En el año 2024 se celebrará el mayor número de procesos electorales a nivel mundial. La democracia no es la misma en tiempos de guerra que en tiempos de paz.
Este año ha iniciado con las secuelas de los conflictos bélicos de Rusia en Ucrania, la lucha armada que libra Israel en Gaza, Cisjordania y regiones de Líbano, la respuesta de Estados Unidos y Gran Bretaña por contener los ataques a la marina mercante petrolera por milicianos hutíes de Yemen en el estrecho de Bab el Mandeb en el Mar Rojo, las agresiones fronterizas entre Irán y Paquistán en la zona de Baluchistan, así como la creciente tensión respecto a la autonomía de Taiwán por el interés de China de la anexión total de su territorio. Todos estos casos son indicadores de preocupación para la paz mundial.
Notoriamente son conflictos que confrontan a países con regímenes autoritarios contra sistemas democráticos que presentan un horizonte de incertidumbre que no se veía desde los años más hostiles de la Guerra Fría.
La ONU, instancia creada para la preservación de la paz, hoy carece de los elementos suficientes de autoridad y decisión para lograr un alto al fuego y transitar hacia negociaciones diplomáticas de pacificación y conciliación. De igual manera en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, los llamados a la paz parecen no tener efecto más allá de sus propias audiencias.
En la prensa internacional, en la medida que las retóricas electorales se han radicalizado, los medios noticiosos se han ido decantando hacia posiciones y contenidos monotemáticos. La tarea de los medios noticiosos conjuga la importancia de atender los temas de interés local con los grandes acontecimientos internacionales, no obstante, su reflejo en las redes sociales por parte de los futuros votantes alcanza niveles no deseados de intolerancia y exclusión.
Aunado al panorama internacional, se observa cómo se radicalizan los desencuentros políticos en el interior de muchos países, incluso en democracias desarrolladas.
Será inevitable que estos problemas generen posiciones que sean integradas como argumentos de campañas electorales, predominantemente en las elecciones de Estados Unidos. Nuestra operación diplomática ha logrado contener, hasta ahora, la tentación de tomar a México como el principal rehén del debate electoral.
En ese país, adalid de la democracia, es motivo de estudio el análisis de las causas y razones por las cuales los procesos de renovación de liderazgos al interior de los partidos parecen haberse estancado. Los dos partidos parecen no tener mejores contendientes que sus conocidos y muy maduros gobernantes recientes, a menos que el Partido Demócrata considere postular a otro candidato.
Es pues pertinente que en este año, que se habrá de decidir dar un paso más en la visión de futuro de nuestro país, los ciudadanos seamos conscientes de que las condiciones ajenas, imperantes en el exterior, no se conviertan en motivos o pretextos para la confrontación y división, sino que sean elementos que nos permitan reflexionar acerca de la importancia de consolidar aquellos valores que fortalezcan la convivencia armónica de nuestro modo de vida.
Rúbrica. Reconocimiento al INE. Valioso esfuerzo de atender la afluencia ciudadana para tener actualizada su credencial de identidad para votar; así se ejercen los derechos democráticos, y quien no lo hizo…