A nivel global, el cierre de actividades económicas para mitigar la propagación del coronavirus supuso el desafío de proteger la estabilidad laboral y los ingresos de los hogares. Para los gobiernos, el reto ha sido aún mayor en el segmento de las y los trabajadores jóvenes, pues en periodos de crisis económicas suelen ser los más afectados por los despidos. Su peculiar situación de vulnerabilidad se explica, entre otros motivos, porque las empresas prefieren retener a personal con más experiencia y, a la par, resulta menos costoso liquidar a trabajadores con menos antigüedad. Esta vez no fue la excepción.
En México, cuatro de cada diez puestos de trabajo que se perdieron a partir del inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia eran ocupados por trabajadores menores de 30 años de edad. Dicha problemática reafirma la pertinencia e importancia de Jóvenes Construyendo el Futuro.
Se trata de un programa que ante las actuales adversidades económicas ha fungido como una red protectora para garantizar trabajo e ingreso a cientos de miles de personas entre 18 y 29 años de edad. Tan solo de marzo a agosto de este año se incorporaron 256 mil nuevos aprendices, lo cual permitió que ellas y ellos cuenten con cobertura médica en el IMSS y que sus hogares tengan asegurado cuando menos un ingreso equivalente a un salario mínimo. En pocas palabras, su incorporación al programa ayudó a proporcionarles condiciones materiales para que estuvieran en posibilidades de cumplir con las medidas de resguardo.
Por otra parte, el cierre de actividades económicas obligó a replantear provisionalmente el programa. Teníamos que asegurar que las y los jóvenes pudieran seguir aprendiendo y, al mismo tiempo, anteponer la protección de su salud, la de sus familias y la de sus comunidades. Fue entonces que se optó por incorporar la capacitación a distancia.
A través de conferencias y talleres, de herramientas para el teletrabajo y de una bolsa de miles de cursos de capacitación en línea, las y los jóvenes pudieron aprovechar las semanas de confinamiento para reforzar sus habilidades y competencias laborales. Pese a los rápidos avances, estamos conscientes que la plena conectividad es una asignatura pendiente. Precisamente Internet Para Todos es un programa prioritario del Gobierno de México que tiene como fin cerrar brechas digitales.
En función de los semáforos epidemiológicos, los aprendices han comenzado a regresar a sus respectivos centros de trabajo. Esto representa un impulso para que miles de empresas, sobre todo micro, pequeñas y medianas, reanuden sus actividades productivas. Especial empeño se ha puesto en generar consciencia sobre la importancia de cumplir con todos los protocolos sanitarios.
Gracias a la entereza de nuestro pueblo, a un presupuesto público que prioriza a quienes menos tienen, y a empleadores de todos los tamaños que hicieron enormes sacrificios por conservar sus puestos de trabajo, hemos superado la fase más difícil. El pasado mes de abril tocamos fondo, pero a partir de agosto comenzaron a registrarse los primeros síntomas de recuperación, como lo son los cerca de 200 mil nuevos empleos que el IMSS reporta, o los cerca de 8 millones de mexicanos que, según estimaciones del Inegi, ya han regresado a la actividad económica.
A la fecha, cerca de un millón y medio de jóvenes han pasado o se encuentran capacitándose en Jóvenes Construyendo el Futuro. En la Nueva Normalidad, su talento, energía y aprendizajes serán cruciales para dinamizar la economía desde abajo, entre todos, y sin dejar a nadie atrás.
Secretaria del Trabajo y Previsión Social