Ningún deportista sale a perder en una competencia, llámese futbol, basquetbol, tenis, natación, artes marciales o la disciplina que pongamos; sin embargo, existen —por factores externos que el deporte tiene— exigencias en los atletas, como el ámbito psicológico, estado de ánimo, padres, agentes, entrenadores, becas, apoyos y presiones de toda índole.
La actitud es lo que muestra cada persona con temperamento y personalidad ante una situación o competencia.
La aptitud es el talento y habilidad natural de cada individuo y cómo los utiliza.
Los mejores tenistas del mundo cuentan con entrenadores capacitados, pero los jugadores se dan el lujo de darlos de baja, porque pierden la actitud ganadora, quizá por falta de motivación o escasa comunicación entre el entrenador y el tenista.
En ocasiones, las y los tenistas le reclaman desde la cancha al entrenador que está en la tribuna, echándole la culpa al experto. En los deportes individuales, es fácil identificar el problema y el jugador decide cambiar de entrenador así nada más.
En el futbol, cuando los equipos cambian al director técnico, como por arte de magia crean una nueva actitud, luchan, corren, generando preguntas sobre si los jugadores no querían al entrenador y le “hicieron la cama”, como se dice en la jerga de esa disciplina.
Primero, tenemos que analizar la actitud del entrenador y sus asistentes con los jugadores, pues algunos entrenadores —no todos— maltratan a sus elementos, abusando del lenguaje con gritos, represiones y sermones que hieren la sensibilidad del jugador y —a veces— se dan el lujo de trasladarlo a la conferencia de prensa, donde los reporteros no pueden preguntarle nada al director técnico, porque se enfada, grita y solicita que le ofrezcan disculpas.
Hay entrenadores o directores tecnicos de muchos deportes que “apantallan” a algunos directivos y entran en el terreno de la charlatanería, por lo que suceden situaciones como las que ya se conocen bien el futbol mexicano, el tenis y otros deportes, pero —afortunadamente— hay técnicos mexicanos competentes, quienes saben modificar positivamente la actitud de los deportistas.
Asimismo, en otro envío analizaremos la actitud de diva de muchos deportistas.