Las campañas electorales son periodos críticos en una democracia y sirven como puente entre los ciudadanos y quienes buscan ocupar los cargos públicos electivos. Son una oportunidad para que los candidatos comuniquen sus plataformas, valores y visiones para el futuro, al tiempo que permiten a los votantes evaluar sus opciones antes de tomar una decisión en las urnas.

Les comparto varias cuestiones clave de las campañas electorales que sería deseable lograr entre todos, para que los resultados de la jornada electoral del primer domingo de junio sean los esperados:

1. Transparencia: las campañas deben realizarse con transparencia con respecto a las políticas, intenciones, fuentes de financiamiento y cualquier posible conflicto de intereses de los candidatos. Esta transparencia ayuda a los votantes a tomar decisiones informadas y fomenta la confianza en el proceso electoral. La presencia de dinero del crimen organizado ensucia las campañas y hace imposible la rendición de cuentas.

2. Civilidad y respeto: a pesar de la naturaleza competitiva de las elecciones, las campañas deben estar marcadas por la civilidad y el respeto entre los candidatos. Los ataques personales, las acusaciones infundadas y la retórica divisiva pueden socavar el proceso democrático y exacerbar las tensiones sociales.

3. Centrarse en los problemas: las campañas electorales deben priorizar la discusión sustantiva de los grandes problemas que aquejan a la nación (que son muchos y muy importantes), por encima del amarillismo noticioso, centrándose en propuestas de políticas, planes y visiones para el país o la comunidad en el caso de las elecciones locales. Los candidatos deben articular claramente sus posiciones sobre cuestiones clave, permitiendo a los votantes hacer comparaciones basadas en sus propuestas más que en sus personalidades.

4. Inclusividad: las campañas deben tener como objetivo involucrar a todos los segmentos de la sociedad, garantizando que se escuchen y consideren las diversas voces y perspectivas. Esto incluye llegar a grupos marginados y subrepresentados para garantizar que se aborden sus preocupaciones y prioridades.

5. Juego limpio: el cumplimiento de las reglas y normas electorales establecidas es crucial para mantener la integridad del proceso de campaña. Esto incluye respetar las normas de financiación de campañas, evitar el fraude electoral y comprometerse a aceptar el resultado de las elecciones. Esto va dedicado especialmente al Presidente de la República, que ya ha sido sentenciado por violaciones a la legislación electoral por intervenciones ilegales en el proceso.

6. Campañas basadas en hechos: los candidatos y sus seguidores deben basar sus campañas en hechos y evitar difundir información errónea o incluso falsa. Engañar al público puede dañar el proceso democrático y llevar a que el electorado tome decisiones desinformadas que no le convienen a nadie.

7. Educación de los votantes: las campañas brindan una oportunidad para educar a los votantes, no solo sobre los candidatos y sus plataformas, sino también sobre el proceso de votación en sí. Se deben hacer esfuerzos para informar a los votantes sobre cómo, cuándo y dónde votar, así como sobre la importancia de su participación en el proceso democrático. Las autoridades electorales mexicanas, afortunadamente, tienen una amplia experiencia al respecto.

8. Compromiso y diálogo: las campañas electorales deben fomentar el compromiso y el diálogo entre candidatos y votantes. Las reuniones públicas, los debates y los foros permiten la interacción directa, donde los votantes pueden hacer preguntas y expresar sus preocupaciones directamente a quienes buscan un cargo.

9. Cobertura no partidista: los medios desempeñan un papel crucial en las campañas electorales y debe existir la expectativa de una cobertura justa y no partidista de todos los candidatos. Los informes equilibrados permiten a los votantes recibir una visión integral de sus opciones.

10. Seguridad y accesibilidad: garantizar la seguridad física en las campañas es esencial, particularmente en las regiones del país que enfrentan amenazas de violencia. Deben existir medidas para proteger a los candidatos y a los votantes.

En última instancia, las campañas electorales deben realizarse de manera que defiendan los principios de la democracia, respeten los derechos de todos los participantes y contribuyan positivamente al discurso político de una sociedad que ha sido lastimada en sus derechos en los años recientes. Si las expectativas ciudadanas se cumplen vamos a mejorar la legitimidad del proceso electoral y la confianza de la gente en los resultados. Esa debería ser nuestra meta colectiva.

Abogado constitucionalista. @MiguelCarbonell

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