Entre tanta simbología que grita la urgencia de legitimación, fácil sería marearse y distraerse de lo esencial: los vicios del Poder Judicial de la Federación no solo persistirán, se acentuarán. Lo que fue una captura y concentración de poder, el debilitamiento del estado de derecho y la difuminación de la división de poderes fue disfrazada de democracia y hoy la justicia, la disfrazan de cercana. Lo cierto es que mientras no se tome en serio el clamor de justicia y esta se instrumentalice para beneficio del arbitrario, los tribunales no serán más que sede de vistos buenos.
La reforma judicial, sobre todo a través de la elección por voto popular, se vendió como un antídoto para el nepotismo, la corrupción y la impunidad. Dicen que ya por fin se va el cartel de la toga. ¿No le abrieron las puertas? Los vicios siguen patentes. Nepotismo no aplica para quien lleva el apellido Batres o para quien contrató al hijo de Taddei. La corrupción no aplica si se utilizaron redes y presión para callar a la UNAM sobre una seria investigación por plagio. La impunidad no aplica si tres de los ex consejeros de la judicatura que se quedan en el Tribunal de Disciplina votaron durante los últimos meses a favor de sanciones ligeras para conductas graves.
No son solo los vicios del Poder Judicial, sino que ahora habrá que agregar los políticos y electorales porque entre más transaccional sea el cargo, mayores riesgos se corren al someterlo a voto. Es decir, el cargo no es de a gratis, hay acuerdos y amarres políticos que obedecer. Y pecan de ingenuos quienes creen que el voto fue limpio y que quien decidimos fuimos los mexicanos. Ahí están los acordeones, ahí está el porcentaje de participación. ¿Quién los eligió? Quienes tenían interés en su designación. La independencia judicial es dependiente, salvo prueba en contrario que con escepticismo, estamos por ver.
Y es que ya hay señales desde hace algunos meses, por no decir años. Reflejo de ello son votos incongruentes del ex ministro en retiro que de pasar a ser un jurista medio serio, pasó a ser el servidor de justicia del partido con sede en la Corte. El vicio estaba y prevalece pues ya hubo anuncio de que ni el mismo texto de la reforma será respetado. El Órgano de Administración es quien, valga la redundancia, administrará al Poder Judicial de la Federación incluyendo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El nuevo presidente debe leer nuevamente la Ley Órganica, pues ya no preside el gobierno y administración a través del Consejo de la Judicatura Federal, sus promesas de recortes en la entera judicatura serían vacías si el estado de derecho no fuera tan fragil, pero la realidad es que estamos en momentos en que el poder es más fuerte que la ley y contra decisiones arbitrarias, no hay salvación. A ver, defiéndete.
Ya que estamos en las nuevas arbitrariedades, constitucionalmente se reconoció que los derechos laborales de los trabajadores serían respetados en su totalidad. Pedir renuncias masivamente, por mucho que se fuerce una interpretación constitucional, no cuadra con el respeto total. Basta con ver a cuánta gente talentosa con años en la institución se les ha pedido su renuncia, gente experta que la judicatura necesitaba ahí si quiere ser eficaz. Esta fuga de talentos no es una pérdida solamente del Poder Judicial, es del país entero. Nula estrategia además
por deshacerse de gente que sabe hacer el trabajo, la curva de aprendizaje va desde cero entonces.
Pero todo pecado se purifica, no a través de instituciones fuertes, independientes y con personal capacitado, sino con limpias y bastones de mando que no representan la diversidad cultural del país, sino estereotipos sobre las comunidades indigenas. Entre la espectaculización de la justicia, los aplausos y la pleitesía, se blindó a la crítica; pura autocomplasencia. Hubo humo literal y metafóricamente. No fue hasta la toma de protesta en el Senado que hubo quienes recordaron a la ciudadanía, que no participamos en la algarabía contagiada, sobre los atropellos e irregularidades con los que llegó el nuevo Poder Judicial.
Siempre tuvo que ser así, pero parece que hoy más que nunca, hay alivio en las voces que indican escrutinio ante los nuevos actores “jurídicos”, entrecomillado porque están en el cargo los de obtuvieron menos de 8 de promedio, la de tesis plagiada, los que tienen conexiones con el crimen organizado, los improvisados, los del acordeón y muchos hincados ante el oficialismo. Y ojalá sea esta la voz equivocada y el sistema de impartición de justicia sirva al justiciable y no al arbitrario. Que Dios o Quetzalcóatl nos ampare, quien sea que tenga las atribuciones.
Mariana De Lucio, abogada especializada en Derechos Humanos por la UNAM y
Maestra en políticas públicas por la Universidad de Oxford. @DeLucioMariana