Entre el 20 y el 24 de enero de este año, líderes de más de 130 países se congregaron en Davos, Suiza, para el Foro Económico Mundial. Esta edición giró en torno a la “Colaboración para la Era Inteligente”, destacó por su enfoque en la urgencia de una acción climática global, la integración de avances tecnológicos sostenibles y la promoción de una economía más inclusiva y equitativa.
El foro de Davos surgió en la ciudad que lleva su nombre, en 1971. Convocada por Klaus Schwab, profesor de gestión empresarial en la Universidad de Ginebra, quien inspirado por su experiencia en la gestión de empresas, tuvo el visionario objetivo de mejorar el mundo a través de la cooperación y el dialogo entre líderes de diferentes sectores. Este concilio se erigió como un puente entre pensadores y líderes. Originalmente denominado el “European Management Symposium”.
Con el tiempo, cual río que ensancha su cauce, desbordó más allá de los límites empresariales para abrazar una diversidad de voces. Políticos, académicos y visionarios de todo el orbe se dieron cita, transformando el encuentro en lo que hoy conocemos como el “Foro Económico Mundial” (FEM). Davos se convirtió en el telón de fondo donde cada enero los hilos del destino mundial se tejen en conversaciones que propician paz, progreso y posibilidades.
La misión del Foro es mejorar el estado del mundo, a través del fortalecimiento y la cooperación internacional y el fomento de las alianzas público-privadas. Analiza los riesgos y oportunidades globales, desde la economía y la salud, hasta la seguridad ambiental y social, con la finalidad de configurar agendas políticas y empresariales que procuren objetivos sostenibles y equitativos.
La visión del FEM aspira a ser una fuerza unificadora para el bien común, promoviendo políticas y estrategias que contribuyan a un futuro inclusivo y sostenible. Visión que se refleja en iniciativas como la “Plataforma para la Acción Climática Global”, que busca tomar medidas efectivas contra el cambio climático, y el “Centro para la Cuarta Revolución Industrial”, que explora cómo las tecnologías emergentes pueden ser utilizadas para mejorar la vida de las personas en todo el planeta.
Cada año, en el mes de enero, la ciudad de Davos se transforma en un crisol de ideas y soluciones. Los participantes que incluyen desde jefes de estado, hasta líderes de opinión y directivos de algunas de las empresas más influyentes del mundo se comprometen, no sólo en debatir los desafíos actuales, sino, en implementar soluciones prácticas y medibles.
El FEM 2025 se centró en abordar desafíos globales del tema “Colaboración para la Era Inteligente”. Discutieron sobre la necesidad de imaginar el crecimiento económico a través de la innovación tecnológica, invertir en el desarrollo de la fuerza laboral, salvaguardar el planeta mediante soluciones de clima y naturaleza y, reconstruir la confianza para fomentar la cooperación global en un mundo cada vez más fragmentado.
Los participantes discutieron cómo la integración de la inteligencia artificial y otras tecnologías pueden transformar industrias y subrayaron la necesidad de abordar la desigualdad economía y la transición ecológica de manera inclusiva. También se exploraron temas como la ciberseguridad y las estrategias para la adopción responsable de la inteligencia artificial.
El Foro Económico Mundial, con un fervor implacable por mejorar nuestro planeta, se erige como estandarte del ingenio colaborativo y la vanguardia innovadora. Se adentra valientemente en la tarea de materializarlo, entretejiendo el diálogo con la acción conjunta. Trabaja con denuedo para dibujar en el lienzo del tiempo, los trazos de un futuro promisorio.
Ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
@margaritablunar