Cuando el 14 de mayo pasado Claudia Sheinbaum le pidió a su secretario de Agricultura, Julio Berdegué, explicar en su conferencia matutina los impactos para el ganado mexicano por el cierre de la frontera de Estados Unidos, la Presidenta le exhortó que se mesurara: “Sin enojarte, Julio”, le soltó en voz baja.

La frase se hizo viral. Tres días antes, cuando Estados Unidos anunció que cerraba su frontera al ganado mexicano, el secretario de Agricultura calificó la medida como “unilateral” y dijo que “no “contribuye” a la estrategia conjunta contra esta plaga. Luego borró su publicación y la sustituyó por una más diplomática. El exabrupto sirvió para conocer la forma en la que la Presidenta reacciona a las amenazas y acciones del gobierno de Donald Trump: prefiere andarse con pies de plomo antes de dinamitar los frágiles puentes que se mantienen entre ambos países.

Y si bien la forma es fondo, las declaraciones del secretario también dejaron mucho que desear. En principio, los comentarios sobre la dispersión de "millones de moscas estériles provenientes de Panamá" carecen de sustento documental. No se han presentado bitácoras de vuelo, frecuencias de dispersión, ni testimonios de productores que hayan encontrado evidencia física de estas liberaciones en sus predios.

Más grave aún: la información oficial de la Comisión Panamá-Estados Unidos contradice categóricamente a Berdegué. Según su sitio web, la planta panameña produce 20 millones de pupas semanales, de las cuales 17 millones se destinan exclusivamente a "la dispersión y mantenimiento de la barrera biológica" en Centroamérica. En ningún documento oficial se menciona el envío de moscas estériles a México.

La falta de coordinación institucional también denota falta de oficio y desconocimiento. Mientras el secretario Berdegué declara una cosa, el director de Senasica, Javier Calderón Elizalde, lo contradice públicamente afirmando que "ya existe un acuerdo con Estados Unidos para reanudar la exportación de ganado". Esta descoordinación no es un detalle menor, pues revela una estructura gubernamental fragmentada enfrentando una crisis que requiere unidad y claridad estratégica.

El compromiso público de Berdegué de reabrir la frontera el lunes 26 de mayo no solo se incumplió, sino que Estados Unidos endureció su posición, estableciendo revisiones cada 30 días. Esta escalada demuestra la pérdida de credibilidad de la representación mexicana ante las autoridades sanitarias estadounidenses.

El otro asunto es que el gusano barrenador no es solo un problema pecuario: es una crisis de salud pública, económica y de seguridad alimentaria que requiere una respuesta integral. La ausencia de Semarnat, de las Secretarías de Salud y Economía, y de los gobiernos estatales en esta batalla revela una peligrosa subestimación de sus implicaciones. La fauna silvestre, vector natural mucho más dinámico que el ganado doméstico, se mueve libremente por los 956 kilómetros de frontera con Guatemala. Ignorar esta realidad biológica condena cualquier estrategia de control al fracaso.

Asimismo, el "festejo desproporcionado" por los 21 millones de dólares otorgados por la Secretaría de Agricultura de Estados Unidos, encabezada por Brooke Rollins, es quizá lo más desolador para los productores, toda vez que están en riesgo miles de millones de pesos en pérdidas por una cantidad que el gobierno mexicano debió haber tenido disponible desde el inicio. Los críticos aseguran que si México no contaba con esa cantidad para cumplir su obligación básica de salvaguardar la sanidad ganadera nacional, el problema trasciende al gusano barrenador: habla de un Estado incapaz de proteger sectores productivos estratégicos.

El combate al gusano barrenador requiere una estrategia integral que involucre a todos los niveles de gobierno, al sector académico, a las organizaciones productivas y a la sociedad civil. Necesita transparencia en lugar de contradicciones, y sobre todo, recuperar la dignidad perdida en esta batalla mal librada.

Entre 1965 y 1982, con la participación de la Comisión México-Americana para el Combate del Gusano Barrenador, se logró erradicar completamente la plaga del territorio nacional. La operación requirió 58 mil horas de vuelo, más de 250 mil millones de moscas estériles, 2 mil 31 trabajadores y una inversión de 620 millones de dólares. Estados Unidos aportó el 80%, México el 20%. Fue un éxito.

El error estratégico llegó después: trasladar la planta productora de moscas estériles a Panamá en 1982, dejando a México vulnerable a reinfestaciones desde el sur. Hoy México está pagando las consecuencias de esa decisión.

Posdata 1

El otro gran frente abierto con Estados Unidos es el incremento de 25% a 50% en los aranceles para el acero y el aluminio que entró en vigor este miércoles. La medida significa un golpe letal para la industria mexicana y muchas cadenas de producción cuyos principales insumos son estos productos.

Ayer la presidenta Claudia Sheinbaum se reunió con empresarios del sector para revisar sus estrategias de respuesta. Junto con el secretario de Hacienda, Edgar Amador, y el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, se llegó a la conclusión de que México debería responder con aranceles recíprocos, toda vez que Estados Unidos es superavitario en dichos sectores.

Sin embargo, según fuentes cercanas a las reuniones, la reacción no sería inmediata y primero se agotarán las vías del diálogo y la negociación. Se evalúa si es viable esperar a la Cumbre del G7, que será del 15 al 17 de junio en Canadá, a la que es prácticamente un hecho que acudirá la Presidenta mexicana para intentar resolver el asunto como última opción previo a la imposición de represalias. El desenlace de esta respuesta es de pronóstico reservado: lo mismo Trump puede flexibilizar sus demandas para negociar con México que doblar la apuesta y aplicar un arancel de 100%, lo que automáticamente frenaría el comercio de estos productos y generaría una crisis bilateral.

México está ante una de las determinaciones políticas y económicas más complicadas de los últimos años… y eso que todavía no inicia la renegociación del TMEC.

Posdata 2

Ni los aumentos a salarios, ni los 800 millones de pesos, ni el apoyo a las causas de la CNTE de algunos funcionarios de la administración de Claudia Sheinbaum, como el director general de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública, Marx Arriaga, han podido saciar la demanda de los maestros que exigen todo o nada en sus demandas.

Muy corto se ha quedado el titular de la SEP, Mario Delgado, y la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, tampoco ha podido hacer mucho para convencer a los integrantes de la Coordinadora de llegar a un acuerdo y que regresen a sus lugares de origen.

La novedad es que en Palacio Nacional al parecer están considerando llamar a otros operadores, principalmente oaxaqueños, que en el pasado tenían interlocución con el magisterio y que evitaban que las manifestaciones llegaran a la CDMX, esto a pesar de que muchos todavía forman parte del PRI. Uno de ellos: el exsecretario de educación local, Francisco Villarreal, operador del ahora morenista Alejandro Murat.

Posdata 3

Ahora que en México muchas empresas de todos los sectores están en la mira de las autoridades por sus concesiones de agua y su consumo desmesurado, vale la pena echarle un ojo a lo que sucede en Estados Unidos con grandes empresas tecnológicas y la sustitución de energía que están haciendo para impulsar sus negocios.

A partir de 2027 y por un periodo de 20 años, la empresa Meta del magnate Mark Zuckerberg comenzará el uso de energía nuclear para alimentar sus operaciones vinculadas al uso de Inteligencia Artificial, gracias a un convenio con Constellation Energy, una empresa estadounidense dirigida por Joseph Domínguez y James McHugh, con lo cual se generarán también 13.5 millones de dólares en ingresos fiscales anuales.

Propietaria del Centro de Energía Limpia Clinton, en Illinois, que tenía previsto cerrar en 2017 y que ahora volverá a realizar actividades con “energías limpias”, la firma originaria de Baltimore encontró en el fundador de Facebook un respiro ante la crisis financiera que le aquejaba desde hace una década. Criticados por utilizar grandes cantidades de agua para reducir el calor en sus generadores de energía, estos centros de IA demandan cada vez más el uso de energía atómica para las necesidades futuras.

@MarioMal

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