Más allá de la discusión del éxito o fracaso del ejercicio inédito de participación para la revocación de mandato del 10 de abril pasado, vale la pena regresar la mirada a los temas ausentes en las discusiones de la oposición y las mismas filas de la 4T, y que son necesarios para promover una participación activa de la sociedad, para consolidar transformaciones importantes en el país.

“La democracia” ha estado ausente, no sólo en el plano electoral, también en la vida sindical, que se ha convertido en un sistema complejo de control sobre las y los trabajadores, y una puerta de entrada para la precarización laboral. Con la Reforma Laboral del 2019, se planteó una democratización que apostó principalmente a los procesos electorales de representación sindical, a través del “voto libre, universal y secreto”.

Hay un cambio en los mecanismos de elección, pero el control continúa en manos de los comités ejecutivos seccionales y/o nacionales, la Reforma no tuvo alcance para poner un alto al “charrismo” y corrupción sindical, que por más de cincuenta años ha mantenido el manejo de las plantillas laborales, la cooptación, y represión a la disidencia.

La elección de las y los representantes sindicales, requiere de manera urgente una transformación del actuar de las instituciones para que blinden con garantías a las y los trabajadores que en defensa de sus derechos buscan democratizar, erradicar las prácticas charriles y recuperar el papel del sindicato como un instrumento real de defensa de los derechos laborales.

La experiencia como preámbulo de esta ausencia de democracia, fueron las elecciones en el Sindicato de Trabajadores de Petróleos Mexicanos, cuyo proceso y resultado garantizaron la continuidad de una representación afín al cacique sindical Romero Deschamps, lo ocurrido el 31 de enero, es un ejemplo de lo que no se quiere seguir para las renovaciones de Comités en otros sindicatos. Un espejo que replica esa experiencia se está presentando actualmente en el proceso de elecciones del Sindicato de Trabajadores de la Salud, en cuya convocatoria para la renovación de las directivas, se hace la recomendación por parte de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STyPS) de implementar la votación electrónica, a través del Sistema Remoto de Votación Laboral (Sirvolab), un mecanismo que facilita que el proceso quede fuera de toda vigilancia por parte de las bases.

En el marco de este proceso para el sector salud, y hacia el 1º de mayo, en un horizonte de lucha por justicia laboral, el gobierno mexicano debe comprometerse a generar condiciones que permitan una verdadera democracia sindical, favoreciendo la justicia, transparencia y equidad.

La STyPS debe brindar condiciones mínimas, velar por que no haya sanciones sindicales y laborales, así como el establecimiento de una comisión electoral independiente de los comités seccionales, demandas que desde la Alianza de Trabajadores de la Salud y Empleados Públicos se han colocado para garantizar una participación democrática real. Por su lucha histórica, las trabajadoras y trabajadores de la salud, recordando a su compañero Antonio Vital, caminan hacia un 1º de mayo de “democracia sindical, salud y revolución social”.

Profesora de la Facultad de Economía e integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Política y Social, CACEPS
 caceps@gmail.com

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