Cuando se firmó el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2020, se presentó como la modernización del TLCAN. Pero en pocos años, la inteligencia artificial (IA) y la automatización han transformado las industrias a un ritmo que el acuerdo no contempla. Estos cambios tienen profundas implicaciones, no solo para las empresas, sino para los 40 millones de personas en EE.UU. con raíces mexicanas, cuya vida económica está estrechamente ligada a la integración comercial entre ambos países.
Desde mi experiencia como líder empresarial y estratega en comercio transfronterizo, he visto de primera mano cómo la IA está redefiniendo la manufactura, la logística y el comercio. La optimización de inventarios con analítica predictiva y el despacho aduanero automatizado son ahora esenciales para las cadenas de suministro. México, gracias al nearshoring, se está posicionando como un centro de producción avanzado. Sin embargo, sin políticas que alineen el comercio con las leyes migratorias, estamos limitando la movilidad laboral y frenando el crecimiento de Norteamérica.
La Fuerza Laboral en un Punto de Inflexión
Los trabajadores inmigrantes son la columna vertebral de las cadenas de suministro en Norteamérica, desde las fábricas en México hasta los centros de distribución en EE.UU. y Canadá. A medida que la IA automatiza tareas repetitivas, la demanda de trabajadores calificados—técnicos, ingenieros y especialistas en datos—está creciendo. No obstante, las políticas migratorias actuales no permiten una transición fluida hacia estos empleos, lo que afecta la movilidad económica y la competitividad de la región.
Si queremos que el T-MEC impulse industrias basadas en IA, debemos actualizar las visas laborales para sectores estratégicos, facilitar programas de certificación binacional y reconocer el talento transfronterizo como una ventaja competitiva. De lo contrario, nos arriesgamos a una crisis de talento que afectará la capacidad de la región para liderar en la economía digital.
Construyendo un Futuro de Talento Compartido
El éxito del comercio basado en IA depende tanto de la tecnología como del talento humano. La integración económica entre EE.UU. y México ha sido un motor de prosperidad durante décadas, pero los cambios actuales requieren nuevas estrategias. Como empresario y experto en inversión y desarrollo transfronterizo, sé que el potencial de Norteamérica solo se desbloqueará si creamos programas educativos colaborativos, iniciativas de formación laboral y acuerdos de movilidad para facilitar la adaptación de los trabajadores.
La IA y la automatización están reescribiendo las reglas del comercio, y si el T-MEC no evoluciona, millones de personas quedarán rezagadas. La política comercial y migratoria deben avanzar de la mano. El futuro del liderazgo norteamericano en el comercio global dependerá de nuestra capacidad para reconocer que el talento, la movilidad y la innovación son la clave para la competitividad.