Hace unos meses, en mayo, Trump aseguraba que los houthies—el grupo rebelde de Yemen contra el cual Estados Unidos llevaba a cabo una campaña de bombardeos—habían capitulado. Según el presidente, tras varias semanas de ataques, esa agrupación no tuvo más opción que rendirse ante la presión estadounidense. Recordemos que, en apoyo a Hamás, además de lanzar misiles contra Israel, los houthies llevaban más de año y medio atacando embarcaciones de distintas nacionalidades en el Mar Rojo. Es cierto que las hostilidades directas entre los houthies y la fuerza naval estadounidense cesaron desde mayo. Sin embargo, los ataques contra Israel y contra embarcaciones de países que ellos asocian con Israel no se han detenido en los meses que siguieron. Ayer mismo, los houthies lanzaron un misil balístico contra Tel Aviv que, por primera vez, llevaba una cabeza de racimo. Israel respondió con fuerza bombardeando Sanaa, la capital de Yemen bajo control rebelde desde hace años. ¿Cuál es el trasfondo de todo esto y por qué el conflicto ha seguido prolongándose durante estos meses?

El contexto: los ataques de houthies en el Mar Rojo

Desde 2023, la milicia houthi, un grupo rebelde de Yemen, ha intensificado su protagonismo en la arena internacional como parte del eje proiraní, aunque actuando también bajo una lógica autónoma. Su ofensiva incluye tanto ataques directos a Israel con misiles y drones en apoyo a Hamás, como una campaña sistemática de disrupción comercial en el Mar Rojo, que ha afectado a embarcaciones de múltiples nacionalidades y ha detonado la respuesta militar de Estados Unidos y sus aliados. Aunque Irán ha jugado un papel central en el fortalecimiento militar de los houthies, el grupo opera con metas propias, relacionadas con su consolidación como fuerza dominante en Yemen, su legitimidad frente al mundo árabe y musulmán, y su creciente independencia frente a Teherán. Así, la lucha que se dice originada en solidaridad con la causa palestina, ha evolucionado en una cruzada más amplia contra intereses occidentales, con implicaciones severas para el comercio global y la seguridad internacional.

La llegada de Trump al poder reconfiguró nuevamente este frente. El presidente no solo redesignó a los houthies como grupo terrorista, sino que lanzó los ataques más duros hasta ahora contra sus posiciones, en respuesta a la reanudación de amenazas y ofensivas houthies desde marzo, cuando colapsó el cese al fuego en Gaza. Sin embargo, como acá mismo lo explicamos antes, bombardear a los houthies con la expectativa de disuadirlos podría reproducir el mismo error que cometió Arabia Saudita durante años: reforzar su narrativa de resistencia y legitimar su causa ante un mundo que percibe la desproporción de las represalias. El mensaje de Trump era también para Irán y Hamás, pero, como en otros casos, de haber seguido adelante con los bombardeos contra esa agrupación, la campaña de EU pudo derivar en una escalada que le obligaría a prolongar un enfrentamiento que no tenía previsto.

El cese al fuego EU-houthies pactado por Trump en mayo

1. El trasfondo era claro: Trump no quería que Estados Unidos se enredara en una guerra mayor en Medio Oriente. La salida de Mike Waltz de su gabinete estaba ligada justamente a esa discusión. Tanto Trump como Vance y otros en la Casa Blanca creen que EU debe elegir sus batallas, y esta región no está entre sus prioridades. Golpear a los houthies, argumentaba Vance, respondía más a intereses europeos que a los de “America First”.

2. Aun así, los halcones habían logrado convencer a Trump de que mostrar músculo en Yemen mandaba un mensaje útil a Irán y al resto del mundo. El presidente autorizó entonces bombardeos sostenidos contra los rebeldes, pero pronto se reveló el límite de ese enfoque: sin intervención terrestre, campañas aéreas de ese tipo rara vez consiguen doblegar a grupos como los houthies.

3. Con el tiempo, la campaña estadounidense se volvió más costosa que estratégica. Washington estaba gastando recursos valiosos en un frente que no era prioritario y que le podía distraer de Asia. Del otro lado, los houthies también tenían incentivos para negociar: su objetivo principal es mantener presión sobre Israel, no pelear al mismo tiempo contra dos potencias. La mediación de Omán les abrió la puerta para ofrecer un cese limitado de ataques contra embarcaciones estadounidenses.

4. El acuerdo entre EU y los houthies en mayo, sin embargo, dejaba claro que los houthies seguirían golpeando a Israel. Así, Trump pudo presentar la pausa como una victoria necesaria justo antes de su visita a la región ese mismo mes, mientras los houthies ganaban oxígeno: desactivaban la presión directa de EU y al mismo tiempo mantuvieron su narrativa de resistencia contra Jerusalem y de defensa de los palestinos. Resultado: ambos lados se adjudican una victoria parcial, aunque el conflicto de fondo se dejó intacto.

Contexto actualizado e implicaciones para el conflicto houthies-Israel

1. Han pasado varios meses desde ese momento. Por un lado, Israel y Estados Unidos atacaron con fuerza a Irán durante este período de tiempo, reduciendo aún más su capacidad de operar en la región. Pero, por otro, la guerra entre Israel y Hamás no ha cedido; al contrario, se ha intensificado.

2. Este panorama nos deja dos factores de contexto que deben considerarse cuando hablamos de los houthies. El primero es que, como ya dijimos, seguirán tomando decisiones orientadas a respaldar al eje proiraní, aunque con una independencia relativa de Teherán. Las pérdidas sufridas por Irán en su guerra de doce días con Israel abren para los houthies una importante oportunidad. Su liderazgo, en consecuencia, ha optado por sostener la campaña contra Israel y contra cualquier actor que identifiquen como proisraelí.

3. El segundo factor es el hecho de que la intensificación de la ofensiva israelí contra Hamás también representa una oportunidad para los houthies: al situarse en la última línea de resistencia frente a Israel, su proyección internacional como defensores de los palestinos se potencia enormemente, dándoles todos los incentivos para continuar con sus ataques.

En suma, a pesar de los bombardeos israelíes sobre su territorio, lo más probable es que los houthies mantengan su ofensiva. La experiencia demuestra lo difícil que es disuadirlos, y los incentivos para seguir adelante siguen ahí. Estaremos atentos.

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