La relación de Carlos Slim con la futura presidenta de México es crucial para saber cómo será la relación del poder económico con el poder político en el próximo sexenio. Hace seis años, el magnate mexicano empezó con el pie izquierdo su entendimiento con el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, tras la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, aunque muy pronto se mejoró y terminó siendo miel sobre hojuelas, lo cual le permitió al presidente honorario del Grupo Carso obtener multimillonarios contratos de gobierno y duplicar su riqueza. ¿Mantendrá Slim esa buena relación con Sheinbaum?

La tragedia de la Línea 12 del Metro que ocasionó 26 muertes distanció a Slim con la entonces jefa de Gobierno. El desplome de un tramo elevado del transporte colectivo involucró a CICSA, una de las empresas del magnate mexicano, la cual construyó dicha infraestructura durante la administración de Marcelo Ebrard, excompetidor de Sheinbaum por la candidatura presidencial y ahora designado como próximo secretario de Economía.

En febrero pasado, durante una conferencia de prensa, Slim comentó sobre la tragedia de la Línea 12, la cual se politizó en su momento con el deslinde de responsabilidades que se centró en si la falla que provocó el accidente fue de origen o por falta de supervisión. La primera involucraba a Ebrard; la segunda a Sheinbaum, y Slim fue determinante: "Algo que dura 12 años con 12 millones de personas pasando por ella y luego presenta un problema, yo no lo veo como falla de origen", dijo.

Las declaraciones de Slim se leyeron como un excluyente de responsabilidad –a pesar de que se comprometió a pagar la rehabilitación de la Línea 12 del Metro tras la intervención del presidente López Obrador–, pero también como una postura política en pleno proceso interno de Morena, el de las llamadas “corcholatas”, de cara a la elección presidencial.

Unos días antes de la conferencia de Slim, el Presidente habló en su conferencia matutina de su libro “Adiós”, en el que recordó una anécdota del proceso electoral del 2018, en la que algunos empresarios del Consejo Mexicano de Negocios le propusieron al magnate ser candidato presidencial para derrotarlo.

Semanas después, a finales de marzo, trascendió la noticia sobre que la Secretaría de Economía decretó un aumento de aranceles para 544 productos, entre los que aplicó un impuesto de 35% a las importaciones de cables de fibra óptica, en beneficio de Condumex, el principal fabricante nacional de estos productos, propiedad de Slim.

Si fue coincidencia o no, tras las elecciones del 2 de junio la postura de Slim respecto de Sheinbaum se dulcificó. El 11 de ese mes, el magnate organizó una entrega de premios de su fundación en la que reconoció la trayectoria académica en el sector salud del doctor Moisés Selman, esposo de la madre de la futura presidenta.

Sheinbaum asistió a la premiación y platicó con Slim. “Fue una plática informal. Tuvimos oportunidad de ir ahí al primer piso del Museo Soumaya, donde están las réplicas de Miguel Ángel”, explicó. Los periodistas le preguntaron si en el encuentro con el dueño de América Móvil e Inbursa hablaron sobre el nerviosismo financiero que hay en el país ante la posible aprobación de la reforma al Poder Judicial, a lo que ella contestó que no.

Dos días después, el 13 de junio, Slim se reunió con López Obrador. No se supo mucho de aquella visita a Palacio Nacional, pero al día siguiente el Presidente dijo que “(Slim) está muy contento con Claudia, la conoce, nada más que Carlos es institucional, por lo general no se mete y es respetuoso. (...) lo mejor es que Carlos es precavido, otros se meten y dan dinero y se apasionan y él no, me consta”, dijo.

El contexto indica que Slim va a heredar la buena relación –personal y de negocios– que tuvo con López Obrador y su gobierno, de manera que se anticipa un buen panorama para sus empresas en el sexenio de Sheinbaum. Además de la infraestructura, la construcción de un millón de viviendas, los proyectos de trenes de pasajeros y de carga, y el Corredor del Istmo de Tehuantepec, Slim ya apostó por un sector: el energético.

En diciembre del año pasado, Grupo Carso anunció la compra de las operaciones de Petrobal, de la familia Baillères, por 530 millones de dólares. Se trata de dos plataformas petroleras del Golfo de México y la transacción concluyó en junio. Por otro lado, Slim reveló una inversión por mil 200 millones de dólares para desarrollar un campo en el Golfo de México para explorar y extraer gas, el cual espera que produzca hidrocarburos en 2026. La explotación de dicho yacimiento la hará de la mano con Pemex.

Salvo algo extraordinario, la relación Slim-Sheinbaum va a fructificar.

Posdata 1

Otro negocio en el que Slim quiere meterse de lleno –por si le hiciera falta alguno– es el de las fibras. La semana pasada, Fibra Danhos, de la familia Daniel –cercana a la 4T– informó de “ciertas” compras de miembros del Comité Técnico y del Grupo de Control en las que se intercambiaron más de 138 millones de certificados, 250 veces mayor al promedio diario de operación del Fideicomiso, equivalente a 10% de todos los instrumentos en circulación.

La realidad es que si bien los integrantes del grupo de control contribuyeron a dicho movimiento, las operaciones representaron menos de 2% del total de certificados en circulación. El resto de las compras fue encabezado por la casa de bolsa Inbursa, que encabeza Marco Antonio Slim, la cual adquirió 125 millones de certificados el 1 de julio. ¿Va Slim por Danhos o por otros Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces que están en venta?

Posdata 2

Este miércoles la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbuam, dio más detalles del Consejo Empresarial que va a crear y que coordinará la empresaria tapatía Altagracia Gómez. De entrada, dijo que no planea sustituir a ningún organismo o cámara de la iniciativa privada, como el Consejo Coordinador Empresarial que encabeza Francisco Cervantes.

También expuso que Altagracia Gómez Sierra va a seguir a cargo de sus empresas y “nos va a ayudar, como en la campaña, a involucrar a empresarios al propio consejo”, comentó. Esto deja más dudas que respuestas: ¿será o no la representante de Minsa una integrante formal de su gabinete, como lo fue en su momento Alfonso Romo hasta que renunció? Cuando Romo se unió al gabinete de AMLO, en teoría dejó de participar en sus empresas, como la casa de bolsa Vector, para evitar un potencial conflicto de interés.

El nuevo Consejo Empresarial va a trabajar en conjunto con varias dependencias del gobierno mexicano, como las secretarías de Economía, Hacienda, Energía y Relaciones Exteriores, aunque cada uno de los titulares de estas carteras tendrán sus propios acercamientos con las cámaras empresariales. El punto central del Consejo es la atracción de inversión extranjera y la estrategia para detonar regiones estratégicas con los llamados polos de desarrollo.

Posdata 3

Hablando del presidente del CCE, Francisco Cervantes, si bien se manejó que podría llegar al gabinete de Sheinbaum, ya sea a una secretaría de Estado o bien como enlace con inversionistas, la realidad es que algunos empresarios, principalmente los del Consejo Mexicano de Negocios, piden que se quede por un periodo más largo para navegar la primera parte del sexenio de la nueva presidenta.

Cervantes termina su periodo en marzo del 2025 y, según los estatutos del CCE, ya no puede reelegirse; sin embargo, se analiza la posibilidad de modificarlos para permanecer por un mayor tiempo al frente de la cúpula del sector empresarial. Sin duda es el líder de la IP que más cercanía tiene con la 4T. Ya se verá si avanza ese plan y si logra la unidad de todas las cámaras, confederaciones y consejos que integran el CCE.

@MarioMal