El pleito entre el fiscal Alejandro Gertz Manero y Julio Scherer Ibarra ha escalado velozmente en los últimos días en lugar de amainar. El 7 de febrero pasado revelamos en esta columna que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López , se reunió con Gertz para pedirle que dejara fuera de la estridente denuncia contra un grupo de abogados al exconsejero Jurídico de la Presidencia, con una frase similar a la de “por ahí no es”, refiriéndose a que había muchos otros casos relevantes contra la oposición para detonar.
Pero la visita del supersecretario Adán Augusto no hizo sino acelerar al fiscal. La judicialización de un expediente en contra de los principales abogados del despacho Araujo González Peimbert Robledo & Carrancá, relacionados con Scherer, estaba en marcha y los litigantes habían sido ya citados a una audiencia para comparecer por los presuntos delitos de extorsión, tráfico de influencias, lavado de dinero y asociación delictuosa.
Ayer, día de la cita, se informó que la audiencia fue pospuesta para el próximo 8 de marzo, de forma presencial en el Reclusorio Norte, en la cual la Fiscalía General de la República buscará que se les dicte prisión preventiva para posteriormente buscar fincarles una pena de 40 años.
El expediente contra los abogados está basado en una denuncia que hicieron el abogado Juan Collado –actualmente preso en el Reclusorio Norte–, y su hermano Antonio , ante la FGR para buscar un acuerdo reparatorio y un criterio de oportunidad que le permitan salir de la cárcel. En su cronología, Collado acusó que su detención, encarcelamiento y defensa habría sido orquestada por los abogados a los que ahora denuncia.
Las reuniones previas a la judicialización de la carpeta contra los litigantes, entre Scherer y el fiscal Gertz, acabaron mal: gritos, reclamos y amenazas. “Querías a un fiscal amigo o enemigo”, le habría soltado Gertz a Scherer. “Esto es una venganza, justicia vindicatoria”, reviró Scherer, a quien el fiscal lo recibió la primera vez en su despacho con la frase: “no estoy en bata, como dices que trabajo todos los días”.
El tono de las reuniones delineó lo que estaba por venir: la apertura de más carpetas de investigación que involucran a más abogados relacionados presuntamente con el exconsejero, quienes supuestamente operaban de forma similar: encontraban casos explotables jurídicamente, empresarios millonarios a quienes les ofrecían sus servicios para no acabar en la cárcel, o bien les ayudaban a desaparecer sus ‘pecados’ en la instancias judiciales, administrativas, financieras y fiscales. El costo: decenas o centenas de millones, propiedades, arte y artículos de ultra lujo.
Sin embargo, las filtraciones que se han realizado sobre la carpeta de investigación que la FGR judicializó en el caso de los abogados Juan Araujo, César González, David Gómez Arnau e Isaac Pérez Rodríguez dejan dudas sobre la fortaleza de las acusaciones, las cuales se basan en mensajes de WhatsApp, llamadas telefónicas y encuentros en los que se habrían entregado grandes cantidades de dinero en efectivo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador está al tanto del pleito y ha recibido, por separado, a Gertz y a Scherer para escuchar sus versiones. Sabe de las acusaciones y del alcance que tienen si proceden como pretende el fiscal, quien ha hecho valer su autonomía. Y así como ayer el Presidente reconoció que había un pleito irreconciliable entre Scherer y la exsecretaria y actual presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero , ahora le tocará mediar o llevar hasta las últimas consecuencias esta guerra de trasfondo explosivo.
mario.maldonado.padilla@gmail.com