Si tuvieran la opción de gastar 250 millones de pesos en un sólo día, ¿En qué lo harían? Seguramente se les pueden ocurrir algunas cosas necesarias para vivir, una vivienda, un automóvil, etc. Incluso algún viaje, o algún lujo. Y si al siguiente día tuvieran la posibilidad de gastar nuevamente 250 millones, ¿Ahora en qué lo gastarían? Tal vez luego del paso de unos cuantos días se empezarían a agotar las posibilidades, ¿verdad?

Imaginen que la cantidad de riqueza que acumulaba Carlos Slim en 2024 ($1,836,000,000,000 pesos, escrito sin abreviación para que se note la amplitud de la cantidad) era suficiente para que, aún sin generar un peso más de ingresos en el futuro, pudiese gastar 250 millones diariamente durante veinte años más (suponiendo que llegase a vivir esa cantidad de años) y aún le sobrarían 11 mil millones de pesos al final de este periodo.

¿Tiene sentido tal nivel de acumulación de riqueza extrema que, podríamos decir, es completamente innecesaria incluso para su propietario? ¿Tiene sentido acumular, no sólo mucho más de lo que “necesitas”, sino incluso millones de pesos más de lo que “puedes” gastar durante el resto de tu vida? ¿Por qué acumular sólo por acumular?

Veámoslo ahora desde otra perspectiva. Háganse la siguiente pregunta: Si no tuvieran que pagar renta, ni educación ni salud privadas, ni hacerse cargo del cuidado de nadie más, ¿Cuánto dinero mensual de una “pensión” imaginaria sería suficiente para que pudieran satisfacer sus necesidades de una forma adecuada o digna?

He hecho esta pregunta en las presentaciones de mi libro “”, y las respuestas más comunes han rondado entre 15 mil y 50 mil pesos. Vayamos al extremo superior, y supongamos que con 50 mil pesos mensuales por persona en un hogar, son suficientes para que alguien tenga satisfechas todas sus necesidades básicas y, seguramente, hasta pueda tener gastos extra como viajes, conciertos o cualquier otro tipo de ocio o entretenimiento que sea de su interés.

Convertido a términos anuales, estaríamos hablando de 600 mil pesos mensuales. Si hablamos de una pensión de, supongamos, 50 años, la cantidad llegaría a 30 millones de pesos suficientes para satisfacer completamente la vida de una persona durante el resto de su vida (por simplicidad estamos dejando de lado tanto la posibilidad de que esa misma riqueza genere rendimientos, como también el tema inflacionario).

Si una persona puede vivir toda su vida de manera adecuada, y hasta con lujos, con una riqueza de 30,000,000 pesos (otra vez, sin abreviar para que se pueda comparar claramente la cantidad), ¿Por qué nos parecen legítimas socialmente las riquezas como la de Carlos Slim, que llega a $1,836,000,000,000? Es decir, una riqueza 61 mil veces mayor.

Incluso, cualquier persona de la lista de Forbes de multimillonarios, que como mínimo deben tener un patrimonio cercano a $20,000,000,000, tiene ya ingresos suficientes para asegurar sus necesidades y lujos por más de 33,333 años. En un país donde miles de personas viven en situación de calle y millones en pobreza extrema ¿Hace sentido esta acumulación descomunal de riqueza?

El punto de estos experimentos mentales es problematizar la terrible idea de la acumulación de riqueza sin límites, y evidenciar que es socialmente adecuado y necesario imponer límites a la riqueza. Por encima de cierta cantidad de riqueza, da igual cuánto más se acumule. La vida no va a cambiarles.

Salinas Pliego lo dice muy claro cuando le “¿Qué se siente haber perdido 5 mil millones en una tarde?” y responde: “No cambió en nada mi vida”. Efectivamente, la vida de los multimillonarios seguiría siendo una vida de lujos aún si “renunciaran” a una parte importante de su patrimonio. Pero la narrativa meritocrática justifica y legitima distribuciones de ingreso y riqueza tan ilógicas socialmente como las de nuestro país.

Es en ese sentido que Ingrid Robeyns, en su libro “”, propone que pensemos en al menos dos tipos de límites superiores a la riqueza: Uno es el límite político, es decir, el límite que nuestra sociedad debería establecer y que el sistema fiscal debería hacer cumplir. El otro es el límite ético personal, más bajo pero que toma en cuenta simplemente las necesidades de las personas.

Así pues, un límite político de 100 millones de pesos y un límite ético de, incluso, los 30 millones de pesos que mencioné anteriormente, podrían ser las cantidades máximas de riqueza que viéramos acumuladas en manos de los multimillonarios. ¿O ustedes cuál creen que debería ser el límite máximo a la riqueza en México?

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