de suponer, el propio Elías Calles llegó a residir temporalmente en este domicilio tras volver del exilio en 1941. Años más tarde, ocurrió el deceso del general el 19 de octubre de 1945 y su cuerpo se veló en la casa de su yerno, antes de partir al Panteón Civil de Dolores .
Sede de un gran acervo histórico
El siguiente gran momento en la historia de este pequeño castillo tuvo lugar en octubre de 1986, cuando doña Hortensia (viuda desde hacía seis años) decidió donar a la nación mexicana los documentos producto de décadas de vida política y familiar.
Entre los miles de documentos que conserva el Archivo del Fideicomiso, figuran fotografías del México posrevolucionario, producto de la vida política y social de los ex presidentes Obregón y Elías Calles. Foto: Carlos Mejía/EL UNIVERSAL.
Junto con los archivos que llevan el nombre de su padre y su esposo, donó también su casa habitación como sede permanente de los archivos, y que así continúa en funciones hasta la fecha.
El espacio que antes era la sala de juegos ahora se aprovecha para el resguardo de miles de documentos, al igual que gran parte del resto de la propiedad. Aquí se aprecia parte del espacio destinado a los usuarios que consultan al material y a los especialistas que organizan el Archivo. Foto: Carlos Mejía/EL UNIVERSAL.
Hoy en día el Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca es administrado por el Banco de México . La dirección general del Archivo recae en Norma Mereles Torreblanca de Ogarrio, quien destaca por ser una ávida entusiasta del fomento de la historia de México y la conservación de su memoria documental .
Con los años, nuevos archivos integran la colección, conocida por su especialización en material posrevolucionario, tanto original de la época como contemporáneo. Por su parte, las vistosas instalaciones se aprovechan también para eventos culturales y sociales con el fin de recaudar fondos necesarios para sus operaciones.
Con el objetivo de recaudar fondos, las instalaciones de la propiedad completa pueden requerir adecuaciones que permitan llevar a cabo eventos sin comprometer la integridad de este inmueble. En la esquina inferior izquierda se aprecian los obreros que participan en dichas labores. Foto: Carlos Mejía/EL UNIVERSAL.
A cien años de su construcción, la Casa Torreblanca ha acumulado una larga historia que va desde lo familiar a lo institucional.
Las paredes de los dos edificios de la propiedad –que por sí solas cuentan historia- resguardan más de ochocientos mil documentos y más de 36 mil fotografías , que el personal organiza día a día para la consulta de investigadores e interesados en la historia de México.
En conjunto, los Archivos, la Fototeca y la Biblioteca del FAPECFT son un centro de investigaciones históricas al que acuden estudiosos de la historia de México de 9:00 a 15:00 hrs, previa cita, para la consulta gratuita de archivos de la época pos revolucionaria. Puedes averiguar más en su página web: www. fapecft.org.mx
- Fuentes:
- “Él es el vitralista que decoró los edificios más bellos de México”. Saint-Gobain. https://www.saint-gobain.com.mx/el-es-el-vitralista-que-decoro-los-edificios-mas-bellos-de-mexico
- Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca. http://www.fapecft.org.mx/biogra_fernando.html
- Fototeca FAPECFT.
- Biblioteca FAPECFT.
- Fototeca FAPECFT.
- Biblioteca FAPECFT.
- Hemeroteca EL UNIVERSAL.
- Musacchio, Humberto. “Stampa Ortigoza, Manuel Luis”. Diccionario Enciclopédico de México: ilustrado (R-Z). Andrés León Editor, 1989.
- Tavares López, Edgar. “Imágenes de la Ciudad: colonias Roma y Condesa”. Boletín, 16, (1994): 1-30.
