¿Usted conoce a Risper Biyaki Gebsabwa? Tal vez no por nombre, pero su foto se ha vuelto viral en redes sociales. Risper Biyaki es una deportista nacida en Kenia que, desde el 25 de septiembre del año pasado, es una ciudadana mexicana con las mismas obligaciones y los mismos derechos que usted que nació en esta tierra. Así, como mexicana, Risper compitió en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y obtuvo la medalla de plata para México en la dura prueba de los 10 mil metros planos. Su foto, sonriente, orgullosa, portando la bandera nacional en el estadio para celebrar su triunfo nos dio a todos una alegría muy grande.
Ahora, imagine por un momento que Risper va viajando en un camión por carretera en México. De repente, el chofer se ve obligado a pararse en un retén del Instituto Nacional de Migración. Se suben los agentes, la ven y de inmediato piensan: “¡una inmigrante!”. Le preguntan de dónde es, y con su acento marcado les dice que es ciudadana mexicana, pero no le creen, y la bajan para pedirle sus papeles. Ella enseña una identificación, pero los agentes, por las dudas, deciden detenerla para que vaya a declarar. ¿Se imagina usted cómo se sentiría Risper? ¿Se imagina el dolor de ser discriminada en el país que la recibió y al que ella le dio una medalla? ¿De qué tamaño sería el escándalo cuando se supiera de su revisión arbitraria, basada en el color de su piel, en su acento, en su aspecto porque “no parece mexicana”?
Esto pasa en México. Con la ley actual, las detenciones de parte de autoridades de migración son discrecionales. Si un agente detiene su vehículo y llegara a pensar que usted “no se ve como mexicano”, usted podría ser detenido y acusado de ser migrante en el país, aunque sea ciudadano. De hecho, en septiembre de 2015, en Querétaro, agentes migratorios detuvieron a tres personas mexicanas originarias de Chiapas —dos mujeres, una menor de edad, y un hombre— por “no parecer mexicanos”. Su crimen fue no hablar español, porque son tzetzales. Durante varios días fueron sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes para que dijeran que eran guatemaltecos.
La Clínica de Acción Legal del Programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM y el Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (Imumi) litigamos este indignante caso. El asunto fue pasando por tribunales durante cuatro años hasta llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ahora, este miércoles 4 de septiembre, se votará en el pleno el proyecto de sentencia presentada por el ministro Luis González Alcántara Carrancá, que señala que varios artículos de la Ley de Migración son violatorios del principio de igualdad, y por tanto inconstitucionales, porque “conducen a la estigmatización de las personas como extranjeras o migrantes, a partir del color de piel, el idioma, el acento, las expresiones, la forma de hablar, la vestimenta y la raza”.
En un país que se escandaliza a diario por las expresiones y actos de discriminación y abuso de gobiernos extranjeros contra personas mexicanas, no tiene cabida una legislación que autoriza a que se cometa ese mismo abuso contra ciudadanas y ciudadanos mexicanos en su propia tierra. En Imumi, celebramos que el proyecto de sentencia proponga declarar inconstitucionales esos artículos de la Ley de Migración y llamamos respetuosamente al pleno de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a aprobarlo. Será un paso fundamental en la defensa de los derechos de todas y de todos los mexicanos, porque #LaNacionalidadNoSeVe.
Pinkus es directora de la Clínica Jurídica “La Clínica de Acción Legal” del Programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM; Kuhner es directora del Instituto para las Mujeres en la Migración, AC.