El secretario de Gobernación, una de las figuras ascendentes del gabinete, a quien el Presidente considera como su verdadero hermano y posible sucesor, está en medio de una batalla a muerte que libran dos personajes con poder, dinero y experiencia en venganzas: el fiscal Alejandro Gertz Manero y el exconsejero Jurídico, Julio Scherer.
Como se expuso en este espacio el 7 de febrero, el secretario Adán Augusto López se reunió con el fiscal Gertz a principios del año, a sabiendas de que tenía la intención de encarcelar a un grupo de abogados cercanos a Scherer e incluir en las denuncias al propio exconsejero del Presidente.
Lo más que logró el secretario fue que, en la primera carpeta que se judicializó, se omitiera el nombre de Julio Scherer.
El secretario, quien había dado muestra de su oficio político al operar eficientemente temas espinosos con la oposición en el Congreso federal, los gobernadores de todos los partidos, el Poder Judicial y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, salió de la reunión preocupado por los alcances del fiscal no sólo en contra de Scherer, sino de su familia política y otros miembros del gabinete y la Suprema Corte.
A pesar de haber transmitido esa preocupación al Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador decidió dejar libre al fiscal y refrendar su apoyo públicamente. Días después de esa reunión, el Presidente descartó cambios en la FGR.
“Es mucha imaginación pensar que va a cambiarse a Gertz Manero”, aseguró.
El apoyo total a Gertz Manero se hizo notar esta semana, luego de que se filtraron unos audios en los que el fiscal se expresa sobre algunos ministros de la Corte y el caso de su familia política.
En las grabaciones quedó exhibido como un funcionario que ha abusado de su poder.
Nada de esto hizo cambiar de parecer al Presidente, quien dada la dificultad de que le aprueben en el Senado a un nuevo o nueva fiscal, ha decidido que sea él quien le cuide las espaldas lo que resta del sexenio y la primera mitad del siguiente.
Adán Augusto, al igual que otros integrantes del gabinete —sobre todo del área de seguridad— y ahora buena parte de los ministros de la Corte, no ven bien el respaldo irrestricto que se le ha dado al fiscal desde la Presidencia.
Si bien la llegada del tabasqueño a la Secretaría de Gobernación fue lo que precipitó la salida de Scherer, con este último mantiene una buena relación, al grado de que fue a interceder por él ante Gertz Manero.
La llamada del legislador Ricardo Monreal para que el fiscal comparezca ante el Senado tampoco fue una ocurrencia ni va a ser un día de campo.
El líder de los senadores morenistas es también cercano a Scherer y lo apoya, además de que, como político de viejas andanzas, sabe que si hoy es el exconsejero Jurídico, mañana puede ser cualquier de ellos.
La vía del Senado, donde se aprobó la postulación de Gertz como primer fiscal general del país, es la única que se vislumbra para impulsar su salida del máximo ministerio público.
Esa operación la encabezarían precisamente Adán Augusto López y Ricardo Monreal.
Todo dependerá de cómo se resuelven los asuntos prioritarios del fiscal, que están a la vuelta de la esquina: las sentencias contra su cuñada y sobrina el lunes próximo, y la audiencia del 7 de abril en el Reclusorio Norte contra abogados y un financiero ligados a Scherer.
Después de eso se verá si el actual funcionario de mayor confianza de Andrés Manuel López Obrador deja de ser mediador para meterse a la guerra.