Coco Gauff, de 19 años de edad, y Ben Shelton, de 20, confirman que Estados Unidos vive un gran momento en el tenis.
La USTA, su federación, no escatima esfuerzos en apoyar, patrocinar e incentivar a todas las categorías, desde amateurs, infantiles, juveniles, colegiales, profesionales y veteranos.
Mención especial a los programas para las categorías juveniles, que colocan a jugadores en la antesala para que participen en los torneos de puntuación y proyectarlos a las “Grandes Ligas” de la ATP Tour y WTA Tennis.
Coco Gauff, ya en cuartos de final del Abierto de Estados Unidos, tomó la determinación de despedir a su papá, quien —con muy buena voluntad— la entrenaba, pero con un sinfín de limitaciones.
Hoy, Gauff toma control de su destino técnico con Brad Gilbert como su entrenador, no sin antes haber pasado por varios técnicos.
Asimismo, Ben Shelton —también ya en cuartos de final del último torneo de Grand Slam en el año— tiene a su padre como su coach, quien fue un buen jugador profesional y es entrenador universitario.
Este US Open ha tenido la mejor calendarización de muchos años, debido a que cuenta con tenistas estadounidenses estelares y los tenedores de boletos desquitan el valor de estos, apoyando a sus compatriotas.
El Abierto de Estados Unidos es el más ruidoso de todos los certámenes más importantes y da la impresión de que vas a un partido de futbol americano y no a un torneo de tenis, por lo gigantesco de sus instalaciones, la cantidad de personas que asisten y la enorme mercadotecnia que se genera a través de la presencia de medios de comunicación de EEUU e internacionales.
El renacimiento del tenis de Estados Unidos es aprovechado por los patrocinadores, que aplican grandes presupuestos para anunciarse, y con enormes salones VIP para sus invitados.
Los alimentos, bebidas y souvenirs son parte esencial del evento de mayor impacto económico en Nueva York —y quizá en Estados Unidos— por tener 15 días de duración.