Como cada año, la marcha del 8M por el Día Internacional de la Mujer reunió a miles de mujeres en muchas ciudades de nuestro país. Sin embargo, esta ocasión destacó la presencia de cientos de niñas que marcharon junto a sus madres, tías, abuelas y compañeras.
¡Las niñas, marchando, también están luchando! Fue una de las consignas que hicieron vibrar el mar violeta en el que se transformaron muchas avenidas principales; una consigna que debería de calarnos hasta lo más profundo de nuestra consciencia y nos lleve a cuestionarnos ¿por qué las niñas tienen que marchar por sus derechos?
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, entre el 2015 y el 2023, se cometieron 745 feminicidios contra niñas y adolescentes, es decir, en nuestro país, en promedio cada mes 7 niñas son víctimas de feminicidio.
Por otro lado, en México, a los 13, 14 y 15 años de edad, las niñas son más del 61% de las personas desaparecidas y no localizadas, según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (SEGOB, 2024). Además, las niñas y adolescentes suelen sufrir violencia física y sexual cuando son víctimas de desaparición.
Hay que mencionar que el registro es incompleto, porque no se hacen todas las denuncias debido al temor a los agresores, la falta de confianza en las autoridades y por prejuicios ligados a falsas ideas sobre el honor y el qué dirán.
Las niñas y adolescentes corren riesgos, lo cual provoca que vivan con miedo y que la presión por crecer, las aleje de vivir su niñez con plenitud y tener la libertad de elegir qué quieren ser y hacer.
En Save the Children celebramos y fomentamos la participación pública y política de la niñez y la adolescencia, promovemos y acompañamos espacios de diálogo entre niñas, niños y adolescentes, y tomadores de decisiones, para que sus voces sean escuchadas e incidan en cambios de políticas públicas en temas que les afectan. Sin embargo, cada 8 de marzo nos recuerda que aún existe una brecha de género enorme que impide que las niñas ejerzan sus derechos.
Las candidatas y candidato a la Presidencia, y a todo cargo de elección popular, deben comprometerse a garantizar acciones e inversiones para que las niñas y las adolescentes cuenten con oportunidades y condiciones para vivir seguras y libres. Las niñas merecen recibir todo el apoyo y acompañamiento para desarrollar su proyecto de vida, para ser quienes ellas decidan ser.
Todas las personas adultas debemos comprometernos a hacer lo necesario para que el género no sea un obstáculo para que nuestras niñas y adolescentes vivan plenas, seguras y con oportunidades.
¡Su futuro depende de lo que hagamos en el presente!