La detección oportuna del cáncer de mama puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Por eso, la autoexploración es uno de los instrumentos fundamentales para la prevención, pues conocer nuestro cuerpo nos ayuda a identificar cualquier cambio a tiempo. Además, tener acceso a estudios diagnósticos precisos no solo permite la detección a tiempo de la enfermedad, sino que también aumenta significativamente las posibilidades de una recuperación exitosa.

Las disparidades en el diagnóstico y el tratamiento son factores determinantes en la tasa de mortalidad del cáncer de mama. De acuerdo con un , América Latina registra entre un 15 y 30% de casos detectados en estadios avanzados, una cifra alarmante en comparación con las cifras de Estados Unidos (8,5%) y Europa (4%).

Tomemos el caso de Estados Unidos, donde, de acuerdo con datos de American Cancer Society, la tasa de supervivencia relativa a cinco años para el cáncer de mama localizado -que no se ha propagado fuera de la mama- es del 99%. Esto evidencia el rol fundamental que juegan los controles médicos preventivos para reducir la muerte a causa de esta enfermedad.

En México, se diagnostican más de 30 mil casos por año [], a un ritmo de un caso nuevo cada nueve minutos [Banco interamericano de Desarrollo]. Según el , en las zonas de mayores ingresos, solo el 10% de los casos de cáncer de mama que se detectan están en estadios avanzados, mientras que, en áreas más vulnerables, esta cifra asciende a 50%. Si bien el cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente en la población femenina mundial –y la principal causa de muerte por cáncer en mujeres–, las desigualdades repercuten de forma directa en la supervivencia.

En Pro Mujer llevamos 34 años trabajando para mejorar las condiciones de vida de las mujeres de Latinoamérica. Nos guía la convicción de que las barreras que las afectan, no solo pueden, sino que deben ser eliminadas. Por eso, trabajamos con equipos interdisciplinarios con la misión de reducir la detección tardía, que encuentra su causa en la desinformación y la dificultad para acceder a servicios de salud a lo largo de todo el proceso, desde la medicina preventiva hasta el diagnóstico y el tratamiento.

En ese sentido, el pasado mes de septiembre, firmamos un acuerdo de cooperación técnica con la Organización Panamericana de la Salud, con el fin de mejorar las condiciones de salud de las mujeres de América Latina y el Caribe, con un enfoque específico en interculturalidad y etnicidad. Este trabajo en conjunto busca reducir las tasas de mortalidad materna, y mejorar la salud de las mujeres que viven en situación de vulnerabilidad en la región.

Para reafirmar nuestro compromiso con las mujeres más vulnerables de la región, realizaremos jornadas de concientización en el marco de Octubre Rosa, a través de webinars sobre la detección temprana y cuidados preventivos en México, Argentina, Bolivia y Nicaragua.

Además, ofreceremos mamografías y ecografías gratuitas gracias a nuestra alianza con Dukke Consultores, promoviendo así el acceso a estudios de diagnóstico.

Otro de nuestros pilares en México para reducir la muerte por cáncer de mama es el programa “Tod@s por ellas”. En los últimos cuatro años, alcanzamos a más de 140.000 mexicanas, con excelentes resultados: realizamos más de 8.000 mastografías y logramos capacitar y sensibilizar a miles de mujeres sobre los factores de riesgo y la importancia de la detección oportuna. Como con todas las desigualdades que abordamos en Pro Mujer, y aún más en el caso del cáncer de mama debido a las características de evolución de la enfermedad, no hay tiempo que perder.

Desde el 2020, impulsamos el Programa de Atención y Consejería (PAC)- es un programa innovador creado por Pro mujer- para brindar un acompañamiento empático, informada y con enfoque de género a las mujeres que inician una ruta de tratamiento en enfermedades como cáncer de mama, cáncer de cuello uterino y diabetes tipo II.

Directora Global de Servicios de Salud de Pro Mujer

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