En no pocas ocasiones, hemos referido que la educación es un terreno de disputa, haciendo referencia al concepto de Hegemonía de Antonio Gramsci, para él este concepto remite a la capacidad de una clase de mantener el poder a través de la ideología, la cultura, la acción política en una situación de consenso alrededor de sus objetivos históricos, en medio de las contradicciones de clase. El ejercicio de esta hegemonía es fundamental; de lo contrario, entra en crisis la ideología dominante y conduce al rechazo de la clase en el poder, rechazo que coincide con su crisis política.

Es por esto que los grandes grupos financieros transnacionales y nacionales, buscan el control de la educación, no sólo pretenden aprovechar los espacios educativos para promover su mercantilización, sino definir contenidos, orientación de la investigación, métodos educativos, etc.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto, Claudio X González y Mexicanos Primero, fueron el ariete para atacar a la educación pública e imponer sus políticas de educación por competencias, de masiva medición estandarizada y de evaluación punitiva a maestras y maestros, para despedirlos. Actualmente las propuestas de la derecha han transitado a políticas más agresivas, que rayan en la ultraderecha y el neofascismo, y su principal representante es el empresario Ricardo Salinas Pliego y sus aliados. Hemos sido testigos de cómo desde su televisora ha convocado a combatir las políticas gubernamentales de la Nueva Escuela Mexicana, e incluso llamó a la población a quemar los libros de texto gratuitos.

A través de su fundación “caminos de libertad”, se ha vinculado con la ultraderecha mundial, como Atlas Network , organizó y fue anfitriona en nuestro país, de la reunión continental de Mont Pelerin Society , principal impulsora del radicalismo libertario de Milei y sus seguidores.

La ultraderecha, no está gobernando en México, gracias a las luchas sociales del pueblo de México, pero actúa de manera silenciosa, y tiene una estrategia de penetrar en las Universidades, incluidas las públicas, entusiasmando a los estudiantes con sus principios e ideas: libertarismo, individualismo, meritocracia, competencia, emprenderismo.

Defender la educación pública, es colocar a debate nacional, en un horizonte internacional, cuáles son las transformaciones educativas que requiere nuestro país. Cuál es la formación que debe brindar la educación media superior y superior ante el ataque mundial de las fuerzas neofascistas. Porque, aunque el gobierno de la presidenta Sheinbaum se declare antineoliberal, en concreto las propuestas que emanan de su gobierno para educación media superior y superior son continuidad de los modelos que colocan a la educación al servicio, de las necesidades empresariales.

En esta coyuntura, la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación ha anunciado un paro nacional a partir del 15 de mayo, sus demandas en primer instancia son de corte laboral: recuperar la seguridad social solidaria, aumento salarial digno, democracia sindical y aunque voces contrarias a las acciones de la Coordinadora manifiesten su desacuerdo con el paro, es un hecho que sus luchas a lo largo de cuarenta y cinco años, han sido una barricada político, pedagógica- dirían los maestros indígenas de Oaxaca-ante los procesos de privatización en todo el sector educativo.

Profesora de la Facultad de Economía de la UNAM, e integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Política y Social, CACEPS caceps@gmail.com

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