La indiferencia gubernamental, y de muchos ciudadanos, hacia las policías indigna, porque las policías representan la calidad de la vinculación entre autoridades y comunidades. Sin embargo, en el país nadie se está haciendo cargo del desastre en las instituciones de seguridad; menos de la violencia en contra de ellas. En lo que va del sexenio han matado al menos a 2,268 policías, de los cuales el 53.1 % eran policías municipales. Las alcaldías más afectadas Celaya, Cd Juarez, Tijuana y Acapulco con 68, 50, 43 y 43 policías asesinados respectivamente.

Particularmente en Celaya, asumiendo que tiene carencias y mucho por mejorar, sostengo la hipótesis que el asesinato de expolicías federales (exPF) tiene que ver con el enfrentamiento directo que han tenido con el cártel Santa Rosa de Lima (CSRL) y el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Ambos pelean la plaza por el control del huachicoleo, tráfico de drogas, narcomenudeo y extorsión.

El grupo CSRL nació en la comunidad Santa Rosa de Lima perteneciente al municipio de Villagrán y su influencia se extendió a los municipios aledaños de Cortázar, Celaya, Comonfort, Juventino Rosas, Apaseo el Grande y Apaseo el Alto. En todos estos municipios coptó a algunos policías municipales para poder delinquir libremente.

Sin embargo, a finales de 2019 en Celaya, cuando tomó el mando de la Secretari´a de Seguridad el comandante Miguel A´ngel Simental, procedente de la exPF, llevó a unos 120 elementos de esta corporacio´n e iniciaron la investigación y detención de criminales. En 2020 cuando la Fiscalía Estatal detuvo a El Marro, líder del CSRL, se dice que la policía de Celaya participó activamente en la detención. Desde entonces los exPF recibieron amenazas y algunos han sido asesinados. A finales de 2021 cambió el secretario, ingresó Jesús Ignacio Rivera Peralta, quien fortaleció el grupo táctico. Por ello, las amenazas y asesinatos en contra de los policías han continuado.

Solo como referencia de resultados, en 2022 la policía municipal de Celaya con menos de 380 elementos puso a disposición a 542 presuntos criminales, mientras que la GN con 118 mil elementos (en el país) puso a disposición a 3,007 presuntos criminales. ¿Por quién debemos apostar?

El ejemplo de Celaya es importante, porque a falta de una Fuerza Federal competente, cuando las policías locales están preparadas para prevenir e investigar puede ser posible hacerle frente al crimen organizado con el apoyo de la Policía Estatal.

Por último, en toda esta violencia en contra de los policías en Guanajuato hay además dos focos rojos que deben ocupar a quien gane la gubernatura el 2 de junio. El primero, es que en dichos ataques a la policía de Celaya se ha reconocido la participación de células de choque formadas por ex militares colombianos, que están adiestrando a los miembros del CSRL. La Fiscalía estatal ya detuvo a 11, pero queda la pregunta que nadie responde, ¿cuántos más desertores del Ejército de Colombia han ingresado a México contratados por éste o por otros grupos criminales?

El segundo, es que en medio de la violencia que azota a los policías de Guanajuato, el fiscal del estado, Carlos Zamarripa Aguirre afirmó, sin presentar evidencias, que algunos de los policías asesinados en Celaya tenían vínculos con el crimen organizado. Por otro lado, el Secretario de Seguridad Alvar Cabeza de Vaca exige saber quiénes son los exPF que se encuentran trabajando en los municipios. Esto parece más un descrédito y una cacería sin sustento que ganas de fortalecer a las Policías municipales que tanto lo requieren.

Ojalá que quien gane la gubernatura tenga la intención de mejorar sus instituciones de seguridad y justicia, que parecen estar por lo menos anquilosadas. (Colaboró Luis Carlos Sánchez)

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