Cada día es más claro que la exposición a contaminantes puede tener efectos sobre la salud de la población, en el aprovechamiento escolar, en la productividad laboral y en la economía. Por ello, es importante hablarles sobre “Pediatría Ambiental”.
Esta especialidad busca prevenir, identificar, diagnosticar y tratar enfermedades causadas por factores ambientales. Incluso, en la Escuela de Medicina de Harvard existe un programa de 2 años para médicos que deseen especializarse en salud ambiental pediátrica y reproductiva. En México, aunque hay instituciones como el Instituto Nacional de Pediatría que están trabajando en esta área, aún está en fase de desarrollo.
La Pediatría Ambiental puede ser un poco compleja y tiene sus retos. Para poder ejercerla necesitamos médicos especializados en el tema y contar con herramientas y equipos que nos ayuden a medir la exposición a contaminantes ambientales para identificar a aquellos que pudieran estar provocando la enfermedad o los síntomas.
De acuerdo con el Dr. Alejandro Canul, jefe del Departamento de Neurobiología del Desarrollo del Instituto Nacional de Perinatología y pionero en la Pediatría Ambiental en México, en los últimos años se han incrementado las enfermedades respiratorias, dermatológicas, alérgicas, autoinmunes e incluso las oncológicas en la población pediátrica. Y algunas de las preguntas más frecuentes entre los padres de familia son: ¿Por qué mi hijo se enferma cada semana?, ¿por qué mi hijo está congestionado y con tos todas las noches? y ¿por qué mi bebé tiene problemas frecuentes de la piel o no tolera ciertos alimentos?.
Para el especialista, la respuesta a muchas de estas preguntas se encuentra en el ambiente al cual están expuestos nuestros hijos, ya que, cada vez son más numerosos los niños amenazados por algún factor de riesgo presente en el ambiente, desde su concepción hasta la adolescencia, pudiendo ocasionar daños específicos en la salud, y en ocasiones, irreversibles.
En ese sentido, considera que la salud y medio ambiente forman un binomio inseparable, y que la contaminación tanto del aire, como de la tierra y del agua, influye de manera perjudicial en nuestra salud, especialmente en la de los bebés y los niños. Por lo tanto, considera necesario que en las escuelas de medicina pudieran ofrecer esta subespecialidad en Pediatría Ambiental con la finalidad de que se cuente con los conocimientos necesarios para proteger a los más vulnerables de los efectos de la contaminación e incidir en la población protagonista del presente y futuro: los niños.
El Dr. Canul también sugiere que se debería generar más información para divulgar y concientizar a los padres sobre la importancia de la Pediatría Ambiental. Los padres deberían estar conscientes de que los bebés y los niños son especialmente susceptibles a la exposición a los tóxicos ambientales dado que su sistema inmune está en desarrollo y tienen mayor consumo energético y metabólico, pero, además, que los bebés o niños respiran más rápido que un adulto y pesan menos, lo cual, provoca que tanto la exposición al contaminante como el posible efecto sea mayor que en adultos.
Existen varios ejemplos de que la exposición a algunos contaminantes ambientales puede comprometer la salud, el futuro y la calidad de vida de los individuos, pero que además también tiene afectaciones a la economía de los países.
De acuerdo con datos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, se estima que, en Estados Unidos, la contaminación ambiental se asocia con cerca de 16,000 partos prematuros y que la consecuencia de las discapacidades físicas y mentales asociadas con el parto prematuro provocan afectaciones en la productividad económica de unos $4.33 billones de dólares.
Otro ejemplo es la exposición a plomo, que se ha considerado como un neurotóxico y que afecta la capacidad intelectual. Recientemente, de acuerdo con información del INSP, la inteligencia promedio se encuentra entre 85 y 115 puntos, y la exposición a plomo puede disminuir 5 puntos. Asimismo, “La discapacidad intelectual (cociente intelectual menor a 70 puntos) esperada en México sería de 3 millones de personas, pero la exposición a plomo aumentaría este número a 5 millones de personas”. Respecto al costo que representa estar expuesto a plomo, se estima que en países de ingresos bajos o medianos la afectación económica es de unos $977 billones de dólares y, de ese total, $142.3 billones corresponderían a la región de Latinoamérica y el Caribe.
Ahora que ya conocemos que la contaminación ambiental puede estar afectando nuestra salud, tenemos que preguntarnos: ¿Qué papel juegan nuestros hogares en mi salud o la de nuestros hijos?, ¿Cómo generamos contaminantes dentro de nuestra casa y cómo nos afectan?, ¿Con los productos de limpieza, estamos limpiando nuestras casas o las estamos contaminando?, ¿Tenemos buena ventilación?, ¿Cómo será la calidad del aire que respiramos al interior de nuestros hogares?, ¿Algo dentro de nuestra casa nos estará causando la alergia u otras enfermedades?.
Lo anterior, es muy importante porque los humanos pasamos cerca del 90% de nuestra vida en interiores y se ha reportado que la contaminación del aire en interiores puede ser de 3 a 5 veces mayor que afuera, por lo tanto, es necesario evaluar qué fuentes de contaminación tenemos al interior y ver la forma de reducir la exposición, para prevenir o, incluso, poder combatir correctamente algunos síntomas o enfermedades.
Dado el impacto significativo de los factores ambientales en la salud, es crucial que México invierta en el desarrollo de la Pediatría Ambiental. Esto no solo beneficiará la salud de los niños, sino que también tendrá un impacto positivo en la economía del país al reducir los costos médicos y aumentar la productividad.
Postdoctor en Salud Ambiental por la Universidad de Harvard, Investigador del Instituto Nacional de Perinatología y Consultor en Epidemiología Ambiental y Salud Pública de Mejora MX.
Twitter @MarcoSanchezGue