“Que nos ayude Marcelo”, era la frase más recurrente de Andrés Manuel López Obrador cuando había una emergencia en su gobierno. El excanciller, hoy distanciado de la 4T, era visto por el presidente como su funcionario más eficiente; el “bombero” o el “apagafuegos” del gabinete cuando surgía una crisis.

Experimentado y pragmático, Ebrard lo mismo administró crisis migratorias que coordinó encuentros con Donald Trump y Joe Biden; consiguió la liberación del exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, en Estados Unidos, y operó algunos de los temas más espinosos del TMEC; gestionó la llegada de vacunas durante la pandemia del Covid-19 y compró las pipas de Pemex en el exterior para supuestamente combatir el huachicol –lo cual fracasó–, tras la explosión de un oleoducto en Tlahuelilpan, Hidalgo, que ocasionó la muerte de 138 personas y fue la primera gran crisis que le explotó en la cara al presidente. Luego vendrían muchas más hasta la más actual: el huracán “Otis” que despedazó a Acapulco.

Ebrard me narró en una entrevista que durante las reuniones de gabinete, cuando se trataban temas difíciles o relacionados con alguna crisis, a veces prefería no levantar mucho la cabeza o evitaba mirar directamente a López Obrador, pues siempre le comisionaba alguna tarea, precedido del “que nos ayude Marcelo”. Según el excanciller, esto le granjeó “grillas” y “envidias” de sus compañeros.

El excanciller y “excorcholata” se enfrentó a los embates de Trump y las amenazas arancelarias; también fue negociador del TMEC y organizó la visita de AMLO a Washington en julio del 2022. Entabló relaciones con los gobernadores, atemperó la presión por el asesinato de integrantes de la familia Lebarón en Bavispe, Sonora, además de que construyó un agenda pro empresarial con foros como el US-Mexico CEO Dialogue.

En la 4T extrañan a Marcelo Ebrard. La respuesta del gobierno federal ante la magnitud de la tragedia en Acapulco ha sido, si no desastrosa, muy deficiente y desordenada. Van seis días desde que “Otis” arrasó el puerto y sus alrededores y lo que se ve en las calles de Guerrero por donde pasó el huracán categoría 5 es muerte, desesperación por no tener rastro alguno de los desaparecidos, y falta de servicios básicos: comida, agua y seguridad.

El presidente dejó en manos de las Fuerzas Armadas la entrega de los apoyos gubernamentales y la coordinación de la estrategia de seguridad; a su secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, le pidió realizar los censos entre los habitantes de Acapulco y sus alrededores que perdieron todo o casi todo; y a las secretarias de Gobernación, Luisa María Alcalde, y de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, que apoyen como puedan. Y como pueden es recorriendo la zona de desastre y asegurando a la gente que la ayuda va a llegar.

Van seis días de caos y nadie –ni el mismo presidente López Obrador– ha tomado el liderazgo para enfrentar la tragedia. Parece que la apuesta es a que el tiempo vaya "reparándolo" todo, en términos económicos, políticos y sociales, y como sucedió con la explosión en Tlahuelilpan, con la pandemia y con la Línea 12 del Metro –todas tragedias indecibles por el número de muertos y por el terror– que el tiempo lo cure. A cualquier otro presidente esto lo habría dejado en la lona… menos a quien llegó con un enorme bono democrático que, pese a la evidente falta de capacidad de respuesta frente a las crisis, sigue teniendo buena aceptación –quién sabe hasta cuándo–.

Marcelo Ebrard está en Europa, terminando unas vacaciones que se tomó luego de haber sido prácticamente expulsado de la 4T, de la peor forma: a patadas y sin reconocerle su labor durante los casi cinco años en los que fue canciller.

Dejó una instrucción a sus colaboradores: montar un centro de acopio en la asociación civil El Camino de México, que ha enviado dos camiones con ayuda a Acapulco. Uno de sus principales operadores, Luis Walton –recientemente fallecido–, es del puerto, y la alcaldesa, Abelina López, también es muy cercana al excanciller. Algunos de los mejores mítines de Ebrard fueron en Acapulco.

Sin “bomberos” ni “apagafuegos” eficientes, porque todos ya están fuera del gobierno y distanciados –Alfonso Romo, Julio Scherer, Arturo Herrera, entre otros– el gobierno del presidente López Obrador va dando tumbos, peligrosamente, hacia el crucial 2024.

Posdata 1

A unos días de volver de sus vacaciones en Europa, Marcelo Ebrard está dispuesto a tomar una decisión: o negocia con Morena –con sus legisladores afines en el partido y en el Verde Ecologista– o se va (con todos) a Movimiento Ciudadano. No hay más.

Posdata 2

En el equipo de Claudia Sheinbaum ya hicieron acuse de recibo de los mensajes que les envió recientemente Clara Brugada; hablamos de la famosa “cruzazuleada”, en la que los liderazgos de las alcaldías Iztapalapa y Gustavo A. Madero le hicieron el vacío a la exjefa de Gobierno en el evento cancelado en el Estadio Azul.

El objetivo de la alcaldesa iztapalapense era demostrar que, sin su colaboración, Sheinbaum y su candidato no ganarían la CDMX. La respuesta fue enviar al Partido Verde, en voz de Jesús Sesma, a asegurar que, si no es candidato Omar García Harfuch, no habría manera de concretar una alianza con Morena.

El foco del Verde en la capital del país se centra precisamente en las clases medias, las mismas a las que Clara Brugada ha intentado dirigir su discurso en los últimos días. La razón es simple y sencilla: la aspirante también tiene claro que no se puede ganar en la plaza sin el sector que representa hasta 54% de su población.

Posdata 3

Sobre Acapulco, la gobernadora Evelyn Salgado solicitó que se implementara un operativo permanente de seguridad en la Autopista del Sol con elementos de los cuerpos estatales, por lo que la carretera al parecer ya es segura de transitar; muy importante porque es la vía por donde está llegando la ayuda a los damnificados.

También se pudo restablecer, el sábado pasado, el tránsito en la avenida escénica, que se aperturó en su totalidad, y de manera paralela se avanza en la limpieza y retiro de árboles para garantizar vialidad en calles afectadas en Acapulco.

De igual forma se avanza en los trabajos para liberar el viaducto Metlapil-Caseta La Venta en Acapulco, hasta Boulevard de las Naciones en sus cuatro carriles, así como el segundo carril hacia Llano Largo.

@MarioMal

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