En prácticamente todo el mundo donde se habla de deporte (llámese Europa, América Latina, Norteamérica, Asia, Medio Oriente, pero muy en especial, en sus respectivos países: Italia y España) no dejan de mencionar a Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, ya sean medios de comunicación impresos, televisión, redes sociales... Siendo en su mayoría artículos, reportajes y cobertura altamente positiva, ya que estos dos jóvenes (uno de 23 años de edad y el otro de 22) están colocando al tenis en un lugar preponderante.
Hacen que el deporte, en general, se sienta orgulloso de ellos y todo lo que hacen.
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El tenis es muy especial, tremendamente individualista. Requiere de muchos años de carrera, entrenamientos, de desarrollar el talento y ser bien guiados por entrenadores serios y dedicados, recorriendo torneos infantiles, juveniles, para después llegar a los alternativos de la ITF y los Challengers ATP.
Pasar por todas estas pruebas requiere mucho sacrificio, renunciar a las escuelas, y también de gran esfuerzo, apoyos financieros para solventar los interminables viajes y explotar el talento, para lograr el objetivo de estar entre los primeros tenistas clasificados en el mundo, ya sea en la ATP o la WTA. Así lo hicieron Jannik y Carlos.
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Lo mismo sucede con muchos deportes, llámese futbol, basquetbol, natación, clavados o atletismo... En fin, todas y cada una de las disciplinas, pero en Italia y en España es de mayor dimensión, así como en muchos otros países que tienen federaciones serias, que realmente apoyan decididamente a sus deportistas con programas bien establecidos, respaldo a profesores, unión con los clubes de tenis y un seguimiento sistemático de apoyo a sus deportistas.
Sinner y Alcaraz son atletas que han sacrificado asistir a la escuela, para dedicar horas y horas al entrenamiento; además, han podido responder —cada uno con su personalidad y estilo— a millones de aficionados, pues su carisma y forma de dirigirse al público, a los medios de comunicación y patrocinadores, ha sido muy profesional.
Tanto Roger Federer, como Novak Djokovic y Rafael Nadal, han dejado la vara muy alta a Jannik y a Carlitos, pero el italiano y el español —a su corta edad— rebasan ya los niveles de atención mediática, premios, patrocinios y reconocimiento mundial que ganaron de manera excelente los del Big 3.
Lo que más sorprende es la sencillez y humildad con la que se manejan ambos, colocando al tenis, en el mundo, en un nivel muy alto.
luis@vamosdeportes.com