Lo que estamos viviendo ha dañado todos los órdenes de nuestras vidas. En lo que respecta al deporte espectáculo —me refiero al profesional y al federado—, con cancelaciones, suspensiones, aplazamientos; así como al acarreando a toda una industria, llámese empleos, estadios, deportistas, televisión y medios, ligas, alimentos y bebidas, patrocinadores, fabricantes de artículos deportivos, etc.

Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 —que han sido forzosamente aplazados para 2021—, han sido como la primera ficha de un dominó que está tirando a todas las demás, ya que casi todos los deportes respetan y se rigen por el calendario olímpico.

Muchos de los deportes que no son muy seguidos por los medios ni por las televisoras, más que cada cuatro años, tienen enormes problemas para reprogramar sus calendarios y muchos de los deportistas se están viendo obligados a abandonar sus sueños de participar en competencias de esta magnitud, pues no obtienen el suficiente dinero para poder vivir de una medalla, siendo reconocidos momentáneamente mediante algunas fotos que les traerá bellos recuerdos y ya.

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Todo lo señalado lleva a enfrentar una catástrofe económica en toda la industria deportiva, siendo esto un parteaguas en el futuro del deporte espectáculo. Esta situación nos otorga la oportunidad para ser creativos y encontrar fórmulas que reactiven estadios, afluencia con sana distancia, impacto más directo de patrocinadores con los aficionados, ajustes en los salarios y premios de los deportistas, pero lo más importante será la utilización de las nuevas tecnologías de televisión, streaming y medios que rescaten el interés y seguimiento de los deportes.

Bien se dice que “cuando hay problemas, hay soluciones”. En estos momentos lo han hecho las ligas de futbol; la Bundesliga fue la primera en regresar a las competiciones con estadios sin público, y ahora las demás ligas están haciendo lo mismo. Otros deportes están reaccionando y ligándose a la tecnología y modernidad, como es el caso del tenis, que está viendo la forma de no tener esos interminables partidos y crear dinámicas para que los sets sean más cortos, sin restarle emoción.

Las ligas profesionales en Estados Unidos como el hockey y el basquetbol realizan mínimos pero importantes ajustes a sus reglas. La MLS, desde hace años creó fórmulas de tener estadios con menor capacidad de aficionados, con experiencias más amigables para disfrutar del futbol y, lo están logrando. La misma Fórmula 1 está buscando cambios para entretener y emocionar a su enorme afición, y así lo vemos en otras disciplinas deportivas.

Vamos, seamos positivos con creatividad, reaccionando al cambio, con deseos de sacar adelante la industria del deporte y démosle la bienvenida a las nuevas formas de enfrentarlo a partir de este parteaguas involuntario que estamos viviendo.

luis@vamosdeportes.com

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