El deseo del presidente Andrés Manuel López Obrador de que el negocio de Banamex regrese a manos de mexicanos podría convertirse en realidad… a medias. El mejor postor para adquirir los activos de Citi es Banorte, el banco en el que la familia Hank González es el accionista mayoritario, aunque no por mucho, pues el grupo financiero está compuesto por varios fondos de inversión internacionales.
El presidente López Obrador mencionó a Carlos Hank González, presidente del Consejo de Administración de Banorte, como uno de los posibles compradores de Banamex, junto con Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego. La familia Hank ha apoyado la administración del presidente López Obrador y el heredero del imperio financiero que dejó don Roberto González Barrera es parte del Consejo Asesor Empresarial de la Presidencia.
La posibilidad de que Banorte compre el negocio de Banamex es alta y, según información de inversionistas cercanos a la empresa, ya mostró su interés por los activos de la institución financiera. Como lo publicamos la semana pasada, el golpe del llamado “banco fuerte de México” es por partida doble: si se queda con todo el negocio desplazaría al BBVA como el principal banco del país por cartera de crédito y se convertiría en una de las financieras más grandes de América Latina y del mundo.
Tras su consolidación con Interacciones, en 2017, Banorte se posicionó como el tercer banco del país con la mayor cartera de crédito, la cual asciende actualmente a 808 mil millones de pesos. Su fusión con Banamex lo llevaría al primer lugar, con un billón 350 mil millones de pesos, arriba de un billón 286 mil millones de BBVA México. El problema para las autoridades de competencia y financieras es que su participación de mercado pasaría de 15 a 25% del negocio bancario en México, lo que afectaría la competencia en el sector.
El Grupo Financiero Banorte está lejos de ser un grupo 100% mexicano. A pesar de que es controlado por la familia Hank González, los herederos de Roberto González Barrera y Carlos Hank Rohn, sus principales accionistas son fondos internacionales como el mayor gestor de activos del mundo, BlackRock.
BlackRock, la firma estadounidense que encabeza el multimillonario Larry Fink, cercano a López Obrador, posee 6.5% de las acciones de Banorte, cuyo valor de mercado asciende a 407 mil millones de pesos, o unos 20 mil 350 millones de dólares. La familia Hank González posee otro 8% del grupo. Así como el mayor fondo de inversión del mundo, los mexicanos no detentan más de 10% del grupo.
Además del poderoso capital de BlackRock para apalancar una compra de los activos Banamex, incluidos la afore CitiBanamex y el acervo cultural de su fundación, el Grupo Financiero Banorte tiene una posición de liquidez de la cual podría echar mano. Según sus estados financieros, tiene un exceso de capital básico que supera 110 mil millones de pesos, es decir unos 5 mil 500 millones de dólares.
Si los activos de Banamex van a ofrecerse en un rango de 10 mil a 15 mil millones de dólares, el financiamiento adicional que necesitarían para adquirirlo sería de unos 7 mil 500 millones en promedio, los cuales bien podrían provenir de BlackRock, un fondo de inversión que tiene presencia en las principales empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores y en buena parte de los principales proyectos de infraestructura del país.
Entre los principales accionistas y consejeros propietarios de Banorte están, además de los herederos del fundador de Gruma, Don Roberto González Barrera, y la familia Hank, los Chedraui, Adrián Sada, de Vitro, David Peñaloza y Carlos Cesarman, de Pinfra, el exdirector de la CFE, Alfredo Elías Ayub, Alberto Pérez-Jacome, José María Garza Treviño, y otros inversionistas institucionales como Vanguard, JP Morgan y UBS.
Todo apunta a que Banorte se convertiría en el nuevo gran banco del país.
@MarioMal
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