Los ensordecedores gritos de “¡Nole, Nole!”, apoyando al serbio, dejaban sin aliento a quienes respaldaban a Carlos Alcaraz, quien habiendo ganado Roland Garros y Wimbledon hace sólo unas semanas, era considerado favorito para colgarse la medalla de oro, y no solamente por estar en los Cuernos de la Luna, sino por ser 16 años más joven que Novak Djokovic, quien aspiraba al oro olímpico, único gran título que tenía pendiente en su histórica carrera.
El Ave de las Tempestades, polémico, para algunos insufrible y para otros un campeón fuera de serie, ha tenido una amplia y respetada competencia con dos estrellas históricas como Roger Federer y Rafa Nadal, en la cual Djokovic los ha venido superando, ampliando esa ventaja que lo distingue como el mejor de toda la historia en el tenis y uno de los deportistas más laureados en el orbe.
Carlos Alcaraz pisó la arcilla de Roland Garros sabiendo que Novak Djokovic quería la medalla de oro a toda costa, que se estaba enfrentando a un lobo herido, al que hace solamente unos días en Wimbledon había superado fácilmente, pero no importaba el resultado anterior. Por su parte, Nole sólo tenía en mente la medalla de oro y salía de apuros entre sus aciertos y los errores del rival, que sólo los podemos acreditar al nerviosismo de jugar ante la historia misma y un monstruo que no tuvo compasión, ganando el partido con tiros que sólo Novak es capaz de ejecutar en los momentos cruciales. Utilizó su talento y experiencia con creces.
Para todos aquellos que no tienen a Djokovic como su tenista favorito, su decisión es muy respetable, pero para quienes han seguido al serbio, lo reconocen ampliamente por una larga carrera, llena de adversidades, porque estuvo junto a su familia en medio de una guerra absurda. Se superó en el deporte, se preocupó por prepararse y estudiar, a pesar de tantos viajes, de colaborar con todos los países que sufrieron durante esa guerra y ayudó a construir escuelas. Apoyó a todos los tenistas que desean hacer carrera profesional. Se ganó a la gran mayoría de los y las jugadoras, por su labor en el deporte, así como sus innumerables obras de beneficencia. Más allá de sus triunfos, sus aciertos y desaciertos, démosle el crédito que merece, porque está siendo juzgado por su historia.
Mencionaba en anteriores entregas que Novak ha sabido representar a su país en Copa Davis y ganarla. En Juegos Olímpicos, nadie le regaló algo. En Roland Garros, dispusó de Nadal y de Alcaraz en un solo torneo. Fue hasta su quinto intento en JJOO que pudo ganar la medalla de oro, a sus 37 años.
¿Estamos de acuerdo? Novak Djokovic es la mismísima Ave de las Tempestades, y es el mejor tenista en la historia.