La disputa por la presidencia del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA) empieza a ponerse más candente que el mismísimo relevo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). En manos de este órgano jurisdiccional está el éxito o fracaso de la política fiscal del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y el flujo de recursos hacia sus programas del Bienestar.

Además, en manos de los 16 magistrados de la Sala Superior se encuentran resoluciones que involucran cantidades que rebasan el billón de pesos mexicanos y que, bajo las nuevas responsabilidades del Tribunal, son clave para materializar el discurso de la lucha anticorrupción.

La ex jefa del SAT y actual secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, fue artífice del intento de la 4T dd apoderarse del Tribunal, mediante una iniciativa de reformas a su Ley Orgánica que allanaba el camino para que asumiera las riendas del órgano la magistrada anticorrupción Natalia Téllez, impedida bajo las reglas actuales para asumir la posición.

Sin embargo, en la Cámara Alta la propuesta se encontró con un Ricardo Monreal que frenó la minuta ya aprobada en la Cámara de Diputados, bajo el argumento de que las reformas de Ley eran efectivamente un traje a la medida, además de motivos personales y de seguir manteniendo poder en otras áreas que son solamente legislativas.

Si se llegaran a sumar estos asuntos a los desencuentros que ha tenido Monreal con la 4T, y con el presidente, el escenario resultaría peligroso para el senador. Monreal, además de bloquear el paso de la magistrada Téllez, trabaja en estos días para colocar al magistrado Guillermo Valls como cabeza del Tribunal.

Valls Esponda es el magistrado presidente de la Primera Sección del Tribunal. Llegó ahí con el apoyo del consejero Jurídico Humberto Castillejos. Sus nexos con el priismo lo acercaron desde hace tiempo con Monreal, por lo que cumple con el perfil para detener los embates contra el zacatecano, algunos provenientes desde la propia presidencia de la República.

Guillermo Valls compite por esa silla privilegiada con la magistrada, también de la Sala Superior, Luz María Anaya , muy cercana al Magistrado Rafael Anzures. En pocas palabras, Anaya Domínguez es el delfín del proceso, la opción que garantizaría lo que Anzures ha calificado con sus compañeros magistrados como continuidad.

También van por la presidencia de este importante Tribunal el magistrado Julián Olivas y la magistrada Zulema Mosri, esta última presidenta de la Segunda Sección, quienes intentan amarrar sus apoyos entre los propios integrantes del pleno.

Será el próximo lunes 2 de enero cuando los magistrados de la Sala Superior tomen la decisión colegiada. Solo ellos y sus respectivos votos decidirán el rumbo que tome esta Tribunal, aunque también estarán sujetos a presiones o pretensiones de muchos otros actores.

Y en la SCJN también arrecia la guerra

El otro relevo que está sacando chispas es el de la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que también cambiará el próximo 2 de febrero.

La disputa está al rojo vivo. Si bien la mayoría de los 11 ministros y ministras ya están de vacaciones, los que se quedaron a cabildear y operar se están dando con todo, interna y externamente, lo que ha generado cierto malestar dentro de la Corte.

La ministra Yasmín Esquivel, quien es una de las que busca la presidencia de la Corte y está operando con todo, fue expuesta esta semana con un supuesto plagio de su tesis de licenciatura, el cual negó.

La ministra es apoyada por el exconsejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, aunque hay quien dice que este también impulsa al otro candidato fuerte: Alfredo Gutiérrez Ortiz-Mena , cercano al todavía presidente Arturo Zaldívar . Fue este ministro el fiel de la balanza con cuyo voto se le dio vida artificial a la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica de AMLO. El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, si bien iría en apoyo con Esquivel, al parecer tampoco tendría problema en respaldar a Ortiz Mena.

Alfredo Gutiérrez está ligado a viejos y poderosos políticos panistas y priistas por sus cargos anteriores, como haber sido jefe del SAT en el sexenio de Felipe Calderón, aunque sus cercanos aseguran que nadie de estos influye en su actuar con ministro.

Los caballos negros son Javier Laynez, Alberto Pérez Dayán y Norma Piña. Será interesante también conocer el sentido del voto del ministro Juan Luis González Alcántara , propuesto por el presidente López Obrador a solicitud de Julio Scherer. ¿Irá con Esquivel o con Ortiz Mena?

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@MarioMal

 

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