El 14 de diciembre de 2018 el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador anunció, sin estudio previo, la desaparición del Seguro Popular, que era el sistema de atención de salud para las personas que carecían de seguridad social. Dijo esa mañana: “es evidente que no ha funcionado y va a ser sustituido por un sistema de salud pública que garantice la atención médica y medicamentos gratuitos” para todos los mexicanos sin servicios médicos. La desaparición se concretó en diciembre de 2019.
Lo que no sabíamos era que íbamos a presenciar una de las más tristes páginas de la historia de ese presidente que, como muchas veces lo presumió, prefería funcionarios con “90 por ciento de honestidad y 10 por ciento de experiencia”. De hecho, bien a bien, aún no se ha terminado esa página porque hay personas en el país en este inicio de 2025, que no pueden tener acceso a los medicamentos o tratamientos que requieren porque no hay, porque existe desabasto.
Al iniciar enero de 2020 comenzó la pesadilla con la aparición del Instituto de Salud para el Bienestar, el INSABI. Los medicamentos y los tratamientos ya no iban a ser provistos por los sistemas de salud de los estados como era hasta días antes, sino que ahora los iba a proveer la federación. Hubo estados, los menos, que resistieron y no adoptaron la figura del INSABI, pero fue suficiente para que empezáramos a ver de inmediato que no llegaban los medicamentos a las clínicas, que los tratamientos contra el cáncer llegaban incompletos, filas enormes en las farmacias de las clínicas y la respuesta ha sido por años: hay desabasto.
López Obrador decía que, si la Coca-Cola y los gansitos llegaban a las comunidades más apartadas, iban a llegar los medicamentos. Eso no sucedió. Jamás entendió cómo hacerlo. Puso a trabajar a gente sin experiencia, conocimiento o habilidad en la materia y fracaso todos los días de su mandato.
La última ocurrencia de ese presidente fue la farmacia de Huehuetoca, que, por cierto, anunció la presidenta Sheinbaum, va a servir de proveedora de medicamentos a la zona centro del país. Algo con más lógica.
La actual administración anunció una mega licitación, la llevó a cabo y se asignaron el 73 por ciento de las de 4 mil 982 millones de piezas de medicamentos necesarios para 2025 y 2026. Para las piezas faltantes se hará una segunda licitación o compras directas. Si bien no es un éxito rotundo, es una licitación que no ha levantado protestas y que tomó en cuenta a fabricantes de medicamentos en el país. Con este panorama, la presidenta Sheinbaum se animó a decir que “a todas las personas que llegan a su centro de salud y por alguna razón no hay un medicamento, el objetivo es resolverlo en estos dos meses”.
¿De verdad era tan fácil?, a menos de 4 meses de haber iniciado su administración, ¿Claudia Sheinbaum lo logró? Trabajaron personas con habilidades en la tecnología, planeación y conocimiento del ramo y se avanzó. ¿Entonces la conducta de López Obrador en su momento fue incapaz, negligente o criminal?
Ya de salida…
Ante la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, me parece oportuno recomendarle la película “El Aprendiz”. Es una gran pincelada de quién es, por qué es así, de quién aprendió sus artes este monstruo de la política mundial.
Periodista.
@ConFeregrino