El pasado noviembre, en un panel del Foro de Seguridad Internacional de Halifax, una académica canadiense dijo que ella estaba ansiosa por ver qué ocurriría la primera vez que Putin dijera “no” a lo que Trump le pidiera. Todos hablaban sobre cómo Trump se alinearía con Rusia, amenazaría a Kiev con suspender el respaldo, y trataría de forzar a Zelensky a negociar un acuerdo desfavorable. Pero esta académica reparaba en algo crucial que, varios meses después, parece estarse materializando: el momento en el que el obstáculo para la estrategia de Trump no sería Europa o Zelensky, sino Putin. “Lo que Vladimir Putin no entiende es que, si no fuera por mí, ya habrían ocurrido muchas cosas realmente malas en Rusia, y me refiero a REALMENTE MALAS”, declaró Trump en redes sociales. “¡Está jugando con fuego!”. El expresidente ruso Medvedev respondió, también en redes: “Yo solo conozco una cosa REALMENTE MALA: la Tercera Guerra Mundial ¡Espero que Trump lo entienda!”, tocando con ello una de las fibras más sensibles del propio discurso del presidente estadounidense. ¿Cómo hemos llegado a este punto de estancamiento en las negociaciones y a este nivel de frustración en Trump? ¿Qué sigue?

1. Como he dicho antes, es imposible desconectar todas esas declaraciones y negociaciones, del terreno de las hostilidades. Así que retomo algunos puntos que ya he comentado acá añadiendo nuevos elementos al análisis: Toda guerra tiene objetivos políticos. En el caso de Rusia, las metas políticas para haber invadido Ucrania siguen todas ahí. Al mismo tiempo, las negociaciones están fuertemente impactadas primero, por quién está venciendo en el campo de batalla, y segundo, por el cálculo de los actores en pugna en cuanto a los costos por seguir luchando y su disposición a seguir pagando esos costos a fin de obtener las metas políticas que indico. Esa combinación de factores termina aterrizando en cualquier esfuerzo diplomático relacionado con la guerra.

2. No podemos hablar de “la guerra” o “el apoyo” a Ucrania sin acercarnos con más detalle a lo que realmente está pasando en el campo de batalla. Una revisión del mismo indica que (a) Ucrania tiene escasez de tropas y dificultad para movilizar tropas nuevas mientras que Rusia mantiene su capacidad de movilización. No sin problemas por supuesto, pero su superioridad numérica en el terreno que ya era un factor desde hace mucho tiempo, lo está siendo cada vez más; (b) Ucrania lleva meses con escasez de municiones de artillería, cruciales para una guerra como esta. La está intentando compensar con su muy desarrollada capacidad en drones, pero eso no sustituye las municiones de artillería que requiere; (c) EU es quien provee a Kiev la mayor parte de esas municiones, Europa lo hace en mucha menor medida; (d) Si Europa tomara la iniciativa de remplazar a EU en ese factor específico, no podrá hacerlo en el corto plazo, quizás en el mediano plazo y eso está por verse.

3. Por tanto, el análisis de la estrategia negociadora de Trump desde febrero, requería contemplar los siguientes factores: primero, si EU realmente retirara su respaldo en armamento a Ucrania, Kiev empezará a resentir la escasez de municiones en lo inmediato; segundo, esto implicaría que el ejército ucraniano debería espaciar más las rondas de artillería que lanza contra Rusia a lo largo del amplísimo frente de batalla quizás durante el resto del 2025, y tercero, esto no haría sino contribuir a los avances que Rusia ha efectuado sobre territorio Ucraniano de manera lenta pero firme a lo largo de los últimos meses.

4. De regreso a las mesas de negociaciones. Todos los anteriores elementos han sido conocidos y evaluados por los actores involucrados: Trump, Zelensky, Putin y toda Europa. Esto de entrada otorga una posición de fuerza a Rusia a la hora de efectuar sus demandas. Es decir, nada de lo que hemos dicho implica que Rusia no esté pagando costos humanos, materiales, económicos y políticos por la guerra. La diferencia es que Rusia sigue demostrando que está dispuesta a pagar esos costos, puesto que, si se efectúa una proyección de la guerra hacia uno o dos años más, bajo las condiciones que describo, Ucrania pierde más en contraste con Moscú. Rusia podría incluso hacer más intentos por colapsar las líneas ucranianas y ganar todavía más territorio. Y todos los involucrados en el terreno diplomático lo saben bien.

5. Pero además de eso, lo que ocurrió durante los últimos meses es que (a) Trump exhibió su prisa, la necesidad de cumplir su promesa de negociar “la paz” de manera veloz y la única forma de hacerlo con esa velocidad en un momento en el que Rusia tiene la posición de fuerza, era obligando a Zelensky (y a Europa) a aceptar los términos de Putin sin pedirle demasiado a cambio; (b) La administración Trump efectuó concesiones a Putin incluso antes de negociar lo que incluye el reconocimiento de que las metas ucranianas “no son realistas”, de que Ucrania tendría que ceder su territorio y de que tendrá que abandonar sus aspiraciones de entrar a la OTAN sin ofrecer a la vez alguna alternativa de garantías de seguridad a Kiev, y por último (c) El mensaje de Trump para Zelensky (claramente escuchado por Putin) fue que si Ucrania no se adaptaba a esos términos, Washington le abandonaría de manera definitiva.

6. Por tanto, todo estaba dispuesto para que Putin exigiera más concesiones antes de siquiera considerar concederle a Trump el premio de un alto al fuego provisional de 30 días. Además de las concesiones territoriales y la renuncia de Ucrania a formar parte de la OTAN, por lo visto, Putin tenía pretensiones adicionales alineadas con sus metas originales. Esto consistía, en sus palabras, “desnazificar” y “desmilitarizar” a Ucrania—es decir, la cabeza de Zelensky y un gobierno más afín a Moscú en su lugar, además de la reducción del ejército ucraniano al mínimo—agregando a todo ello otras metas relacionadas con la OTAN, en esencia su repliegue militar de zonas consideradas por Rusia como su esfera de influencia.

7. Desde la lógica de Putin entonces, aceptar un cese al fuego de 30 días solo otorgaría un respiro a Ucrania y reduciría la capacidad de Moscú para seguir efectuando demandas que Putin sigue considerando importantes. Así, este es el primer “no” que Putin expresaba a Trump con toda claridad.

8. El problema mayor es que con ello, Putin está chocando directamente con algo que para Trump era, es y seguirá siendo crucial: la prisa para proyectarse como un presidente que cumple con su palabra (aunque esto implique acuerdos vagos, inconclusos, o ceses al fuego que eventualmente colapsan como el de Gaza) y exhibirse como el “peacemaker” que él dice ser.

9. Para compensarlo, Putin ha ofrecido otras alternativas como ceses al fuego unilaterales de algunos días, o negociaciones directas entre Rusia y Ucrania, pero nada de esto ha podido reducir la frustración que Trump está sintiendo en este punto. Trump percibe que ya es hora de que Putin le devuelva el favor de lo mucho que el presidente estadounidense ha conseguido para Moscú, y eso es lo que estamos observando estos intercambios en redes sociales.

10. Sin embargo, de manera paralela a estos desarrollos, Rusia parece estar iniciando una nueva ofensiva. Por ahora el ejército ruso está mostrando sus más veloces avances en lo que va del año, añadiendo a ello varios de los bombardeos más intensos con misiles y drones que ha lanzado desde el inicio de la guerra. Pero además de eso, Moscú está abriendo un nuevo frente en el norte ucraniano.

La gran pregunta es, por supuesto, qué sigue al respecto. Algunas posibilidades:

A. Trump podría “retirarse” del tema, como ya ha amenazado antes. Esto implicaría, obviamente, que EU abandonaría por ahora los esfuerzos de mediación y la guerra proseguiría inmersa en sus propias dinámicas. Lo que no queda claro es si ese “retiro” estadounidense supone seguir suministrando armamento a Ucrania en los niveles actuales, eliminarlo (como lo demanda una gran porción de quienes votaron por Trump) o acaso aumentar ese respaldo para enviar a Putin alguna señal. En cualquiera de estos tres casos, es muy posible que Trump explore la vía de incrementar las sanciones contra Rusia, probablemente mediante penas y aranceles secundarios contra países que siguen comerciando con Moscú como India o China entre muchos más.

B. Evaluando sus opciones, Putin podría seguir tratando de satisfacer a Trump mostrándole que Rusia es seria en cuanto a su intención de negociar. Para ello, Putin incluso podría ofrecer algunas concesiones mínimas con tal de mantener vivas las conversaciones en las que eventualmente Moscú podría finalmente aceptar algún cese al fuego temporal o alguna clase de memorándum de entendimiento, que permita a Trump colgarse la medalla del éxito sin que ello implique que Rusia abandone metas que considera desde 2022 como cruciales (por ejemplo, respecto a la OTAN).

C. O bien, Rusia podría seguirse oponiendo, proyectando que está dispuesta a pagar todos los costos que implicaría seguir prolongando la guerra por varios años más, incluso el costo por potenciales sanciones adicionales o aranceles secundarios de Trump. Al final del camino, desde la perspectiva de Putin, a una superpotencia nuclear como Rusia no se le puede derrotar y, por tanto, siempre encontrará formas de seguir buscando las metas estratégicas que le orillaron a iniciar la guerra.

Por ahora, la segunda opción parece la más probable, pero cualquiera de las tres es plausible, además de que, existen muchas otras combinaciones de probabilidades, por ejemplo la A y la C. Todo va a depender de lo que se defina en las próximas semanas. Quizás lo más importante de la psicología de Trump—algo que ya entendíamos bien desde su gestión previa pero que ahora está quedando incluso más claro—es que se trata de un actor enormemente transaccional. En declaraciones presenciales o en sus redes sociales, él puede expresar cualquier cantidad de comentarios o desacreditar a cualquier contraparte, para tan solo unos días después anunciar que ha logrado un acuerdo favorable a EU. Putin entiende muy bien que puede seguir jugando con ese rasgo de su personalidad. Con todo, pensar que todas las cartas están bajo el control del presidente ruso, podría ser un error de cálculo y no sería la primera vez que eso le sucede.

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