“López Obrador hizo el teatro y la farsa más grande que he visto en mi vida, que fue su fallida guerra contra el huachicol que dio como resultado cientos de personas desaparecidas, masacres, bombas, la toma de ciudades como Celaya, Apaseo, Juventino Rosas; quema de Oxxos, hombres colgados en el municipio de Salamanca y el huachicol siguió como si nada”, me comparte Bibiana Mendoza, líder del colectivo Hasta Encontrarte.
Bibiana tiene un hermano desaparecido desde el 8 de enero de 2018. Para ella hablar de lo personal es hablar de la experiencia que han tenido como colectivo. Me cuenta que Guanajuato era un estado muy tranquilo hasta finales de 2017, por ello no había colectivos. Han sufrido revictimización constante por parte de la fiscalía, del gobernador. Sin embargo, consideran que todas las vejaciones por las que han atravesado (golpes, arrestos) en manifestaciones pacíficas, han permitido que se sumen más mujeres a su colectivo y han logrado que saliera la ley de personas desaparecidas y las comisiones de búsqueda y de atención a víctimas de la entidad. Sin embargo, estas instituciones son muy limitadas y se restringen a apoyarlos de vez en cuando en búsquedas en campo, pero no en los periodos en los que es posible encontrar a las personas todavía con vida.
El año pasado López Obrador fue al estado, al campo militar de Irapuato. Le pidieron una audiencia y no las recibió. Después de manifestarse contra el gobernador y el fiscal local sin recibir ningún apoyo, entendieron que era imperante sentarse con autoridades federales. El presidente volvió a ir al campo militar de Irapuato y las ignoró por completo, dio declaraciones que ellas califican como muy lastimosas, porque le pidió pruebas a la ONU sobre las observaciones que su gobierno había recibido. Aseguraba que las desapariciones no habían ocurrido en su sexenio, y que la violencia se había reducido. Cuando escuché esas declaraciones dije: Tenemos que llevar las fosas al presidente, si él dice que la violencia en su mandato, ha disminuido pues la realidad de las víctimas es otra”, me comenta Bibiana tras la intervención en el Zócalo para visibilizar las desapariciones en Guanajuato.
Familiares de personas desaparecidas intervinieron la plancha del Zócalo el lunes 13 de diciembre, integrantes de los colectivos Una Luz en mi Camino, Una Promesa por Cumplir y Hasta Encontrarte, llegaron desde Guanajuato a pedir audiencia con López Obrador. Aproximadamente 15 colectivos de búsqueda de otras partes de la República llevaron montículos de tierra para crear un escenario donde se simulaban fosas clandestinas con tierra frente a Palacio Nacional. Los colectivos representaban en total a más de 2,600 personas desaparecidas y denunciaron la aparición de más de 170 fosas clandestinas, sin embargo, “cero respuestas” de las autoridades. El gobierno de Claudia Sheinbaum fue más diligente en limpiar la tierra que en ofrecer apoyo a las víctimas.
Contrario a lo que López Obrador declaró, desde 2018 Guanajuato se ubica como la entidad con más homicidios dolosos en el país derivado de la disputa territorial entre grupos criminales. El estado lidera la lista de entidades donde ocurren más homicidios y desapariciones. Datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública establecen que, de enero a septiembre de 2021, en el estado fueron asesinadas 2,655 personas, cifra que representa 10.4% de los registrados en todo el país. Guanajuato tiene una tasa de 42.47 víctimas de asesinato por cada 100,000 habitantes, la cual duplica la media nacional, que es de 19.69 homicidios por cada 100,000 personas.
Días antes la plancha del Zócalo fue el escenario en el que López Obrador se autovanagloriaba de sus resultados y reiteraba su intención de darle al Ejército el control de la seguridad, como si hubiera algo de qué hacer gala. Esta vez el Zócalo le dio una cucharada de realidad, el país que preside es un país sumergido en una crisis de violencia que cada vez se acentúa más.
@MaiteAzuela