Hace ya varios años, explicamos que en Siria subsistían al menos cuatro conflictos diferentes. Todos esos conflictos han tenido, a lo largo de este tiempo, distintos momentos explosivos. Por eso, pensar en la guerra siria como un evento que se “durmió” y que ahora “despertó”, es una apreciación que deja de lado esos muchos momentos explosivos de los que hablo. Lo de Siria es más bien un continuo con distintos altibajos en cada uno de los rubros que hoy retomo. El hacerlo nos permite entender los retos que enfrenta la transición en Siria y los aspectos que debemos seguir con cuidado. Y sí, por supuesto que la caída del régimen de Assad y la toma de Damasco por parte del grupo Tahrir al Sham (HTS) ha removido los hilos de cada uno de esos conflictos. Acá los retomo y actualizo el análisis:

Conflicto 1: la rebelión en contra de Assad

1. Con el correr del tiempo, lo que inicialmente comenzó en 2011 como una ola de manifestaciones masivas, tras la violenta respuesta del régimen, se fue tornando en una insurrección armada. La rebelión incluyó primero, elementos civiles que tomaron las armas junto con miembros del ejército que fueron desertando. A ellos se sumaron milicias islámicas locales que tenían en común la lucha contra Assad, pero veían en el horizonte un estado muy distinto al que buscaban los grupos laicos. Luego, la rama de Al Qaeda en Irak (AQI), aprovechando el caos, se lanzó a combatir en Siria y fundar ahí una nueva filial, el Frente Al Nusra. Pero no contentos con eso, AQI decidió enviar más contingentes y tras una disputa entre los liderazgos de la filial siria y la filial iraquí de Al Qaeda, el componente mayor de la rama iraquí (ISIS) se separa de la organización madre. Más adelante, el Frente Nusra también dejó Al Qaeda. Esta última es la organización hoy conocida como Tahrir al Sham o HTS, y ese mismo líder de aquellos años, Al Golani (o Al Julani) es quien lideró la ofensiva del 2024.

2. Pero regresando atrás, con los distintos bandos financiados y sostenidos por diversos patrocinadores internacionales, la guerra se mantuvo en una especie de equilibrio prolongado, hasta que, en 2015, Moscú decidió intervenir ya no con armas y dinero, sino de manera directa para revertir la balanza a favor de su aliado, Assad, lo que consiguió desde 2016. Muchas milicias, tras perder posiciones y sentirse reducidas, decidieron pactar un cese al fuego, y a pesar de distintos altibajos y momentos de ruptura, se fueron paulatinamente sujetando a sus términos.

3. Pero hubo otras milicias, apoyadas principalmente por Turquía, que optaron por seguir peleando durante los años que siguieron. Esas milicias se agruparon mayormente en la provincia de Idlib, desde donde continuaron combatiendo a Assad, aún apoyado por Rusia, por Irán y por las milicias proiraníes desplegadas en el territorio. Ese es el primero de los conflictos que subsistió.

4. En efecto, había un cese al fuego que estuvo más o menos en operación en ese último bastión rebelde. Este cese de hostilidades fue negociado por Rusia, Turquía e Irán. Sin resolver la situación de raíz, el alto al fuego permitió, a ratos, al menos mantener la calma relativa: Rusia se comprometía a asegurar que Assad no intentaría recuperar Idlib por la fuerza, a Turquía se le permitía conservar algunos puestos de control en esa provincia a cambio de garantizar que los rebeldes respetaran el cese de hostilidades, y todas las partes se comprometían a entrar a un eventual proceso de negociaciones donde se resolvería el futuro del territorio y de los rebeldes. Sin embargo, la realidad es que ni el presidente Assad, ni los rebeldes estaban completamente de acuerdo con los términos de ese cese al fuego, por lo que las hostilidades nunca se detuvieron en su totalidad. Estas hostilidades en 2020 llegaron a enfrentar a tropas turcas con el ejército sirio e incluso con Rusia.

5. Así que la ofensiva de HTS del 2024 es, de hecho, una ruptura de aquel cese al fuego y, por tanto, representa un reto enorme, no solo para organizar una transición que incluya a todos los componentes que habían participado en la rebelión, sino también para las relaciones entre Turquía, Rusia e Irán, quienes lo habían negociado. Por ahora, el grupo HTS está mostrando importantes signos de moderación. Hay esperanza en la sociedad civil siria y, como explicamos hace unos días, esto proyecta una transición relativamente ordenada como uno de los escenarios. Sin embargo, hay otros escenarios que se podrían dibujar. Unos de ellos tienen que ver con la posibilidad, no baja, de que la lucha entre estas agrupaciones continúe de manera activa o que quede latente, con cada agrupación controlando parcelas de la geografía siria, idealmente sin agredirse, pero tampoco reconstruyendo un estado unificado. Esto es lo que tendremos que monitorear en los tiempos que siguen.

Pero además de ello, necesitamos incluir al menos otros tres conflictos a la ecuación.

Conflicto 2: Turquía contra los kurdos

1. Un segundo conflicto es el existente entre Turquía y las milicias kurdo-sirias. Tras sus victorias contra ISIS, ahora esas milicias, entrenadas y armadas por EU, siguen controlando un 25% de Siria. Esto genera tensiones en Turquía desde hace tiempo. Recordemos que los kurdos son un grupo étnico con presencia en cinco países. La minoría kurda más importante se ubica en Turquía, y desde hace años, Ankara sostiene un choque armado con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo militante separatista que, entre otras cosas, ha establecido bases y lazos con las sociedades kurdas de países vecinos. Turquía argumenta que las milicias kurdo-sirias son una rama directa del PKK, considerado un grupo terrorista por Ankara. Por consiguiente, para Turquía era inaceptable que dichas milicias kurdo-sirias, a quienes mira como enemigos directos, controlaran 25% de Siria, incluida la frontera sirio-turca, y que, además, fuesen respaldadas y protegidas por EU, su aliado de la OTAN.

2. Así, la propuesta provisional de Erdogan mientras “esos terroristas son desarmados y ceden el territorio”, fue establecer una “zona de seguridad” en la frontera, una franja dentro de Siria con 30 km de profundidad que controlarían las fuerzas turcas para evitar que los kurdos-sirios pusieran en “riesgo a la seguridad nacional de Turquía”. El presidente turco había amenazado numerosas ocasiones que llevaría a cabo esta incursión militar “contra el terror”, incluso si eso le llevaba a enfrentarse con las tropas de EU. Al final, cuando hacia octubre de 2019, Trump decidió replegarse y no defender a sus aliados kurdos ante la invasión turca, fue Rusia quien tuvo que entrar a mediar. Moscú consiguió calmar las aguas permitiendo que Turquía penetrara solo en ciertas zonas limitadas dentro de la zona fronteriza, y logrando que los kurdos replegaran sus fuerzas varios kilómetros atrás de dicha frontera.

3. Sin embargo, esa zona de Siria, que en su mayor parte sigue controlada por las milicias kurdas, se mantuvo como una bomba de tiempo todos estos años. Y como era de esperarse, ahora mismo está explotando de nuevo. Ya estamos viendo choques entre las milicias apoyadas por Turquía y las milicias kurdas en estos días, quienes están acusando a Washington—nuevamente—de abandonarles.

4. En este sentido, podemos esperar que Turquía y sus aliados van a intentar aprovechar su reciente victoria sobre Assad para modificar el mapa y cortar la fuerza que los kurdos adquirieron. Es posible que al final, los kurdos entren a negociar para sacar lo más que puedan de este panorama. Más aún pensando en que Trump mantendrá su política del pasado y optará por no intervenir a su favor. No obstante, este conflicto sigue sin resolverse y podría continuar generando inestabilidad.

Conflicto 3: Israel contra Irán y sus aliados

1. Un tercer conflicto que subsistió es el de Israel en contra de Irán y sus aliados. A medida que Assad fue recuperando terreno, Irán fue capitalizando el apoyo que le había brindado todos estos años, mediante posicionarse de manera cada vez más firme en Siria, lo que en los últimos años ha incluido la construcción de bases militares y despliegue de soldados, cuerpos de élite y armamento sofisticado. Israel, país fronterizo con Siria que considera a Irán como su mayor enemigo en la región, buscaba impedir que Teherán o cualquiera de sus aliados, contara con ventajas que podrían ser utilizadas para atacarle. Así, desde hace años, Israel bombardea constantemente territorio sirio para obstaculizar la transferencia de armas hacia Hezbollah, o para evitar que otras milicias proiraníes afiancen sus posiciones, así como para impedir que Irán construya bases o despliegue armamento. A pesar de que decenas de soldados y oficiales iraníes han muerto en estos ataques, las represalias de Irán contra Israel fueron muy limitadas. Sin embargo, tras el conflicto abierto que en 2023 estalló entre Israel y Hamás, ayudada por el eje proiraní, la confrontación entre Israel e Irán se volvió más abierta y peligrosa.

2. Ahora mismo, naturalmente, Irán es uno de los grandes perdedores de la caída de Assad. Las condiciones actuales le impedirán operar desde el territorio sirio, pero también bloquearán sus rutas de suministro de armamento hacia Hezbollah que ha replegado las fuerzas que mantenía en Siria hacia el Líbano. No obstante, es probable que Irán sostenga esperanzas de preservar cierta presencia en Siria y que busque encontrar formas de seguir armando a Hezbollah. Así que este conflicto conserva un potencial explosivo posiblemente para los próximos años.

3. Por lo pronto, Israel está buscando no correr riesgos con el nuevo gobierno de Siria. Acá la lógica es la siguiente: Assad era un acérrimo enemigo de Israel. Pero era un enemigo conocido, cuya conducta era racional y predecible. Las milicias que hoy controlan Siria son grupos jihadistas e islámicos, no amigos de Israel (lejos de ello), cuya conducta podría ser poco previsible. Por ello, pensando en escenarios de posible inestabilidad en los que cualquier agrupación podría hacerse del arsenal químico de Assad, o bien, de otro armamento poderoso, Israel está lanzando intensos bombardeos para destruir la infraestructura militar de ese país. Además, el ejército israelí está ocupando una zona desmilitarizada en los Altos del Golán que estaba en posesión de Siria hasta hace unos días. Todo esto arroja un potencial conflictivo que tendremos que seguir observando en los meses que siguen.

Conflicto 4: ISIS contra todos

1. Por último, un cuarto conflicto que sobrevive es el que varios actores sostienen con ISIS desde hace años. Esa organización fue, en efecto, muy golpeada tanto por parte de la coalición internacional liderada por Washington como por parte de Assad y sus aliados. Sin embargo, la pérdida del territorio que llegó a conquistar esa agrupación islámica no terminó con ella. Solo en Siria se estima que la organización mantiene unos 10 mil combatientes (y quizás otro tanto en Irak) los cuales siguieron y siguen activamente cometiendo decenas de atentados. Pero además de ello, ISIS ha encontrado cómo subsistir a través de establecer y/o reforzar sus redes criminales. Siria, desde donde ISIS opera con holgura, se ha convertido en el mayor productor y exportador de Captagón—una droga similar a la anfetamina—del planeta. Todas esas redes criminales y economías ilícitas persistirán por el futuro previsible.

2. Ahora mismo, es probable que ISIS aproveche la caída de Assad, la conflictiva entre los kurdos y Turquía o las milicias aliadas de Ankara y la relativa pasividad de EU para reconstituirse en ese país y quizás nuevamente volver a capturar territorio sirio.

3. Como nota, en el pasado, ISIS combatió ferozmente contra la filial siria de su organización madre, Al Qaeda (hoy conocida como HTS, la misma que capturó Damasco hace unos días). Pero también hubo momentos en los que ISIS negoció con ellos. Esas negociaciones permitían a cada una de las agrupaciones controlar sus territorios sin agredirse, al menos temporalmente.

4. Así que, bajo las nuevas condiciones, hay escenarios de toda clase relativos a ISIS. Estos incluyen desde conflictos con varias agrupaciones incluida HTS y los kurdos, bombardeos continuos de EU y su coalición y más situaciones de inestabilidad como esas. Pero también existe una posibilidad de que ISIS termine pactando términos de no agresión con HTS. En cualquier caso, las condiciones de crimen organizado en las que ISIS está inmersa, y considerando que no se avizora una solución estructural a esas problemáticas, sumado a las diferencias ideológicas entre ISIS y HTS, favorecerán eventualmente escenarios de conflicto.

En resumen, todo el panorama que describo ha venido construyéndose en Siria durante años y es en ese continuo que se necesita analizar no solo el pasado sino los escenarios que podrían desarrollarse en el curso de los meses y años que siguen. Aún faltan más temas que agregar. Lo estaremos haciendo pronto.

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