La anticipada carrera por la candidatura del 2024, que desató el presidente Andrés Manuel López Obrador , se ha convertido en una prioridad para quienes se ven como favoritos. Por eso, más allá de querer dejar su cargo actual, las denominadas “corcholatas” lo ven como una plataforma de posicionamiento entre la gente y los círculos de poder. El desenlace de esta batalla es aún de pronóstico reservado, sin embargo, l@s tres posibles candidat@s comenzaron ya a formar sus equipos y a delinear su estrategia, con todo lo que implica en términos de la autoridad electoral y en sus actividades actuales.
Las tres figuras que están en el ánimo del Presidente, que aparecen en las encuestas, en los eventos de Morena y son las más comentadas en los círculos políticos y económicos son el secretario de Gobernación, Adán Augusto López ; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum ; y el canciller Marcelo Ebrard . Los tres, por cierto, se contagiaron recientemente de Covid: Sheinbaum el 15 de junio, Ebrard el 20 de ese mismo mes y Adán el 3 de julio.
Los tres se destaparon completamente hace unos días en entrevistas y eventos públicos, lo que ya no deja espacio a dudas: son los tres ungidos por López Obrador, a pesar de que el Presidente insiste en ampliar la lista e incluso a darle entrada a personajes expulsados del edén, como el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal .
Claudia Sheinbaum, considerada la “hija política” de López Obrador y, por lo tanto, la que quisiera que fuera su sucesora, no solo ha ido perdiendo fuerza y confianza dentro de algunos círculos de Morena, sino que simplemente no prende, no emociona, no mueve fibras, no le salen los chistes, no tiene arraigo fuera de la capital ni en la mitad de la CDMX, donde la clase media amenaza con arrebatarle otro gran pedazo de la ciudad en 2024.
La candidatura de Sheinbaum se antoja difícil a pesar de que los duros del gabinete y el partido mantienen su apoyo. Entre ellos está, en primera línea, la esposa del Presidente, Beatriz Gutiérrez Mueller ; también la titular de la Secretaría del Trabajo, Luisa María Alcalde , el secretario particular de la Presidencia, Alejandro Esquer , el coordinador de asesores, Lázaro Cárdenas Batel, la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández , entre algun@s otros.
Sheinbaum valoró dejar el gobierno de la Ciudad de México una vez transcurridas las elecciones estatales de junio pasado, para concentrarse en su candidatura y recorrer el país de la mano de Morena y del Presidente. Sus asesores le hicieron ver que sin ese cargo su visibilidad, contrario a lo que pensaba, disminuiría, además de que su ausencia en la capital se leería como un desentendimiento de crisis como la de la Línea 12 del Metro. La decisión es que pedirá licencia a principios del próximo año, por lo que tendría unos seis meses para recorrer el país antes de que se lleve a cabo la primera encuesta interna de Morena.
El personaje que se ve con más fuerza es el secretario de Gobernación, aun cuando las encuestas no lo ubican actualmente como el favorito. Eso no es importante por el momento. La construcción de la candidatura presidencial de Adán Augusto López comienza dentro del gabinete y el proyecto político de la 4T, con la operación en tierra y la estructura de Morena. Por lo pronto, por su escritorio han pasado todos los relevos de los superdelegados y los consejeros estatales, lo que le podría garantizar una verdadera operación nacional.
En su destape “oficial” –durante una entrevista con La Jornada– el paisano y amigo de AMLO tuvo el cuidado suficiente para enviar los mensajes correctos a quien los quisiera escuchar: que rompería la maldición y será el primer secretario de Gobernación en llegar a la Presidencia; que el relevo generacional –aunque sea por unos cuantos años frente a Sheinbaum y Ebrard– lo representa él, y que no se equivoquen: López Obrador seguirá teniendo presencia en el siguiente sexenio a través de alguien que hable, se exprese y se parezca –incluso físicamente– a él.
A Adán Augusto lo apoyan el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O , el de Agricultura, Víctor Villalobos , el de la Función Pública, Roberto Salcedo , la titular de Bienestar, Ariadna Montiel , probablemente la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez , y todo lo que representa y significa el peso del Grupo Tabasco, cuyo máximo representante es Andrés Manuel López Obrador. La lectura de la llegada de César Yáñez a Gobernación ha sido que el Presidente ya lo perfiló como un serio competidor hacia el 2024.
Y el canciller Ebrard , a pesar de estar bien posicionado en las encuestas –en algunas como el mejor colocado– es quien tiene el camino más difícil dentro del partido, el movimiento y en el apego al Presidente. En los círculos más íntimos de Palacio Nacional y de Morena lo ven como una tercera opción que solamente en un caso extremo sería la carta para competir en el 2024. Como sea, desde su posición de secretario de Relaciones Exteriores y de apagafuegos del gobierno, hará lo imposible para ganar la encuesta interna mediante una operación política que ya comenzó en los estados.
La corcholata está en el aire y todo podría cambiar en un año, o en meses, pero el pleito está cantado: “hay tiro de tres”.
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