Empecemos por lo básico. La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central, que incluye el cerebro y la médula espinal. Es como un fallo en el sistema de comunicación del organismo, en el que las señales entre el cerebro y el resto del cuerpo no fluyen correctamente. Esto puede dar lugar a una amplia variedad de síntomas y retos que afectan a la vida de miles de personas. Según la Federación Internacional de EM, el número de personas con esta enfermedad en todo el mundo ha aumentado de 2.3 millones en 2013 a 2.8 millones en 2020 y 2.9 en 2023.
El sistema inmune es como el equipo de seguridad del organismo, diseñado para protegernos de intrusos dañinos como bacterias y virus. Sin embargo, en el caso de la esclerosis múltiple, algo falla. El sistema inmune comete un error al identificar las células nerviosas y las cubiertas protectoras que las rodean, llamadas mielina, como si fueran intrusos. Se trata de un malentendido por parte del sistema inmune que conduce a una situación en la que empieza a atacar y dañar nuestras propias células nerviosas y las cubiertas protectoras de mielina.
En pocas palabras, la EM es una enfermedad en la que el sistema inmune del organismo, que se supone que debe mantenernos sanos, se confunde y empieza a atacar nuestras propias células nerviosas y su cubierta protectora. Esto deriva en que las personas que padecen EM presenten síntomas como fatiga, entumecimiento u hormigueo en las extremidades, debilidad muscular, alteraciones visuales como visión borrosa o visión doble, dificultades de equilibrio y coordinación, problemas para caminar, dolor crónico y espasmos musculares, cambios cognitivos como problemas de memoria, cambios de humor y problemas emocionales, dificultades para hablar y tragar, y sensibilidad al calor, que puede empeorar temporalmente los síntomas.
Uno de los principales especialistas de este tema es Stephen L. Hauser, quien ha dedicado su vida a la investigación de esta condición. Durante su viaje en la investigación de la EM, se enfrentó a varias pruebas: algunos expertos no creían en sus ideas, diciendo que no tenían sentido desde una perspectiva biológica. Además, la Food and Drug Administration, que supervisa la investigación médica y los tratamientos, estableció normas muy estrictas para un estudio crucial en el que Stephen estaba trabajando. Y justo cuando parecía que el estaba cerca del éxito, los intereses de grandes empresas surgieron como una amenaza potencial. Todos estos obstáculos pusieron en riesgo los progresos que había hecho.
Sin embargo, Stephen y su equipo persistieron e hicieron un descubrimiento sobre el papel de un tipo específico de células inmunes llamadas células B en el proceso de la EM: descubrieron que las células B son un actor clave en el ataque del sistema inmune a las células nerviosas. Con este conocimiento, desarrollaron un nuevo enfoque: fármacos inmunosupresores que se dirigen específicamente a las células B y las destruyen.
Este método tuvo un impacto determinante. Al reducir el número de células B en el organismo, lograron disminuir la inflamación, desacelerar el daño a los nervios y aliviar los molestos síntomas de la EM. Estas terapias representaron un avance significativo, especialmente para las personas que padecen EM progresiva.
Este viaje es una prueba evidente del poder de la investigación y la innovación para marcar la diferencia en la vida de los afectados por la EM. Quienes formamos parte de la comunidad médica de México agradecemos a Stephen L. Hauser por su reciente visita a nuestro país y por compartir con nosotros su experiencia. Es un honor para la Academia Nacional de Medicina de México contar con su presencia y recibirlo como Académico Honorario.
En su último libro, "La cara ríe mientras el cerebro llora", reafirma su convicción de que, a pesar de los numerosos obstáculos y desafíos a los que nos enfrentamos, la medicina sigue ofreciendo la posibilidad de lograr avances revolucionarios en nuestra lucha contra las enfermedades más debilitantes. Espero que esta historia de éxito nos inspire a todos para seguir buscando conocimientos y soluciones médicas con dedicación, ética y la atención al bienestar de quienes padecen enfermedades graves.
Expresidente de la Academia Nacional de Medicina de México