Como siempre, lo que es noticia, en materia educativa, es el conflicto. Sabemos que hay una movilización de la CNTE que ha generado bloqueos de avenidas en la Ciudad de México, y en los medios de comunicación eso se reporta insistiendo en el caos vial que producen. Se da a conocer que hay suspensión de labores, y que las demandas que impulsan a estas acciones se centran en la petición de un aumento salarial mucho mayor al concedido: del 10% anunciado, que implica una erogación de 36 mil millones adicionales, al 100% exigido; la derogación de la reforma educativa que impulsó la administración de AMLO (2018-2019) —a la que consideran neoliberal, sobre todo en relación con la USICAM (Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros) que sustituyó al Servicio Profesional Docente (SPD) de Peña Nieto, instancias encargadas de regular el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio público educativo, en especial, creo, con los criterios para la asignación de plazas y promociones—.

También se demanda la derogación de la Ley del ISSSTE de 2007 que estableció mecanismos de ahorro individualizados (AFORES), para regresar a una modalidad de ahorro solidario, y volver a establecer que las jubilaciones no dependan de la edad, sino de los años de servicio. Se incluye, en el pliego, que el monto de las jubilaciones siga operando en función de salarios mínimos como antes, y no en UMAS (Unidad de Medida y Actualización) que hoy funcionan como referencia económica para determinarlas. Si la pensión máxima por ley era de 10 salarios mínimos al mes, al ser un salario mínimo mensual equivalente a 8 mil 300 pesos, el pago sería de 83 mil pesos, versus la cantidad resultante de 10 UMAS: 34 mil. Ni la mitad.

La presidenta, en campaña, fue enfática en su promesa de eliminar a la USICAM, sin que hasta el momento haya una nueva modalidad, aunque, en las negociaciones, se ha propuesto que sea la antigüedad el rasgo que se tome en cuenta para las promociones en el magisterio. El retorno al empleo del salario mínimo como factor del pago a quien se jubila, iría en contra del ajuste que se hizo para ello y otras cuestiones como multas y obligaciones en todas las leyes y reglamentos, al incrementarse, como nunca, el salario mínimo en el periodo 2018-2024.

El SNTE, por su parte, de la mano de su líder, el señor Cepeda, que ostenta una senaduría plurinominal como pago por servicios prestados, acepta lo ofrecido sin chistar, promete votos sin pudor y se complace al incluir, con letras de oro, en el muro de Honor del Senado, un reconocimiento al magisterio: “A las Maestras y Maestros de México, por su contribución al desarrollo del país”. Un gran logro, expresó conmovido.

La negociación con la CNTE es muy complicada, y la abyección de la dirigencia del sindicato oficial, indudable.

Mientras tanto, una evaluación seria de los resultados de la puesta en práctica, en todo el país, de la Nueva Escuela Mexicana está pendiente, y urge, dada la transformación que significa en las labores cotidianas y su impacto en el aprendizaje de millones de estudiantes. ¿Hay alguien ahí, en la SEP, que entienda la relevancia de este tema? La subsecretaria de básica, Angélica Noemí Juárez Pérez, ¿podría decir algo al respecto? El señor Mario Delgado, ¿comprende, acaso, la importancia del proceso educativo en curso? Lo dudo.

La evaluación no es noticia porque no es un lío en las calles. Solamente es crucial realizarla por su relevancia educativa, y pronto.

Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México mgil@colmex.mx@ManuelGilAnton

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