Es muy frecuente la pregunta sobre lo necesario para obtener una patente internacional. La respuesta automática es la inexistencia de una patente internacional; el corolario: a lo máximo a lo que se había llegado era a un sistema de solicitud de patentes internacional y a una patente europea.
Para muchos doctrinarios, tanto de propiedad intelectual (PI), como internacionalistas y constitucionalistas, y no obstante el carácter global de la materia, la idea de una patente supranacional era algo casi imposible. Muchos fueron los argumentos, desde cuestiones administrativas, hasta posturas de soberanía nacional.
No obstante, y hay tras más de 50 años de arduo trabajo y convencimiento, el 1 de junio de 2023 fue lanzado el sistema de patente unitaria, el cual, simplificará y facilitará la protección y obtención del máximo rendimiento de la PI.
Bruselas acogió con satisfacción la puesta en marcha del nuevo sistema; Múnich lo celebró a lo grande. A decir de la Comisión Europea, la patente unitaria viene a reforzar la innovación y la competitividad de la Unión. Para la Oficina Europea de Patentes –con sede en la ciudad alemana y a la cual correspondió la proyección, liderazgo y lanzamiento– gracias a un sistema más accesible, económico y sencillo, se consolida un mercado tecnológico sin fronteras, en beneficio de todo innovador, europeo o no.
Si bien ya existía –y existirá– una patente europea, la patente unitaria revoluciona el sistema de PI mundial. Si bien es cierto que la primera se solicita, tramita y obtiene con un solo trámite, también lo es que, para surtir efectos en los estados miembros, tiene que ser validada por sus autoridades. Y no solo esto; para defenderla, se tiene que acudir a los tribunales nacionales de cada miembro en el cual se haya cometido la violación.
Por cuanto al sistema unitario, la diferencia radica en la obtención de una sola patente con efectos automáticos y sin necesidad de validación en –a la fecha– 17 países. Su defensa corresponderá al Tribunal Unificado de Patentes, con sede en París.
Al constituir un sistema más expedito, económico y sencillo se estima que muchos sean los beneficiados, siendo lo más: inventores, universidades, centros de investigación y pymes. Un 80% de ahorro en los costos por obtención y mantenimiento de una patente no puede ignorarse. Se estima que frente a los 30 mil euros que implica la obtención y mantenimiento de una patente europea, en una unitaria no se sobrepasarán los 6 mil. El sistema no discrimina; inventores, empresas e incluso centros de investigación mexicanos pueden hacer uso de él.
Con una ventanilla y trámites únicos, pero sobre todo con una protección y defensa uniforme, no solo los innovadores se benefician, sino también las autoridades. El sistema significa ahorros de recursos públicos.
Respecto al Tribunal Unitario de Patentes, además del ahorro antes apuntado, la exclusividad que tendrá en el tema eliminará las decisiones contradictorias que a la fecha todavía encontramos entre juzgados nacionales europeos respecto a una misma patente.
Si todo lo anterior no es disruptivo, lo que veremos en la conformación del Tribunal Unitario sí que lo es. El Tribunal no solo contará con jueces tradicionales (abogados) especializados en la materia, sino con jueces técnicos en materias como ingeniería en sus diferentes ramas, biología, y farmacología entre otros.
Como lo leyó, jueces ingenieros, jueces biólogos e incluso jueces QFBs. Mientras en México circulan ideas y voces que pugnan por la elección popular de juzgadores, Europa nos manda el mensaje que la impartición de justicia puede ser tan especializada que, además de los profesionales en derecho, los técnicos pueden y serán jueces.
Nos toca preguntar, analizar y utilizar el sistema, ya sea de manera directa o a través de las herramientas que el IMPI ha venido adquiriendo y manteniendo con la Unión Europea, y con la Oficina Europea de Patentes. Queremos que la innovación mexicana saque provecho de esta nueva realidad.
Especialista en propiedad intelectual y protección de innovación
Twitter: @MA_Margain