El primer mes del año es un periodo propicio para la reflexión, la introspección y el compromiso de mejorar en todos los aspectos, como país en lo colectivo y como personas en lo individual. Reflexionar, por ejemplo en que nuestra nación es muy grande en todos los sentidos, que aun estando inmersa en un mundo convulso, polarizado, contradictorio, su espíritu es maravilloso, con expectativas llenas de posibilidades y oportunidades.
Deseamos que este año sea propicio para conjuntar voluntades y terminar con las divisiones irracionales, aprender a vivir nuevamente en la pluralidad y la tolerancia. Todos debemos tener la claridad suficiente como para entender que la unidad se construye desde la diversidad y las discrepancias y que para ello, es necesaria una gran convocatoria al trabajo conjunto, regresar al manejo de la verdad, terminar con la búsqueda del poder por el poder.
Los verdaderos objetivos comunes son la búsqueda permanente de la igualdad, la vida digna, la justicia social, la cancelación definitiva de la pobreza extrema, tanto material como espiritual y que los derechos constitucionales dejen de ser solo una aspiración y se conviertan en realidad tangible.
Por lo que se refiere al sector de los trabajadores, este nuevo año se presenta un panorama más óptimo, pero aún hay pendientes por superar, como es el caso de generar más empleo con seguridad social y regularizar en sus prestaciones a los trabajadores que no las tienen. Sin embargo, es plausible que el sector laboral inicie el año con un nuevo salario mínimo, además de medidas que tienen como propósito el control de la inflación y hacer más asequible la adquisición de la canasta básica. Son noticias que reflejan la buena voluntad de las autoridades federales para ubicar en el centro de la política nacional al sector de los trabajadores, reconociendo con ello a la fuerza laboral de la nación como la generadora principal del cambio en el fortalecimiento del desarrollo del país.
Para evitar la carestía de los artículos de primera necesidad, el gobierno federal y el sector empresarial acordaron ampliar el Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic) para 2024 y 2025, involucrando a empresas productoras y comercializadoras de los 24 productos que integran la canasta básica, con el compromiso de fijar su precio máximo en 910 pesos. Esta medida es fundamental para mantener y apoyar la capacidad adquisitiva del salario, pues en otros años cuando se anunciaba su incremento, en automático también ascendían los costos de los productos de la canasta básica, formando un círculo vicioso económico e inflacionario, afectando los bolsillos de la clase trabajadora y el sustento para las familias de escasos recursos. Varias veces afirmamos como organización sindical nacional que mientras no se atacara el índice inflacionario y se controlara el precio de los productos de primera necesidad, ningún aumento al salario de los trabajadores sería suficiente para satisfacer estándares de vida dignos de este sector.
El incremento al salario mínimo, que para este año 2025 aumentará 12 por ciento en todo el país, es una decisión que deja atrás el estancamiento salarial que tanto perjudicó al sector laboral nacional de 1992 a 2018, años en los que prácticamente se mantuvo congelado el salario mínimo en términos reales, ocasionando una verdadera calamidad en la forma de vida de millones de trabajadores y sus familias.
Este paquete de medidas en favor del sector laboral, marcan un precedente histórico y esperemos que sea el inicio sin retrocesos de una nueva era de desarrollo que impulse el nivel de vida de los trabajadores, en donde se incentive la prosperidad para reducir los aún altos índices de pobreza que padecemos en el país. Es por el bien de todos y medidas como estas cuentan con el apoyo de las representaciones sindicales nacionales.
Hasta la próxima.