Una propuesta para la infancia del Oriente del Edomex:

En días recientes, el Gobierno del Estado de México presentó el Plan Integral para la Zona Oriente. Es una iniciativa histórica para mejorar la calidad de vida en municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Valle de Chalco e Ixtapaluca. Las acciones anunciadas marcan un paso decisivo hacia la justicia territorial y social en una de las regiones más olvidadas del país.

Si bien el Plan Integral contempla intervenciones prioritarias en infraestructura, vivienda, movilidad y salud física, actualmente no incluye una estrategia explícita para evaluar ni proteger el neurodesarrollo infantil y tampoco para abordar la exposición ambiental a metales tóxicos como el plomo. Esta propuesta busca precisamente complementar y fortalecer dicho Plan mediante una iniciativa técnicamente viable, de bajo costo, con alto impacto poblacional. La primera infancia es una ventana crítica para el desarrollo humano, pues en esos años se forman las bases neurológicas del aprendizaje y la salud mental (UNICEF, 2021).

Esta etapa de la vida es determinante para el futuro de cualquier sociedad, y lo que ocurra (o no ocurra) en esos primeros años puede marcar la diferencia entre una niñez con potencial o una generación con rezagos permanentes.

Por ejemplo, Ecatepec —el municipio más poblado del país— concentra más de 377 mil niñas y niños menores de 14 años, seguido por Nezahualcóyotl con más de 230 mil. De acuerdo con un estudio reciente (Rodríguez-Vidales et al., 2025), hasta 42% de los niños mexicanos podría presentar retrasos en su desarrollo, cifra que se agrava en contextos de pobreza, violencia, contaminación (hasta 60% de las niñas y niños del Estado de México podrían tener altos niveles de plomo en sangre) y falta de acceso a servicios oportunos. Sin olvidar las afectaciones que dejó el encierro por la pandemia de COVID19 en la población infantil y general.

Además, el plomo tiene efectos devastadores sobre el neurodesarrollo infantil, incluyendo una disminución de hasta cinco puntos en el coeficiente intelectual, problemas de aprendizaje y trastornos de conducta. Estas afectaciones no solo perjudican la calidad de vida de las familias, sino que generan una enorme carga social y económica para el país, con costos derivados estimados en 32,500 millones de dólares anuales.

En este contexto, propongo sumar al Plan una estrategia denominada “Neurodesarrollo sin Plomo: Estrategia integral de salud ambiental y mental en la primera infancia en el Estado de México”, que consiste en establecer Unidades de Evaluación del Desarrollo Infantil Temprano (UEDIT) en Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, para iniciar, con tres acciones clave:

  1. Evaluación de salud mental materna, con intervenciones comunitarias si se detecta riesgo.
  2. Tamizaje de desarrollo infantil universal y gratuito mediante pruebas validadas como la Evaluación del DesarrolIo Infantil Temprano.
  3. Detección de plomo en sangre en embarazadas y menores de 5 años.

Este modelo, técnicamente viable y de bajo costo, puede implementarse con personal del primer nivel de atención, capacitado para actuar sin necesidad de infraestructura hospitalaria compleja. Implementar un tamizaje activo nos permitirá identificar de manera temprana a quienes presentan signos de alerta en su desarrollo, brindarles atención adecuada y mejorar su calidad de vida desde los primeros años. Además, sentaría las bases de un Censo de Desarrollo Infantil Temprano en el Edomex que pueda alimentar futuras y buenas políticas públicas.

Esta propuesta busca complementar los avances del Plan Integral y articularse con esfuerzos federales como los CEREDI (Centros Regionales de Desarrollo Infantil). Pero a diferencia del modelo actual, las UEDIT permitirían la atención de la población abierta, sin necesidad de que el niño o niña haya sido previamente diagnosticado o referido por una institución.

El Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (CeNSIA) es un actor clave para implementar esta propuesta. Asimismo, expertos como el Dr. Daniel Aceves Villagrán, quien ha dirigido CeNSIA y actualmente participa en estrategias nacionales de salud pública, pueden contribuir con su experiencia técnica y liderazgo en desarrollo infantil para impulsar y mejorar esta iniciativa.

Sin igualdad de oportunidades desde la infancia, no hay movilidad social posible. Y sin un entorno que proteja el desarrollo desde el embarazo, no puede haber verdadera justicia.

El Plan Integral del Oriente del Edomex ya está en marcha. El siguiente paso es garantizar que cada niña y cada niño crezca sin plomo en su sangre, sin rezagos invisibles y con todo su potencial por delante.

Este esfuerzo generará información clave para fortalecer las políticas públicas en salud, educación y bienestar. No se trata solo de contar: se trata de cuidar, prevenir y transformar. El Oriente del Edomex puede ser el punto de partida. Pero este modelo es escalable y replicable en otras entidades federativas. Invertir en el desarrollo infantil no es un gasto: es la forma más justa y eficaz de transformar el futuro.

Postdoctor en Salud Ambiental por la Universidad de Harvard

Consultor en Epidemiología Ambiental y Salud Pública de .

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