¡Ayúdalo tocayo, ayúdalo!, le insistía en 2012, Julio Scherer Ibarra al presidente del Grupo Financiero Afirme, Julio Villarreal, para que apoyara financieramente la segunda campaña a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, bajo el entendido de que el apoyo iba a ser correspondido. Una década después, las promesas se están cumpliendo. La división de seguros de Afirme sigue recibiendo grandes contratos por adjudicación directa.
La empresa de Julio Villarreal se hizo de nueve contratos para resguardar el patrimonio de dos de los bancos del gobierno federal y para brindar el servicio de seguros institucionales y de responsabilidad médica en diversos institutos y hospitales de la Secretaría de Salud, incluso para el desaparecido Insabi, todo por un monto acumulado de 300 millones de pesos. Los contratos tienen vigencia hasta el 31 de diciembre de 2024.
El mejor cliente de Afirme es el Banco del Bienestar, el cual tiene aseguradas sus más de 2 mil sucursales con esta empresa mediante un contrato que asciende a los 253 millones de pesos. Le sigue el fallido Insabi, a cuyo personal le brinda los seguros institucionales, un negocio de 25 millones de pesos, pese a que está en vías de extinción. En tercer lugar destaca el contrato para asegurar los bienes patrimoniales del Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada (Banjército), el cual rebasa los 14 millones de pesos.
Según los lineamientos de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se exige priorizar los contratos entre las dependencias públicas, es decir que estas instituciones debieron recurrir a los servicios de Agroasemex para resguardar financieramente los bienes patrimoniales, pero prefirieron hacerlo con una empresa privada cuyo dueño es un personaje muy cercano al presidente López Obrador.
Agroasemex, institución que encabeza Breno Lorenzo Madero Salmerón, acumula una cartera de servicios entre las oficinas de gobierno que supera los 7 mil millones de pesos. En su Órgano Interno de Control hay varias denuncias por malos manejos y presunta corrupción, pero esa es otra historia.
Seguros Afirme facturaba servicios anuales por alrededor de mil millones de pesos cuando Julio Scherer despachaba en Palacio Nacional, y ahora al parecer sigue influyendo para entregarle por lo menos una tercera parte.
Villarreal y su empresa Villacero no pudieron quedarse con Altos Hornos de México, a pesar de que, como se ha ventilado en diversos procesos legales, Scherer presionó para que Alonso Ancira se la rematara.
Posdata
Si el presidente López Obrador quería poner a pelear a sus “corcholatas” y exhibirlas de cuerpo entero lo está logrando. Hoy los tres aspirantes punteros Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard se están dando con todo, algunas veces de forma directa y otras a través de terceros.
Basta con ver la reacción de hartazgo y molestia de la ex jefa de Gobierno de la CDMX a una serie de cuestionamientos sobre los espectaculares de ella y otros aspirantes a la candidatura presidencial de Morena. “No sé por qué tanta violencia en la entrevista”, tronó contra un periodista de Telerreportaje en Tabasco.
No ha sido el único exabrupto reciente de Sheinbaum. Hace unos días tuvo un problema con la empresaria Altagracia Gómez Sierra. Resulta que la organización pro Claudia “Por Ella por Todas, Frente Nacional de Mujeres” distribuyó un comunicado en el que aseguraba que la presidenta del Consejo de Grupo Minsa “se sumaba al proyecto de Claudia Sheinbaum”, lo que molestó a la joven empresaria que no estaba al tanto del comunicado, por lo que reclamó directamente a la ex jefa de Gobierno.
Pese a la protesta, más tarde y en su cuenta de Twitter, Sheinbaum compartió una foto con la empresaria y una nota periodística producto del boletín difundido, el cual para colmo estaba plagada de errores sobre la trayectoria y responsabilidades actuales de Altagracia Gómez. La aspirante presidencial tuvo que disculparse personalmente con la empresaria.