Detrás de la conmemoración del Día del Cartero, fecha que nos llena de satisfacción y orgullo de pertenencia a todos los que integramos esta gran familia postal, existe una historia hecha con grandes ejemplos de valentía, entrega y honradez de los hombres que abrieron brecha para el ejercicio de esta muy noble tarea. Con su ejemplo, sentaron las bases para que el oficio de cartero ganara el respeto y el agradecimiento de los mexicanos. Este mes de noviembre queda establecido en la agenda nacional la conmemoración a los carteros que tienen el deber de mantener comunicado al pueblo de México a través de la recepción y entrega de correspondencia en todo el territorio de nuestra nación.
El 12 de noviembre de 1931 se celebró por primera vez el Día del Cartero en México. Una conmemoración de tradición que reconoce la importante labor de los carteros y empleados postales del Servicio Postal Mexicano. La historia de esta conmemoración se remonta a un 12 de noviembre de 1922, durante la época revolucionaria en el país, cuando un tren de correos cargado con oro y correspondencia militar, explotó a consecuencia de un ataque con dinamita. Un testigo de esos hechos, el coronel Luis G. Franco, narró que los carteros sobrevivientes al ataque comenzaron a proteger la carga entre los escombros del convoy destrozado.
Tiempo después, el mismo coronel Franco, que además era ingeniero de profesión, en una entrevista con el periódico más influyente de esa época, detalló que en una ocasión, mientras se encontraba viendo a la calle desde la ventana de su despacho, “había una tormenta terrible. Me di cuenta de que un cartero llegaba al umbral de una puerta y allí trataba de proteger del agua la bolsa de cuero en que llevaba las cartas. Como fue inútil, se quitó la gorra, para protegerla, pero de nada sirvió. Entonces se quitó la chamarra y con ella envolvió los papeles. Quedó empapado, pero salvó la correspondencia”.
Esta valiente y responsable actitud de ese cartero, motivó al coronel Luis G. Franco a acudir con el entonces Presidente de la república, Pascual Ortiz Rubio, quien era su compadre y amigo, a quien le propuso la creación de un día del cartero, “para pagar una deuda que la Revolución tenía con los hombres del correo”.
El presidente Ortiz Rubio apoyó la propuesta y el coronel Franco inició la organización de un festival en honor de los carteros, a realizarse el 12 de noviembre, justo la fecha de aquel día en que presenció a los carteros sobrevivientes del atentado con dinamita al tren, mientras cumplían con su labor al rescatar la correspondencia entre fierros retorcidos.
Como vemos en esta breve reseña, amables lectores, la historia que envuelve a la figura señera de los carteros mexicanos acrisola el pundonor, la responsabilidad, el compromiso y sobre todo el amor por su nación. Su entrega al trabajo de comunicar a los mexicanos habla por sí misma del valor de su espíritu férreo de sobreponerse a todo tipo de adversidades para cumplir con su responsabilidad.
Po ello, este gran día nos llena de orgullo a todos los que integramos la familia postal y nos hace reflexionar asimismo en que los carteros y trabajadores postales han estado presentes en los episodios más importantes de nuestra historia, desde antes de la Conquista hasta nuestros días, manteniendo a la correspondencia escrita como el principal eslabón de la cadena comunicativa de los mexicanos. La presencia de los carteros es paralela al crecimiento y desarrollo de México. No podría haber existido ningún movimiento de cambio político, social, cultural o educativo en el país, sin el entramado comunicativo de la correspondencia diaria, como vehículo principal de información.
En el Sindicato Nacional de Trabajadores del Servicio Postal Mexicano, “Correos de México”, pensamos que es necesario revalorar y respaldar el trabajo comprometido de los carteros y empleados postales que aportan su dedicación y entrega para que el Servicio Postal Mexicano se fortalezca y que cumpla con su objetivo que le dio vida institucional, de mantener un sistema de entrega recepción de correspondencia óptimo.
Los carteros y trabajadores postales sindicalizados refrendamos nuestro compromiso de hacer sinergia con las autoridades federales a las que pertenecemos, a través de nuestro trabajo responsable y comprometido, para garantizar el crecimiento del Servicio Postal. Ser sindicalizados no significa estar en contra, sino cooperar desde nuestra fuente de trabajo con el Organismo federal al que pertenecemos para continuar manteniendo comunicado a nuestro país, sin importar lejanías o condiciones adversas. Por el bien de los mexicanos, los carteros del país seguiremos aportando, con dignidad y compromiso, nuestra responsabilidad en el desempeño de nuestro trabajo diario.
Hasta la próxima.