Hace una semana se dio a conocer la conformación de #Méxicolectivo. Un grupo plural que propuso un “Punto de partida” para comenzar una conversación nacional sobre el futuro de nuestro país. Hubo críticas y comentarios en los medios sobre lo que realmente es la iniciativa y sus alcances. Soy parte de este colectivo e intentaré disipar algunas dudas.

Mi participación deriva de una premisa: el lenguaje como herramienta que constituye realidades. La realidad se construye a través de la palabra. En el mundo libramos todos los días batallas semánticas, es decir, sobre los significados que cimientan nuestra vida individual y colectiva. He aquí el valor del nuevo ejercicio: convocar a un grupo de personas a conversar, dialogar e interpretar nuestra vida colectiva. El futuro de nuestro país requiere que salgamos de los lugares comunes y dotemos de nuevos significados a los problemas añejos para encontrar respuestas novedosas. Me pueden decir que el documento presentado (denominado “Punto de partida”) no añade nada nuevo, que todo está dicho ya. Difiero por dos razones. Primero, porque parte de una confusión: el documento es un punto de arranque, una invitación a una conversación nacional para construir un proyecto de país. Los resultados de esa conversación aún no los conocemos. Y, segundo, porque el simple hecho de articular la problemática e invitar a su análisis, tiene ya un valor en sí mismo. Sobre todo, porque no está signado por nadie, no hay autoría individual, sino colectiva.

La convocatoria fue plural, sí, pero también algo más: conciliadora. Fue una convocatoria que reunió a las más diversas personalidades, personas que rara vez conviven, se ven cara a cara y, más importante aun, se escuchan. La prensa dirigió sus reflectores a los personajes de la política, pero asistieron artistas, deportistas, activistas, feministas, miembros de colectivas y varias ONG, académicos, intelectuales, comunicadores y un gran etcétera. En una época en la cual reina la apatía y la falta de comunicación real entre los individuos, el simple hecho de haber reunido a todas, todos y todes fue un gran primer paso.

Se criticó la edad de los convocantes del ámbito político. Se cuestionó que dónde estaban lo jóvenes. Ahí estábamos. Habíamos un buen grupo y crecerá cada día. Lo del lunes pasado fue un primer paso de muchos a seguir. Y tampoco hay motivos para desdeñar la experiencia y el liderazgo de quienes aparecieron como convocantes. Mejor hay que preguntarnos por qué no hay jóvenes con el arrastre para convocar a algo así. Algo hay en nuestro sistema político y electoral que en los últimos treinta años ha impedido que germinen liderazgos jóvenes con proyección nacional y con capacidad de mantenerse en el tiempo.

Se ha especulado mucho sobre el propósito del colectivo, sobre su proyección propiamente política. Les puedo decir con toda contundencia lo que no pretende este colectivo. No es una convocatoria antagónica: no es “anti” algo (o alguien). Una iniciativa así caería en lo común, se limitaría a la pura respuesta, sin la propuesta. Pretendemos aterrizar ideas nuevas en políticas públicas concretas, que no sólo nos llevarán a un escenario completamente distinto, sino que además mejorarán todo lo que se ha hecho bien. Hay que hacernos cargo de los errores del pasado, sin caer en el desahogo vacuo. Una oferta de futuro no puede anclarse en un retorno al pasado y tampoco lo puede enterrar sin rescatar lo que vale la pena. Debemos imaginar y deletrear el futuro desde el propio futuro.

Poner por encima los argumentos, el diálogo y la deliberación, no abonará a la polarización. La polarización se alimenta de la simpleza discursiva, de atizar pasiones y de la incapacidad de imaginar un lugar más allá de los polos. Nosotros pretendemos pensar, escribir y dotar de contenido a una idea de país que muchos queremos. Esa idea de país se gestará en horizontal, en colectivo, en las 32 entidades de la república. En junio presentaremos el documento final con lo que se recogió en todo el país. Y esto marcará agenda, se los aseguro. No se imaginan el talento que hay dentro de este grupo. Ya lo verán.


@MartinVivanco
Abogado y analista político