Hoy en México la mayoría de las familias recurrimos al gas LP para satisfacer las necesidades de nuestros hogares. El costo del gas LP se ha incrementado sustancialmente en los últimos años. La necesidad de contar con abastecimiento de gas alternativo se hace cada vez más necesaria.
El Dr. Santiago Gutiérrez Vargas , que se ha dedicado más de una década a la energía renovable, se ha vinculado al tema por medio del sector porcícola y lechero, y su interés fundamental está colocado en reducir la emisión de gases de efecto invernadero, a través de los desechos ganaderos. Una de las preocupaciones principales del Dr. Gutiérrez es que a partir de que esta administración federal entró en marcha, no se le ha dado continuidad a las políticas de generación de biogás como estrategia de reducción de gases con efecto invernadero, ni se le ha apostado al complemento de la energía renovable más que a la energía fósil. Sin embargo, desde su perspectiva, uno de los efectos positivos, es que el hecho de que las energías fósiles hayan aumentado ha permitido que la generación de combustibles como el biogás resulten competitivas.
La Reforma Eléctrica de López Obrador, entre otras cosas, desincentiva este tipo de alternativas, pues una de las consecuencias que tiene es que pretende crear un monopsonio del Estado que adquiera la generación de energía en su totalidad y unifique el precio de productos generadores de energía, con lo que se reduce la posibilidad de que este tipo de iniciativas resulten rentables.
De acuerdo con el Dr. Gutiérrez, el biogás puede producirse de forma natural en pantanos, granjas, o artificial en unidades de metanización, a partir de la fermentación de materia orgánica, vegetal o animal, que lo produce por la ausencia de oxígeno y por la acción de distintos tipos de bacterias. La utilidad del biogás es similar a la de cualquier gas obtenido de minerales fósiles. Esta producción de gas es el resultado de la fermentación de la materia orgánica. Es una alternativa ecológica que contribuye significativamente a la transición energética.
En 2015 el gobierno de Enrique Peña Nieto regaló al estado de Guanajuato 100 biodigestores , pero de acuerdo con la experiencia del Dr. Gutiérrez no fue una política efectiva porque la tecnología que el gobierno adquirió fue de baja calidad y poca durabilidad, además de que el proceso de entrega gratuita no incentiva la apropiación de las tecnologías. En contraste, sugiere que las tecnologías que el gobierno adquiera sean de calidad y que las comunidades aporten económicamente a su adquisición. Hoy en día uno de sus proyectos en Guanajuato ha beneficiado a 190 familias que llevan más de cinco años sin pagar gas y generándolo con los desechos de su ganado.
Es necesario considerar los puntos débiles del biogás, como el hecho de que su almacenamiento puede resultar bastante caro y complejo y no olvidar que tanto el metano como el dióxido de carbono, los dos principales componentes del biogás, son gases contaminantes. Sin embargo, es un hecho que tiene más ventajas que desventajas, ya que promueve la recuperación de los residuos orgánicos, además de que en efecto se consigue la reducción de las emisiones de CO2 mediante la sustitución de los combustibles fósiles y una de las más atractivas para el campo: la creación de puestos de trabajo en el sector rural. Desde el punto de vista económico, la rentabilidad de una planta de biogás resulta menor que la de instalaciones fotovoltaicas o eólicas.
Para un gobierno en cuya narrativa el bienestar de las familias y las personas en situación de vulnerabilidad es un objetivo prioritario, sería crucial que apostaran por políticas públicas que consideren la producción comunitaria de biogás como una solución medioambiental, no solo como una fuente energética; como una opción de economía circular, amigable con el medio ambiente. El biogás es una solución para los desechos orgánicos, el reto está en masificar su uso y tener mayor financiamiento y legalización por parte del gobierno.