Según un informe de CNN del 19 de septiembre que se basa en la declaración de una fuente militar ucraniana, es posible que las agencias de inteligencia de Ucrania estén vinculadas a una serie de ataques con drones y a una operación terrestre dirigida contra las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en Jartum, una milicia paramilitar de Sudán respaldada por el Grupo Wagner de Rusia. Sin embargo, CNN subraya que no pudo verificar de forma independiente la participación de Ucrania, aunque obtuvo grabaciones en video de un aparente ataque con drones kamikaze en Jartum, que guarda similitud con videos de ataques con drones realizados previamente por el ejército ucraniano en la guerra que libra contra Rusia. Por su relevancia, es necesario considerar el tema, incluso tan solo como posibilidad o como herramienta de guerra cognitiva e informativa.
El caso de Sudán
1. Como recordatorio, el más reciente conflicto en Sudán, el tercer país de mayor dimensión geográfica en África, comenzó a mediados de abril. Se trata de un choque entre el ejército, liderado por el general Abdel-Fatah al-Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), una milicia paramilitar comandada por el general Mohammed Hamdan Dagalo.
2. La crisis humanitaria desatada se encuentra en pleno proceso. La violencia ha provocado más de 5,000 muertes y el desplazamiento interno de aproximadamente 2.5 millones de personas. La capital, Jartum, y la región occidental de Darfur han experimentado la violencia más intensa, con gran cantidad de ataques dirigidos contra poblaciones no árabes.
3. La ONU está prediciendo que se generará más de 1 millón de refugiados internacionales como producto de este conflicto en los próximos meses. Por lo pronto, muchos de esos refugiados ya han huido hacia Chad, en donde la organización estima que el número de personas en busca de refugio ha aumentado de un cálculo inicial de 100,000 a 245,000. Otras personas se han estado refugiando en otros países vecinos. Mientras tanto, se ha informado de casos de violencia sexual, incluyendo violaciones, en Jartum y Darfur, atribuidos principalmente a las RSF.
4. Todas las negociaciones de paz mediadas por Estados Unidos y Arabia Saudita han terminado por caer. Hasta ahora, se han declarado múltiples ceses al fuego durante el conflicto, pero uno a uno de esos ceses ha colapsado. Las fuerzas del ejército son más numerosas, pero la capacidad de lucha callejera de ese ejército es limitada, mientras que las unidades ágiles de las RSF han ocupado áreas extensas de Jartum.
La conexión Sudán-Ucrania, la guerra cognitiva y de información
Como sabemos, desde febrero del 2022, el ejército ruso invadió Ucrania en distintos frentes. Actualmente se libra la quinta fase de esa larga guerra. Pero además de la guerra material que está teniendo lugar en el territorio, existen otros campos de batalla. La guerra cognitiva consiste en intentar penetrar y someter la mente del adversario hasta persuadirle de que haber iniciado esa guerra o bien, seguir luchándola, es un error de cálculo dadas las múltiples consecuencias presentes o futuras por estarla combatiendo. La guerra de información puede ser una táctica de guerra cognitiva, cuando consiste en difundir información real o ficticia que tiene el objeto de impactar en esa toma de decisiones o cálculos, o cuando busca influir en la opinión pública del país enemigo para reducir el respaldo popular a las acciones militares.
¿Cómo es que un posible ataque ucraniano en Sudán pudiera formar parte de esa guerra cognitiva? Estos son los puntos principales:
1. A principios de septiembre tuvo lugar una serie de ataques en los que catorce drones impactaron en siete objetivos vinculados a las RSF cerca de Jartum. Como se indica arriba, CNN reportó, con base en una fuente militar ucraniana, que el ataque tenía una “alta probabilidad” de haber sido orquestado por Kiev.
2. Ya acá hemos explicado antes que las RSF y en especial, su comandante Mohammed Hamdan Dagalo, tenían añejos vínculos con el grupo privado ruso de contratistas militares Wagner y su líder Prigozhin, en temas como las minas de oro y otros negocios. Mucho antes de que ocurriera la insurrección de Wagner en Rusia, Prigozhin dio varios indicios de su intención de otorgar su pleno respaldo a las RSF en su combate contra el ejército sudanés.
3. Lo que pasa es que, en medio de estos hechos en Sudán, se suscitó la rebelión armada del Grupo Wagner en Rusia, posteriormente, las negociaciones de esa organización con Putin, el traslado de miles de combatientes de Wagner a Bielorrusia, y la subsecuente muerte del líder de esa agrupación, Prigozhin, tras el desplome de su avión, quizás a manos del Kremlin. Esta serie de factores, naturalmente, han puesto en cuestión las operaciones de Wagner, o lo que queda de esa organización, en África.
4. Hay que entender que, en el pasado, Wagner operaba en realidad como una especie de instrumento o herramienta del Kremlin. La cercanía entre Prigozhin y Putin, y el alineamiento de intereses que mostraban, siempre produjo una sensación de que cualquier sitio en donde Wagner operaba—desde Crimea o el este ucraniano hasta Siria, Malí o por supuesto Sudán—lo hacía a nombre de Moscú. Por lo tanto, beneficiar a Wagner era de alguna forma beneficiar a Rusia y a sus intereses, y a la vez, atacarle, era una forma de golpear al Kremlin y a su agenda.
5. No obstante, conforme la guerra en Ucrania fue transcurriendo y Prigozhin se fue empoderando, los conflictos entre el líder de Wagner y las instituciones rusas (y el propio Putin) fueron creciendo, lo que hizo cuestionar el alineamiento de intereses que anteriormente se observaba.
6. Hoy, no obstante, muerto Prigozhin, lo que se ha observado es un intento por parte del ministerio de defensa ruso por asumir un mayor control de la actividad internacional del Grupo Wagner y con ello regresarlo al círculo de intereses de Moscú.
7. Entonces hay dos datos relevantes a rescatar. El primero es que Wagner como organización (o cualquier cosa en la que se vaya a transformar), ya sin su líder, y bajo las cuerdas de Moscú, se encuentra claramente debilitada y dista mucho de ser aquella fuerza que hace pocos meses era. El segundo dato es que hoy vuelve a ser verdad que atacar a Wagner, a sus intereses, o a aquellos espacios en donde esta agrupación sigue operando, es una forma de atacar a Moscú y a sus metas. Esta combinación representa un enorme hueco y oportunidad para cualquier enemigo que desee sacar partido de la situación.
8. Por tanto, un ataque contra las operaciones de Wagner o contra sus aliados en África, a manos de quien hoy lucha una guerra con Rusia como lo es Ucrania, es, cuando menos, plausible. Esto último es lo que otorga a los hechos un poder especial como parte de la guerra cognitiva o como parte de la guerra de información que arriba señalo.
9. Es decir, incluso si las agencias de noticias fuesen incapaces de verificar la responsabilidad de los servicios especiales ucranianos en esta operación, el tema ya ha ascendido a la agenda informativa, y exhibe potenciales vulnerabilidades del hoy debilitado Grupo Wagner ante las actividades que tiene en múltiples zonas de influencia rusa en el globo. Si se llegara a confirmar que Ucrania estuvo detrás de estos ataques, se trataría de la mayor operación de Kiev contra intereses rusos fuera de Europa, y aunque eso no asiste a los objetivos inmediatos de Ucrania en su propio territorio, si vulnera la confianza rusa, y proyecta la posibilidad de otros ataques similares contra intereses rusos en países como Malí, Siria o más. Esto debe sumarse a otros ataques con drones que está efectuando Ucrania contra territorio ruso pues, en conjunto, se trata de herramientas de guerra cognitiva que, en teoría, buscarían forzar a Putin a repensar las consecuencias de una guerra prolongada.
10. Naturalmente, esto también produce temores en Washington y Occidente, pues muestra las formas como esta guerra podría expandirse y, en un caso extremo, salirse de control.
Así que lo importante del reporte de CNN es el reporte mismo, la forma como éste opera desde ya en la mente de los actores quienes lo leen e interpretan, ya sea como hecho real, o meramente como acto en potencia.
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