La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia en 2018 significó más que un cambio de gobierno y de corriente política. La alternancia dio entrada a las grandes ligas del poder a personajes con poca o nula experiencia en la administración pública y en la política, pero de gran cercanía y confianza al líder tabasqueño. Otros sí tenían fuertes lazos con administraciones pasadas y con poderes fácticos como los empresarios, los sindicatos, el mundo de los abogados y el ámbito judicial. A 25 meses de que AMLO entregue el poder, algunas de estas figuras reviven y apuntan hacia el 2024.
Dos figuras visibles y poderosas al inicio del sexenio fueron el consejero Jurídico de AMLO, Julio Scherer, y el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo. El primero se encargó de ser el interlocutor del presidente con los partidos, el Congreso de la Unión y el Poder Judicial. Además de esto, atendía personalmente los asuntos espinosos de personajes políticos y empresariales emproblemados para ofrecerles una salida. Muchas veces sin la venia de su jefe.
Al inicio de septiembre del año pasado, las noticias sobre los acuerdos extraoficiales y presunto enriquecimiento de Scherer, el inicio de carpetas de investigación contra el consejero y las grillas del ala radical del gabinete, encabezada por el vocero Jesús Ramírez , terminaron por sacarlo del gobierno, solo para comenzar otra batalla contra el fiscal general Alejandro Gertz Manero , quien le seguía de cerca los pasos junto a un grupo de abogados.
Esa pelea al parecer terminó ya tras el desistimiento, la semana pasada, de las denuncias presentadas por Scherer ante la FGR contra el fiscal Gertz. Una fuente relató a esta columna que en una reunión de hace semanas entre López Obrador y Gertz, el presidente respondió a la pregunta ¿cómo está?, del fiscal, con un “estoy bien, pero un poco triste porque no he podido ver tanto como quisiera a mi amigo Julio”. Era la referencia a aquella pelea entre abogados descrita por AMLO como “qué bárbaros”, la cual mantenían hasta entonces. El fiscal habría recibido bien la indirecta del Presidente y decidió archivar las carpetas de investigación. La respuesta del exconsejero fue retirar sus denuncias.
La pregunta ahora es si Scherer regresará a operar la campaña y la elección del 2024 junto con Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López . El exconsejero fue muy cercano a la actual jefa de gobierno de la CDMX, pero se distanciaron. La intención del secretario de Gobernación –quien tomó muchas de las funciones de Scherer, como la relación con los partidos, el Congreso y el Poder Judicial– de competir por la candidatura se confirmó con la integración a su equipo del fiel escudero de AMLO, César Yáñez , con quien el exconsejero tiene buena relación.
Por lo pronto, la mano de Scherer ya se hizo notar en una decisión reciente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Uno de “sus magistrados”, José Luis Vargas, propuso y operó la devolución de un escaño en el Senado al exgobernador de Baja California, Jaime Bonilla . Detrás de la pelea por la presidencia de la Cámara Alta también estaría la mano del exconsejero, lo mismo dentro de Morena, con Mario Delgado. Veremos si con la tregua judicial le alcanza para seguir operando.
El otro operador, Alfonso Romo , quien soñó y operó el cargo de Chief of the staff los dos años que estuvo en el gabinete como jefe de la Oficina de la Presidencia, también está de vuelta. El presidente, que lo vio, saludó y reconoció este fin de semana en Nuevo León, le pidió ayuda con la “operación económica” para la elección del 2024, es decir, con el apoyo financiero de los empresarios, con quienes sigue siendo el interlocutor. Romo organiza todas las reuniones importantes con López Obrador y todo indica que el pase de charola, al estilo 4T, se mantendrá.
Unifin, desplome en BMV y reestructura
Tras el desplome de más de 80% de sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), donde ha perdido casi 6 mil millones de pesos en su valor de capitalización, Unifin inicia esta semana su reestructura estratégica, con la cual busca que sea un proceso rápido y ordenado que le permita estabilizar su estructura de capital y liquidez.
La decisión se tomó ante el cierre a fuentes de financiamiento que enfrentan las instituciones financieras no bancarias, lo que ocasionó que la empresa tuviera que poner en pausa alternativas de financiamiento adicionales que tenía, aunado a que se condicionaron y no se renovaron algunas de sus líneas revolventes. Esto puso a la empresa en una situación muy complicada hacia el futuro.
La compañía ha establecido un comité de reestructuración presidido por Rodrigo Lebois , el presidente y fundador de la compañía, quien dirigirá todas las negociaciones y etapas del proceso.
Unifin contrató para su reestructura a un equipo importante. Tiene como asesores a Rothschild & Co., AlixPartners, Sainz Abogados y Skadden, Arps, Slate, Meagher & Flom, LLP, considerados en el medio como unos de los mejores en esta materia.
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