El deporte mexicano sufre de una deplorable confusión, la cual no le permite avanzar de forma eficiente y los deportistas mexicanos que destacan tienen que encontrar la forma de sobresalir por sus propios medios gracias a su talento, al apoyo de sus padres, aunque por lo regular siempre existen culpables que interrumpen y desaniman al deportista.
Existen mecanismos instaurados por el gobierno de México, a través de la Comisión Nacional del Deporte —Conade— y de Institutos del Deporte en los estados de la República Mexicana que proporcionan presupuestos a las federaciones y asociaciones, para eventos nacionales e internacionales y así colaborar con el desarrollo y promoción de las diversas disciplinas, sin embargo las federaciones rotas y descompuestas, al recibir estos presupuestos, se diluyen como por arte de magia y no llegan al producto final, que es el desarrollo de deportistas en todas sus etapas.
Estas federaciones tienen muchos años solicitando a gritos dinero a la Comisión Nacional del Deporte, que no ha cambiado su esquema desde hace mucho tiempo. La Conade evalúa a la federación y le otorga a través de su mecánica fondos para que vaya al desarrollo de la disciplina.
Estas federaciones, unas rotas y descompuestas y otras no tanto, logran conseguir el apoyo gubernamental que seguramente —suponemos—, va directamente a crear oportunidades para que éstas realicen un trabajo positivo para que llegue a deportistas que comienzan, a los que prometen y a los de alto rendimiento.
Todas las disciplinas necesitan tener estructura para promover primeramente a nivel nacional, capacitar a los directivos de la federación, así como de sus asociaciones.
Crear diversos programas de apoyo a profesores tratando de establecer varios criterios de enseñanza, crear eventos debidamente reglamentados y supervisados por la Conade, que otorga los presupuestos, y no convertir a estas federaciones en distribuidor de franquicias de federaciones rotas.
La confusión es mayúscula y lo que podría ser una estructura deportiva a nivel nacional, creando semilleros, desarrollo de talentos, unión con clubes e instalaciones, se convierte finalmente en divisiones que continúan minando al deporte de un país que definitivamente tiene talentos pero muchos se van quedando desgraciadamente en el camino.
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