Las personas morales y las físicas requerimos una estrategia. Como líderes necesitamos (dentro de la incertidumbre que, si nos consideramos organizados) tener armada, nuestra manera de confrontar el futuro que se viene encima. Me parece que Javier Aguirre fue atinado al afirmar “que el futbol mexicano tocó fondo”.
Tenerla en blanco y negro, sugiere la habilidad, para desde el corto plazo y el escudriñamiento del mediano y largos, aclarar las causas y entender los efectos, en pocas palabras, fortalecer la habilidad de ver el bosque y no sólo el árbol.
En las organizaciones, una de las dos responsabilidades más grandes de la dirección, es tener claridad, la segunda, es ejecutarla, haciendo correcciones en el camino cada que sean necesarias.
Una definición moderna la describe como el equilibrio, entre fines, caminos y medios; acerca de identificar objetivos y también los métodos para lograrlos para diferenciarnos de la competencia.
El equilibrio requiere no sólo, de cómo lograr los fines deseados, sino también, cómo éstos los vamos ajustando a la realidad, por los caminos disponibles. Es por eso, que la estrategia es más allá de un plan, pues este último es una secuencia de eventos, que nos permite movernos de una situación a otra con alguna certeza.
Se ajusta cuando los planes se frustran, por la sucesión de factores inesperados, producto de intereses opuestos, como lo es la competencia. Su terreno involucra la persuasión y la negociación, así como las amenazas y las presiones, sus impactos psicológicos y los físicos.
La etimología se remonta a los antiguos griegos, la expresión en la jerga militar, se empezó a utilizar en Francia, Gran Bretaña y Alemania, en la parte final del siglo 18. En los negocios, las referencias se iniciaron hasta los años setenta, del siglo pasado y es a través de la literatura de gestión de empresas, que el concepto se ha diseminado, extendiéndose, que se trata de convertir una situación dada en un resultado anhelado.
Para dar una idea, de lo que estoy tratando de definir, recurro a un ejemplo que relaté anteriormente, la Liga MX y la Federación presentaron la suya a corto, mediano y largo plazos.
Se estimó un valor de la liga de alrededor de 2,115 millones de dólares, consecuencia de tener 188 millones de aficionados a nivel mundial; más de 15 millones de seguidores en redes sociales y una contribución al Producto Interno Bruto de México, evaluada en un poco más de medio punto porcentual.
En asistencia promedio, ocupa el sexto lugar mundial y 242 millones de vistas anualmente, en Estados Unidos y México, en los partidos de las diferentes categorías, incluyendo la femenil. Con un problema sociológico que se presentó en el fútbol femenil, en donde habrá mucho que trabajar en el campo de juego, como en el campo ético que es mucho más delicado y complejo.
El plan estratégico comprende tres ejes: Económico Comercial, Deportivo, Orden Corporativo y Control Económico. Los resultados a los que le tiran son al crecimiento en el espectáculo y el económico, con base en una industria dinámica, moderna y con compromiso social.
En la presentación, pretenden un juego más ofensivo, más continuo, más limpio y más equitativo. Para cada uno de los ejes, existen acuerdos de la Asamblea General Ordinaria, conformada por los accionistas de los clubes.
Se considera el acercamiento con la Liga Española y la MLS de los Estados Unidos, crecimiento de la liga femenil y un estricto control financiero, que fortalezca la transparencia. Estados financieros auditados y desglose de costos e ingresos.
Reglas claras, inversión extranjera -en la que, por cierto, el Necaxa ya la ha logrado- promover buena gobernanza e institucionalidad construyendo certeza, fortalecimiento y credibilidad de la industria.
La estrategia de la presidencia -aprobada por la asamblea de propietarios- recordando las primeras líneas, de que una de las responsabilidades más grandes de la dirección, es tener claridad y la segunda ejecutarla, ha planteado el enfoque, la de centrarse en los aficionados, los clubes y los patrocinadores, sin olvidar su impacto social.
Posicionar a la Liga, como espectáculo exportable e integrado, por instituciones sólidas con instalaciones de vanguardia, que ofrezcan en cada contienda una experiencia memorable, para el aficionado, pudiera ser su propósito, financieramente, aumentando los ingresos.
Ya veremos si en la ejecución lo va logrando, pero esa, entiendo, es la estrategia global, sería interesante que se conteste, si usted y su organización, tienen clara cuál es la suya.
Desde el hule, pata pa'lante. ¡Es el tiempo de jugar en equipo y a darle que es mole de olla!
Profesor de asignatura del ITAM, Consultor y Consejero de empresas y miembro por varios años del Consejo Internacional de The Strategic Leadership Forum.