Inicia el año de la serpiente. Es un signo auspicioso en término de sabiduría, intuición y transformación, cualidades que el zodiaco chino suele asociar con lo femenino. Si de esoterismo dependiera, podríamos estar seguras de que nos irá requetebién en este 2025. Pero los rituales mágicos se quedaron en la fiesta de ayer y es momento de enfrentar la realidad.
Hoy, como en 2024, la violencia de género contra las mujeres no cede. De acuerdo con ONU Mujeres, una de cada tres en el mundo ha experimentado violencia física o sexual a lo largo de su vida y en México 70% de las mayores de 15 años o más han sufrido al menos un episodio de agresión física, sexual, psicológica, económica o patrimonial, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares más reciente del INEGI.
A pesar de que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública declaró a finales del año pasado una disminución del 10.8% en comparación con el punto más alto en mayo de 2022 en incidencia de delitos de género a nivel nacional, sigue siendo prioridad que en México se fortalezca el acceso a la justicia para las mujeres víctimas y el fin de la impunidad para los victimarios, que siguen siendo en ocho de cada diez caso la pareja o expareja.
Ese pendiente incluye garantizar que los Centros de Justicia para las Mujeres sean más accesibles en todas las regiones del país para brindar las medidas de atención, prevención y rehabilitación necesarias. Las campañas educativas y de concientización para prevenir la violencia desde sus causas más profundas, cambiando las actitudes culturales que perpetúan el machismo, deben difundirse con mayor firmeza en 2025, no sólo en medios de comunicación sino a través de un amplio programa implementado en escuelas de educación básica en adelante, en centros de trabajo y dentro de las propias instituciones de impartición de justicia. Por ejemplo, habremos de observar la propuesta de Bertha Luján, quien se estrenará este mes al frente de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
En el ámbito laboral, las brechas de género son otro gran reto. A nivel global, las mujeres ganan, en promedio, un 23% menos que los hombres por las mismas funciones e incluso rango, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo. En México, las cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de 2023 revelan que nosotras percibimos 14% menos que ellos. Además, la representación femenina en posiciones de liderazgo continúa siendo limitada y muchas trabajadoras enfrentan barreras estructurales, como la carga desproporcionada de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que restringe su participación en el mercado laboral.
Aunque se han logrado avances en esta materia a través de la Norma Mexicana en Igualdad Laboral y No Discriminación (NOM-025), creada para supervisar a los centros de trabajo en la implementación de prácticas para promover la igualdad laboral y la no discriminación, las licencias parentales igualitarias o los sistemas de cuidado infantil accesibles y asequibles son áreas de oportunidad en las cuales aún debe trabajarse para lograr mejores resultados en el año recién nacido.
Las aulas son otro espacio en donde México, por primera vez gobernado por una mujer, podría marcar ejemplo. UNICEF ha alertado respecto a que, en comunidades marginadas de México, las niñas enfrentan más barreras para acceder a la educación básica y media superior que los niños, debido a factores como la pobreza, las nociones culturales de género y el trabajo infantil. Aunque ha habido avances, las regiones rurales e indígenas son espacios de mayor vulnerabilidad para las niñas y mujeres, quizá por eso este será también el Año de la Mujer Indígena, según lo designado por la Presidenta Claudia Sheinbaum.
El 2025 es arranque de la cuenta regresiva hacia la Agenda 2030 de la ONU, faltan cinco, cuatro… y los pendientes son todavía suficientes como para activarnos socialmente y acelerar el paso para no quedarnos atrás de la expectativa de un país en tiempo de mujeres. Más que serpientes mágicas, necesitamos escaleras prácticas.
Fundadora y presidenta de Ola Violeta A.C.
@MaElenaEsparza