Hace unos días en el Congreso de la Unión aprobamos una reforma al artículo 123 de la Constitución. Se trata de una reforma que otorga una pensión, por un año, a los jóvenes de 18 a 29 años que no estudien y que no estén trabajando. La reforma fue aprobada por unanimidad, pero no se aceptaron las reservas que pedían más certeza en el impacto presupuestal, ni la reserva que pedimos en la oposición para que no se condicionara la pensión a que no se estudiara, porque desconocía el hecho de que muchos jóvenes trabajan para pagar sus estudios. En fin, fueron muchas las reservas (propuestas de modificación) que se hicieron y que los oficialistas de Morena no pudieron aceptar. No les gustan las propuestas, ni siquiera las de ellos mismos.
La sesión fue dedicada a los jóvenes, hubo discursos buenos y malos y algunos hasta cursis, pero no se le movió ninguna coma. Se dijeron muchas cosas en aquel debate. Después de escucharlas quiero advertir a los jóvenes que a los populistas de Morena no les interesa su futuro, por eso no hubo cambios de política pública para cuidar el medio ambiente, ni la posibilidad de aumentar presupuesto para la infraestructura ni para las universidades, porque a Morena no le interesa el futuro de los jóvenes, le interesa sus votos, el voto de los jóvenes y nada más. A continuación, señalo algunos hechos que nos hablan del país que reciben las nuevas generaciones:
1. El peor sistema de Salud en la historia moderna de México. Sólo el año pasado, en materia de salud, se perdieron sesenta mil millones de pesos. Más de 45 millones de recetas no fueron surtidas, más de 1500 niños fallecidos por la falta de tratamiento contra el cáncer, porque decidieron cancelar el seguro popular que lo brindaba; y más de 700 mil muertos por el mal manejo del COVID.
2. La mayor cancelación de programas sociales para la libertad de las personas, programas que fueron supuestamente sustituidos por transferencias directas, que no permitirán más que la dependencia al gobierno por la falta de acceso a los servicios públicos.
3. Un gran abandono de las universidades tecnológicas y públicas, lo que no les permitirá ni su mantenimiento ni la supervivencia para los próximos años.
4. Seis años de cobardía por parte del gobierno morenista al no enfrentar al crimen organizado a través de una política de “abrazos y no balazos”. Resultado: más de doscientos mil personas asesinadas que implica la mayor ola de violencia que habíamos tenido, consecuencia de las acciones de un gobierno que fue cobarde y que trasladó toda la responsabilidad al Ejército Mexicano, ocasionando con ello desorden y desequilibrio difíciles de arreglar.
5. Una destrucción sin parangón de las instituciones públicas sin sustitución alguna. El actual gobierno eliminó el Seguro Popular y no lo han podido sustituir, eliminó también al Instituto Nacional de Evaluación Educativa y, por ello, hoy tenemos la mayor reducción del presupuesto en educación y la mayor deserción escolar en los últimos 30 años.
6. Anulación de la División de Poderes, recargada en un fraude a la voluntad popular al permitir que el Tribunal Electoral (Felipe de la Mata) avalara una sobre-representación de Morena, para que, junto son sus aliados, tuviera más de la mayoría calificada para reformar la constitución y, así, perpetrar una Reforma al Poder Judicial que elimina la independencia judicial y obstaculiza la defensa de los derechos humanos y la correcta impartición de justicia.
7. La cancelación de políticas públicas y de condiciones para la promoción de las energías renovables, así como el mayor daño al medio ambiente, generado por decisiones meramente políticas y la construcción de obras sin los estudios de impacto ambiental correspondientes.
8. Ningún sexenio ha elevado tanto la deuda externa como el de López Obrador. La Deuda Pública, nada más de este sexenio, es de 6.6 billones de pesos, casi la tercera parte de toda la deuda que tenemos.
9. El más bajo crecimiento económico de México en los últimos 36 años. Con la menor inversión extranjera directa.
10. No hay democracia, vamos a reconstruirla.
Falta mencionar lo que ha sido quizás una de las peores herencias del sexenio: el odio instalado en el pueblo de México, hoy polarizado y dividido a través del discurso del odio que se ha sembrado día con día.
Claro que los jóvenes están en su derecho de creer lo que quieran, de creerle a una presidencia que ha mentido seis años. Los jóvenes pueden creer que estamos “requete bien” o que en el tema de salud estamos “como en Dinamarca”, o que ya no hay corrupción, puede ser muy cómodo creerle al oficialismo, pero nada van a lograr con ello. La otra opción es actuar y participar, como lo hicieron los estudiantes que se unieron contra la reforma judicial.
Como escribió Enrique Krauze “Día tras día, ante nuestros ojos atónitos, estamos asistiendo a la sádica, insensata, irracional destrucción de la República mexicana. Es la hora de la resistencia pacífica: valiente, inteligente y sin límite de tiempo.”
Diputada federal. @Mzavalagc