Escuché con atención a un alto funcionario del gobierno federal hablar sobre la estrategia que en materia de seguridad se lleva a cabo en esta administración. La cifra de personas asesinadas en el país, entre otros indicadores, van a la baja (25 por ciento, según informó Palacio Nacional hace unos días) y esos resultados se dan cuando se trabaja en conjunto. Le he hablado antes sobre la importancia que tiene algunos estados del país sobre otros en la “estabilidad nacional”. Cuando de eso se habla, se trabaja casi a contratiempo porque por alguna circunstancia se descompuso y hay que meterle mano al estado en una cirugía mayor, como lo es el caso de Sinaloa o Guerrero.

Pero hay otra parte de la estrategia que pasa por la reconstrucción de las policías estatales y con estas, la coordinación permanente con las fuerzas federales. De las policías municipales ni hablamos, esas no juegan en esta ecuación.

En la época del gobernador Rubén Moreira en Coahuila, el propio gobernador decidió que la seguridad era una de sus prioridades y estableció un gran presupuesto, armamento, capacitación, contratación de elementos nuevos, buenos salarios para los integrantes de esta corporación y logró reducir los niveles de inseguridad con los que recibió el estado de manos de su hermano Humberto. Tuvo incluso un grupo especial de “choque” que en su momento estuvo mejor armado que el ejército mexicano. Bien, pues ese modelo ha prevalecido hasta el presente y mantiene niveles de seguridad muy aceptables para los coahuilenses. La voluntad política fue fundamental para que esto pasara.

Sorpresa escuchar de este especialista en seguridad, que Zacatecas —sí, el Zacatecas de David Monreal— ha seguido un modelo parecido sólo que de la mano del gobierno federal y fuerzas armadas. Y ahí es donde viene nuevamente la idea de que con voluntad política las cosas han ido mejorando en Zacatecas. Eso no quiere decir que el estado sea un modelo de seguridad, pero de que los índices de inseguridad han mejorado, hay registro. Es el estado número 22 en asesinatos dolosos hasta el mes de febrero.

Hablamos hace poco de Tabasco y de la baja marginal que tuvo en la encuesta de percepción del INEGI en su indicador de marzo pasado. Lo mismo, hay voluntad política del gobernador Javier Mai que está proveyendo de los insumos necesarios y depurando la corporación estatal que está recibiendo elementos frescos, nuevos, no maleados, que llegan de otros estados del país para lograr conseguir acentuar más esa mejoría marginal de marzo.

Guanajuato es un caso interesante porque finalmente después de meses y meses y meses de marcarlo como el estado en el que más homicidios dolosos tuvo, ha logrado comenzar a registrar, en un día, hasta un cero en muertes violentas recientemente. Y la apreciación es la misma, voluntad política que finalmente que tenido la gobernadora Libia García Muñoz Ledo y que definitivamente no tuvo el anterior mandatario Diego Sinhue Rodríguez. “La gobernadora finalmente se metió al tema”.

El Estado de México es un caso muy complejo por la geografía, por su colindancia con Michoacán, pero goza de toda la voluntad política de la gobernadora Delfina Gómez y deja trabajar al fiscal del estado, al secretario de seguridad que tiene poco tiempo en el cargo, y la coordinación permanente con las fuerzas armadas.

Finalmente, los estados están trabajando en lo que un día dejaron que hicieran solas las fuerzas armadas.

Periodista.

@ConFeregrino

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios