A partir de la decisión unilateral del presidente Donald Trump de imponer aranceles de 25% a los productos nacionales que se envían a Estados Unidos, México tiene algo así como 72 horas para evaluar su respuesta: qué tipo de aranceles fija como medida de represalia a nuestro principal socio comercial, además de las acciones no arancelarias que anunció este fin de semana la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en un combativo mensaje dirigido al gobierno estadounidense.
Tras el anuncio del sábado, será este martes 4 de febrero cuando los aranceles impuestos por Estados Unidos a México comiencen a funcionar, en un clara violación al TMEC, como lo advirtieron los organismos empresariales aglutinados en el Consejo Coordinador Empresarial. Y también se verán los efectos inmediatos en cuanto a la reducción de las exportaciones mexicanas a EU y viceversa, la depreciación del peso y el freno de la inversión extranjera por la incertidumbre que significa para las empresas una “guerra” comercial, lo que a su vez perfilaría a la economía nacional hacia una recesión.
Por lo visto, si Estados Unidos no modera su discurso respecto a México, a cuyo gobierno acusó de tener una “alianza” con los cárteles de la droga, también habrá una crisis política-diplomática con nuestro vecino del norte. Este domingo, la presidenta Sheinbaum reiteró su mensaje al gobierno de Trump sobre su responsabilidad en la venta ilegal de armas de uso exclusivo del Ejército a las organizaciones criminales mexicanas, así como su inacción para combatir a los narcotraficantes y el consumo de sustancias como el fentanilo que ha generado una crisis de salud pública en EU.
La presidenta mexicana fue muy valiente en sus mensajes de respuesta a Trump, y aunque remarcó su intención de mantener el diálogo y convocar a mesas de trabajo para atender los problemas, sus palabras podrían provocar la ira de un muy incendiario y arrebatado presidente estadounidense, quien, como López Obrador, siempre dobla la apuesta.
Los reclamos de Trump a México tienen que ver con problemas añejos, que los gobiernos priistas ni panistas supieron o quisieron atender, pero que se profundizaron y evidenciaron en el sexenio morenista de Andrés Manuel López Obrador, mismos que heredó Sheinbaum. En primer lugar, la crisis de violencia y el fortalecimiento de los grupos criminales por una laxa e ineficaz estrategia federal; en segundo lugar, la crisis migratoria que se desbordó por la falta de presupuesto e interés del gobierno federal, así como por la incapacidad y negligencia de funcionarios como el director del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño. Por estos dos temas Trump tiene a México entre la espada y la pared y con poco margen de maniobra para dar resultados en el corto plazo.
El trasfondo de la cruzada contra el fentanilo es que Trump está convencido de que China lo utiliza como una “arma de destrucción masiva” contra su país; su argumento se basa en las más de 100 mil muertes anuales que ocasiona su consumo en dosis altas entre los estadounidenses. Y el gobierno de México, según las fuentes que han tenido estas conversaciones con funcionarios de alto nivel del equipo de Trump, ha sido laxo en su combate; más aún, lo consideran parte del problema al permitir que los cárteles lo utilicen para fabricar distintas drogas en laboratorios del país, que después trafican a Estados Unidos con la colaboración de criminales y autoridades de ese país.
No solo eso. Estados Unidos tiene registros precisos sobre cómo el gobierno y las empresas chinas encubren inversiones en México, mediante un esquema de triangulación de capitales para producir productos que terminan en su país, con el beneficio que otorga el TMEC, como lo documentó EL CEO en diciembre pasado.
Son muchos los frentes abiertos de México con Estados Unidos, y por lo visto demasiado complejos para resolverse en el corto plazo. Lo que viene será un juego de ajedrez y de resistencia para los tres socios comerciales del TMEC. Los efectos estructurales aún son de pronóstico reservado.
Posdata 1
La semana pasada pregunté: ¿quién será el bueno para negociar con el gobierno de Donald Trump?, si el canciller Juan Ramón de la Fuente, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, o el titular de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
Hasta ahora el más vocal y contestatario frente a Estados Unidos ha sido Ebrard, quien en sus publicaciones de redes sociales utilizó la palabra “venceremos”, en referencia a que México está abiertamente en conflicto con su principal socio comercial. El canciller De la Fuente ha intentado operar por los canales diplomáticos, mientras que Ramirez de la O diseña un plan anticrisis para hacer frente a los desafíos económicos y financieros. Lo dicho: se tendrá que reconfigurar el Paquete Económico 2025 y aplazar el plan fiscal previsto para este año.
Otros de los secretarios poderosos del gabinete, quien ha estado en contacto con las agencias estadounidenses y los funcionarios del equipo de Trump, es el titular de la Secretaría de Seguridad, Omar García Harfuch. En cuatro meses que lleva la actual administración, el exjefe de la policía capitalina ha dado más resultados que sus antecesores en todo el sexenio de López Obrador, y está decidido a contrarrestar a las organizaciones criminales, lo cual reconocen en Estados Unidos. El problema es que el objetivo de Trump es que en su primer año las muertes por sobredosis de fentanilo bajen a la mitad, y por eso la contraofensiva hacia México.
Toda vez que los problemas que más conflictúan a Trump son los de seguridad y migración, García Harfuch se ha convertido en el secretario más valioso en la estrategia de contención con Estados Unidos.
Posdata 2
La relación con Estados Unidos en materia de seguridad, si bien se desgastó en el transcurso del sexenio de López Obrador, se terminó de romper tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada en una operación ejecutada por el gobierno estadounidense. El longevo líder de una facción del Cártel de Sinaloa tiene mucha información disponible sobre el trasiego de droga hacia los Estados Unidos, la cual, por lo visto, ha decidido entregar a las agencias de seguridad de ese país, y confirma lo que el gobierno de AMLO negó hasta el cansancio: que en México se producen drogas a partir del precursor químico fentanilo.
Con esta y mucha más información, Estados Unidos ha decidido embestir al gobierno mexicano y relacionarlo directamente con el narcotráfico, como efectivamente sucede en muchas localidades, ciudades y estados de la República. Por eso la pregunta que más se hacen allá y acá es, por dónde empezar: Sinaloa, Tabasco, Chiapas, Sonora, Morelos, Michoacán, Veracruz… ¿quién será el primero de los gobernadores o exgobernadores morenistas en caer? Es la pregunta los 617 mil millones de dólares, que es el valor de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos en 2024.
Posdata 3
Este lunes será un día negro para los mercados financieros. En Asia, las bolsas abrieron con bajas y las posturas de los inversionistas respecto de los centros bursátiles en Estados Unidos, México y otros países anticipan caídas.
El tipo de cambio ya comenzó a depreciarse el domingo más de 2.5%, a 21.3 pesos por dólar, y se prevé que la caída se profundice este lunes, posiblemente hasta los 22.5 o 23 pesos.
Esto, a pesar de que ayer Trump ya comenzó a moderar su discurso. El presidente estadounidense dijo que conversará este lunes con México y Canadá sobre la imposición de aranceles, aunque remató con la frase “nos deben mucho dinero y van a pagar”.
Por lo pronto, la presidenta de México prepara un discurso enérgico para este miércoles 5 de febrero, en el teatro de la República de la Ciudad de Querétaro, en la celebración del aniversario de la Constitución de 1917, el documento más importante que se originó como consecuencia de la lucha revolucionaria de 1910. Se espera que en el evento las y los gobernadores de todas las entidades del país cierren filas con el gobierno federal y emitan también un mensaje de defensa de México.
@MarioMal